«El ascenso de China a la condición de superpotencia, por supuesto, no es exactamente noticia de última hora, aunque los medios informativos estadounidenses establecidos procuraran hacer creer lo contrario, especialmente en los dos años pasados»,
Hay muchos beneficios obvios y mutuos que se desrenden de una relación estrecha entre China y EEUU. Desde un punto de vista práctico, no puede haber duda en que el hecho de que la superpotencia global en pleno ascenso mantenga intereses adquiridos en EEUU resulta positivo para ambos países. Al mismo tiempo, es difícil no comprender que esta conciencia tardía por parte de EEUU sobre la condición de superpotencia de China podría haber llegado demasiado tarde. (DIARIO DEL PUEBLO) DEUTSCHE WELLE.- “El tira y afloja con Teherán se debe a la falta de confianza en el régimen de Ahmadineyad; y en la falta de confianza del régimen de Ahmadineyad en Occidente”, resalta Perthes para quien hay que intentar comprender cómo piensa la élite iraní, “el mundo se ve muy diferente si se mira desde Teherán hacia Irak o Afganistán en donde por todos lados se encuentran tropas estadounidenses o si se mira desde Europa hacia el Medio Oriente”. China. Diario del Pueblo La guerra contra el terrorismo impidió a EEUU contemplar el despegue del dragón “China ha ofrecido muchas buenas oportunidades a los extranjeros es estos últimos años,” afirmó en fecha reciente un asesor informático estadounidense, admitiendo de paso sus pingues ganancias en el mercado chino. “Y, sí, es cierto, China sigue ofreciendo oportunidades, pero ya es no lo mismo. Atrás quedaron los días del sueño dorado.” Esta puede ser la situación o no, dependiendo de a quién se le pregunte. Pero hay un hecho innegable: Tal matiz no se encuentra, al menos hasta hora, en la cobertura que hace la prensa estadounidense cuando, según se supone, debe informar sobre China a empresarios como el mencionado aquí. Por otra parte, si Napoleón estuviera vivo hoy, quizás reformularía su famosa apreciación sobre el país asiático, para revelar que, en realidad, ha sido EEUU el que ha estado durmiendo, mientras que el dragón chino hacía rato andaba despierto y “estremeciendo al mundo”. Hay varias razones que sustentan esta coyuntura, la mayoría de las cuales se han producido después del 11 de septiembre de 2001. Las mismas incluyen el mayor ataque contra suelo estadounidense desde Pearl Harbor, dos guerras atroces en el extranjero y las escuchas ilegales que promovió el Gobierno, así como escándalos por uso de tortura y, desde luego, la más devastadora debacle económica de que haya sido testigo EEUU desde la Gran Depresión, y que se extendió por todo el mundo. No tenía que suceder así necesariamente, por supuesto. Pero éstos y otros acontecimientos, magnificados por el constante cacareo de los medios informativos, han incidido de alguna manera en que, al menos sin proponérselo, la conciencia pública de EEUU haya pasado por alto el ascenso de China. Hasta el sol de hoy. El ascenso de China a la condición de superpotencia, por supuesto, no es exactamente noticia de última hora, aunque los medios informativos estadounidenses establecidos procuraran hacer creer lo contrario, especialmente en los dos años pasados. “Seis mitos sobre China: Todo lo que ustedes saben sobre China es incorrecto,” anunció Newsweek el pasado mes de octubre. “China contra la India: cuál economía es mejor?” se preguntó el 28 de enero la revista Time, otra publicación decidida a ofender a sus lectores. Auto-declarados expertos como Thomas Friedman, del diario The New York Times, y Fareed Zakaria, de Newsweek, no dejan de maravillarse en sus discursos intelectuales sobre cómo EE.UU. sigue perdiendo terreno a pasos agigantados ante su amistoso rival oriental. Lo cierto es que estos dos analistas se han sumado al coro que preconiza a diario este concepto simple y obvio hasta la médula, convirtiéndolo en una virtual industria artesanal. Por otro lado, es difícil no establecer un paralelo con EEUU en época lejanas y prósperas. A principios de los 90, se hablaba hasta por los codos del control que ejercía Japón sobre las propiedades inmobiliarias comerciales y privadas en los EEUU, situación que quizás se entienda mejor leyendo el bestseller de 1992, “Rising Sun”, de Michael Crichton. En aquel entonces, en momentos en que la Guerra Fría languidecía en la distancia y el terrorismo global aún no aparecía en el horizonte, el público estadounidense sucumbió de lleno a una paranoia supuestamente patriótica, con tintes raciales y alimentada por la prensa, a pesar de que Alemania era el país que realmente poseía más bienes estadounidenses. Pasadas dos décadas, parece cuando menos improbable que la opinión pública de EEUU repita ese capítulo xenófobo contra China. Este supuesto encuentra respaldo en los crecientes intercambios bilaterales y el incremento en las asociaciones tecnológicas, culturales y empresariales entre los dos países. Resulta obvio que EEUU y China se necesitan mutuamente como nunca antes, pero tal necesidad les pone los pelos de punta a demasiados estadounidenses. Esto es desafortunado y peligroso, especialmente debido al déficit presupuestario que ha servido para financiar las ganancias de capital, por los costosos beneficios de ayuda social y las guerras antiterroristas libradas en los años de Bush, todo lo cual condujo a un endeudamiento de EEUU con China del orden de varios billones. De hecho, durante 2006 y bien entrado 2007, Washington pidió prestado a un