Las calles de todo Ecuador no tardaron en estallar después de que Lenín Moreno -el que fuera vicepresidente del gobierno de Rafael Correa, y luego de ser elegido, diera un giro de 180º a su política y orientación internacional, traicionando a la ‘Revolución Ciudadana’- anunciara, tras la intervención financiera del FMI, un conjunto de medidas económicas que atacan gravemente a las condiciones de vida de amplios sectores de las clases populares.
El llamado «paquetazo» incluye medidas como la eliminación de los subsidios para el uso de combustibles fósiles y la liberación del precio del diésel y la gasolina, lo que implica fuertes subidas de su precio. Una soga en el cuello para sectores como los transportistas o los campesinos, pero que repercutirá inflacionariamente en prácticamente todas las mercancías, castigando a los sectores más desfavorecidos.
Las otras medidas acordadas con el FMI no son menos antipopulares. El Gobierno de Moreno reducirá el periodo vacacional de los funcionarios de 30 a 15 días y ha decretado que entreguen un mes de su salario mensual. Además, los contratos temporales podrán ser renovados con un 20% menos de sueldo.
Al día siguiente del anuncio, Ecuador amaneció paralizada por intensas protestas y por un paro nacional del sector del transporte, al que se sumaron las comunidades indígenas y campesinas del interior del país, así como cientos de movilizaciones de docentes, estudiantes y organizaciones sociales que reclaman la derogación inmediata del «paquetazo económico».
Las movilizaciones han sido reprimidas con extrema dureza por el gobierno de Moreno, decretando el Estado de Excepción por 2 meses y lanzando a las fuerzas represivas contra los manifestantes. Al cierre de esta edición, se contabilizan 350 detenidos, entre ellos dos dirigentes indígenas y tres líderes sindicales del transporte.
El expresidente Rafael Correa ha arremetido contra Lenín «Judas» Moreno. «Por su traición, le quedó inmenso el traje de presidente», ha dicho en twitter.