EEUU intensifica la tensión entre China e India

En su discurso de despedida George W. Bush proclamó: «Hemos iniciado con la India unas flamantes relaciones de socios estratégicos». A pesar de que el Gobierno de Obama haya prometido elevar el nivel de estas relaciones, no quiere de ninguna manera ponerse de lado de la India en las disputas entre India y China, sean las que fueren.

Esto es una manifestación de tolerancia ara que China aumente sus apuestas en las disputas con la India. Los medios oficiales de China exigen en editoriales que India considere los “costes que tiene que pagar en los potenciales conflictos con China”. Como contraataque, Nueva Delhi permitió la visita de Dalai a Estado de Arunachal [Tìbet del Sur] y anunció la suspensión del trabajo de varios miles de chinos en la India. THE INDIA TIMES.- Sería un error plantear las relaciones inevitablemente difíciles con China en términos de confrontación militar. El principal desafío para la India que viene desde Beijing no se extiende a través de su congelada frontera, sino en el éxito económico evidente en las brillantes ciudades de China, la infraestructura, las industrias en auge, las escuelas de alta calidad y su inesperada tecnología de energía limpia. Su creciente riqueza le confiere un enorme poder e influencia, con billones de dólares se puede comprar mucho en los organismos internacionales. La incipiente economía de la India, acosada por la pobreza generalizada, la desnutrición, la desigualdad y la injusticia que genera, entre otros, la violencia maoísta, no es equiparable. EEUU. The Washington Times EEUU intensifica la tensión entre China e India En su discurso de despedida George W. Bush proclamó: “Hemos iniciado con la India unas flamantes relaciones de socios estratégicos”. A pesar de que el Gobierno de Obama haya prometido elevar el nivel de estas relaciones, no quiere de ninguna manera ponerse de lado de la India en las disputas entre India y China, sean las que fueren. Esto es una manifestación de tolerancia para que China aumente sus apuestas en las disputas con la India. Los medios oficiales de China exigen en editoriales que India considere los “costes que tiene que pagar en los potenciales conflictos con China”. Como contraataque, Nueva Delhi permitió la visita de Dalai a Estado de Arunachal [Tìbet del Sur] y anunció la suspensión del trabajo de varios miles de chinos en la India. Las actuales provocaciones, las nuevas disposiciones militares y las imputaciones recíprocas son parecidas a las que sucedieron hace 47 años. Hoy por hoy, con la escalada de la tensión, incluso cuando no estallará una guerra de magnitud limitada, es difícil al parecer evitar conflictos fronterizos de pequeña dimensión. Para China, la alianza militar entre EEUU y la India es una pesadilla estratégica, y las relaciones estratégicas entre la India y EEUU de amplio despliegue propagandístico han tocado la campana de alarma para Beijing. Si bien estas relaciones no tienen carácter formal de alianza militar, los altos tonos del gran cambio geopolítico en las nuevas relaciones de socios entre EEUU y la India obligan a los políticos chinos a creer que la India, como Japón y Australia, se está entregando en brazos de EEUU. Evidentemente, Nueva Delhi no había pensado inicialmente que su precipitado acercamiento a EEUU desembocaría en una mayor presión de China sobre ella. Y en este caso, EEUU no ha aportado consuelo de consideración a la India. Acto seguido, la India se ha dado cuenta de su delicada situación. Por un lado, China ejerce intencionadamente múltiples presiones militares y diplomáticas, y por otro, EEUU no sólo no brinda apoyo a la India, sino que no advierte a Beijing para no tratar de cambiar las fronteras actuales por la fuerza. En realidad, en los problemas que pasan del Dalai a Arunachal, EEUU opta por no enfrentarse con China, y esto quiere decir que la India tiene que valerse por sí misma. Obama lanzó además señales de que las relaciones estratégicas entre EEUU y la India no se llevarán a cabo a costa del rápido desarrollo de las relaciones entre EEUU y China. Después de evaluar los acuerdos firmados por la Administración Bush, el Gobierno de Obama abandonó pública e intencionadamente todos los factores de las relaciones con la India que pueden irritar a China, incluidas las maniobras militares conjuntas con el Estado de Arunachal implicado. EEUU ha llegado hasta el abandono de las maniobras de las fuerzas marinas de EEUU, India y Japón. Tal como lo hizo la secretaria de Estado de EEUU en febrero, Obama está preparando una gira que comienza por Japón y termina en China, esquivando claramente a la India. En una situación en que no tiene otro remedio que valerse por sí misma, la India ha decidido evitar cualquier conflicto con China. Pero incluso cuando busca disminuir la tensión con Beijing, Nueva Delhi no puede excluir la posibilidad de que China recurra a la fuerza. Esto es porque los intransigentes (chinos) creen al parecer que una rápida victoria militar como la de 1962 creará una Asia en que China jugará el papel protagonista. El Gobierno de Obama, que ha proclamado que las relaciones entre EEUU y China son “las relaciones bilaterales más importantes del Mundo”, debe advertir a China de que no debe traspasar la línea roja establecida