ritmo aproximado de un millón de dólares diarios, mediante la venta de bonos del Tesoro a Beijing, para poder solventar los gastos que acompañaron la ocupación de Irak. Como consecuencia, EEUU ha pasado de disponer de un enorme superávit crediticio a ser el mayor deudor del mundo, todo en menos de una década. Hay muchos beneficios obvios y mutuos que se desprenden de una relación estrecha entre China y EEUU. Desde un punto de vista práctico, no puede haber duda en que el hecho de que la superpotencia global en pleno ascenso mantenga intereses adquiridos en EEUU resulta positivo para ambos países. Al mismo tiempo, es difícil no comprender que esta conciencia tardía por parte de EEUU sobre la condición de superpotencia de China podría haber llegado demasiado tarde. Para empezar, al tener que lidiar con billonarios déficit presupuestarios como herencia de la anterior administración, el Gobierno de Obama encara ahora la perspectiva de endeudarse aún más para poder financiar el pasado. Esto no sólo entraña un riesgo político, sino que incluso sería insostenible desde el punto de vista financiero. Si no hubiera sido por este acceso fácil a dinero contante y sonante, además, el mundo más allá de las costas de EEUU podría ser muy diferente también, y, muy probablemente, también mucho mejor. DIARIO DEL PUEBLO. 5-2-2010 Alemania. Deutsche Welle Conferencia de Seguridad en Munich: entre Tíbet y el armamento atómico A la Conferencia Internacional de Seguridad que empieza en Munich, la presencia del ministro iraní de Relaciones Exteriores, Manuschehr Mottaki, le agrega un especial interés, pues podría hacer entrar un poco de aire fresco al tema del enriquecimiento de uranio. Según dijo el ministro alemán de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg al inicio de la Conferencia, “de Teherán se espera una clara e inequívoca señal”. En este encuentro informal toma parte desde 1962 la crema y nata de la seguridad internacional y, aunque no tiene ningún poder resolutivo, el tratamiento que se le da a sus temas tiene peso internacional. Irán-Occidente, desconfianza mutua Un Irán con armamento atómico representa el peligro de reiniciar una carrera armamentista, así la postura del ministro alemán de Exteriores, Guido Wersterwelle, en una entrevista que pocas horas antes de empezada la conferencia diera a la emisora Deutschlandfunk. Según información del diario alemán Süddeutsche Zeitung Teherán dispone ya de planes de construcción para una ojiva nuclear. Sin embargo, a principios de la semana, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, había señalado sorpresivamente que estaba dispuesto a aceptar un acuerdo con las potencias nucleares mundiales. Irán está listo para intercambiar uranio escasamente enriquecido por uranio enriquecido a un mayor grado en otros países, dijo el presidente iraní. Las potencias mundiales habían presionado en los últimos meses a Teherán para que aceptase una propuesta para enriquecer uranio en Francia y Rusia. El Organismo Internacional de Energía Atómica no ha recibido hasta ahora ninguna comunicación oficial sobre la nueva postura de Irán. Según el politólogo alemán Volker Perthes, de la Fundación Alemana para Ciencia y Política, el punto clave en la cuestión de Irán no es si tiene la bomba o no, o si tiene la capacidad técnica para tenerla, sino una cuestión política. “El tira y afloja con Teherán se debe a la falta de confianza en el régimen de Ahmadineyad; y en la falta de confianza del régimen de Ahmadineyad en Occidente”, resalta Perthes para quien hay que intentar comprender cómo piensa la élite iraní, “el mundo se ve muy diferente si se mira desde Teherán hacia Irak o Afganistán en donde por todos lados se encuentran tropas estadounidenses o si se mira desde Europa hacia el Medio Oriente”. China presente Esta edición de la conferencia muniquesa ofrece otro punto de interés: en su inauguración tomo parte el ministro chino de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi. Es la primera vez que Pekín envía a un representante de tan alto nivel a este encuentro. Expectativa despierta su encuentro con el representante de Estados Unidos, pues el tema del probable encuentro del presidente estadounidense, Barack Obama, con el Dalai Lama, el líder tibetano, ha puesto tensión a las relaciones con Washington. Solana premiado El diplomático español Javier Solana, ex responsable de seguridad y política exterior de la Unión Europea, será galardonado con el premio Edwald von Kleist que otorga esta Conferencia, que se celebra desde 1962. En la primera entrega del premio, en 2008, fue laureado el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger. Según los organizadores, Javier Solana, de 67 años, quien fuera secretario general de la alianza atlántica OTAN entre 1995 y 1999, se ha hecho merecedor del premio por su trayectoria política y diplomática, así como por sus permanentes gestiones por la paz a nivel internacional. "Supo darle a Europa una voz única en las relaciones internacionales y es uno de las personalidades que desarrolló la estrategia de prevención de crisis en Europea". Otro tema a tratar en la conferencia, que sesiona hasta el domingo: Afganistán y las posibilidades de un desarme nuclear. El Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmusen toma parte en la conferencia, lo mismo el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el nuevo titular del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Yukiya Amano. DEUTSCHE WELLE. 5-2-2010