a las claras, o desdecir del credo de “emergencia pacífica” que China misma ha proclamado. THE WASHINGTON POST. 28-10-2009 India. The India Times Refrescando la relación con China Nayan Chanda Hasta que las palabras pronunciadas durante la visita del ministro de Asuntos Exteriores de China a la India esta semana calmaron la situación, los dos países parecían en curso de colisión. El Diario del Pueblo criticó a la India por sus provocaciones en la frontera y su "sueño de hegemonía", mientras que los medios de comunicación indígenas, especialmente la cadena por cable 24/7 TV, se comportaron como si "los chinos estuvieran llegando". Algunos incluso predijeron la inminente fecha de la invasión china. Terroríficas historias sobre una confrontación en el Himalaya golpearon a la prensa mundial. Todo este sensacionalismo sería sólo cosa de risa si no fuera por el riesgo de generar una histeria nacionalista y una crisis internacional en espiral potencialmente fuera de control. La opinión pública de la India ha demostrado una gran madurez con respecto a Pakistán, porque está bien informada sobre la complejidad de ese país. Es hora de que los jefes de redacción hagan prevalecer el enfriamiento en el trato con China. Esto no es una llamada a cerrar los ojos en la frontera norte o hacer caso omiso de las implicaciones de una China en ascenso y su ejército cada vez más fuerte. Pero se necesita una evaluación realista del poder de China, así como sus debilidades e inseguridades, para no estar obsesionado con una hipotética amenaza china. Hace trescientos años, China y la India producían la mitad del Producto Interior Bruto del mundo. Ahora están haciendo su reaparición, la India más lentamente. Mediante el aprovechamiento de sus miles de años de experiencia y la apertura de su economía al mundo, China ha logrado un crecimiento récord. Ha sacado a un cuarto de su población de la pobreza y hoy está sentada sobre un balance de 2,3 billones de dólares de reserva. Su crecimiento de dos dígitos en el gasto de defensa durante las dos últimas décadas la ha dotado de una fuerza militar impresionante, desde misiles nucleares de largo alcance a una armada oceánica. Sin embargo, este ascenso ha tenido un precio: la creciente desigualdad de ingresos y la grave degradación ambiental cuya limpieza y saneamiento supondrá casi la mitad de su crecimiento anual del PIB. Muchas de las numerosas y crecientes de protestas en el país, 58.000 "incidentes de masas" contados oficialmente en el primer trimestre de este año, expresan su enojo por la corrupción y la contaminación. El desfile militar celebrado el 60 º aniversario de la República Popular fue sin duda un recordatorio del poder de Pekín, pero, paradójicamente, también una demostración de su debilidad. Pese a todas sus fuerzas y al tamaño de sus fuerzas de seguridad interna, a los ciudadanos se les ordenó permanecer en el interior de sus casas, obligados a ver el desfile en la televisión, no permitiendo tan siquiera mirar por la ventana. La necesidad de proteger la estabilidad de su gobierno de un solo partido es suprema. Aunque el asunto neurálgico de Taiwán se ha calmado considerablemente con el ascenso de un liderazgo más acomodado en la isla, las nuevas amenazas a la unidad nacional han surgido de la hirviente cólera de la minoría tibetana y de la población uigur tras los disturbios mortales a comienzos de este año. Si bien la participación de al-Qaeda con los separatistas uigures sigue siendo una amenaza lejana, la rebelión tibetana es una preocupación más inmediata. La India, como país anfitrión del Dalai Lama y los exiliados tibetanos anhelando volver a casa ocupa una alta posición en el radar de preocupaciones de China. Esta preocupación sólo puede crecer a medida que el tiempo de transición en el liderazgo tibetano se acerca. China no puede ignorar la aceptación del Dalai Lama de que la región de Arunachal pertenece a la India, ni su comentario de que su sucesor puede nacer fuera del Tíbet, ni el hecho histórico de que la impugnada provincia Tawang fue el lugar de nacimiento del sexto Dalai Lama. Si la alianza de China con Pakistán le da cierta influencia, la India puede hacerle frente debido a sus vínculos tibetanos. Lo que la India necesita es un enfoque pragmático y sensible y no histrionismo. Sería un error plantear las relaciones inevitablemente difíciles con China en términos de confrontación militar. El principal desafío para la India que viene desde Beijing no se extiende a través de su congelada frontera, sino en el éxito económico evidente en las brillantes ciudades de China, la infraestructura, las industrias en auge, las escuelas de alta calidad y su inesperada tecnología de energía limpia. Su creciente riqueza le confiere un enorme poder e influencia, con billones de dólares se puede comprar mucho en los organismos internacionales. La incipiente economía de la India, acosada por la pobreza generalizada, la desnutrición, la desigualdad y la injusticia que genera, entre otros, la violencia maoísta, no es equiparable. Esto significa que si una confrontación militar tuviera lugar, la India también podría verse aislada internacionalmente. El dinero habla, y ciertamente parece que, por el momento al menos, el acento que tiene es el mandarín. THE INDIA TIMES. 31-10-2009