El aumento de los límites de endeudamiento es vital para el servicio de la deuda y para mantener el funcionamiento del Gobierno federal. Una suspensión de pagos debilitaría la maltrecha economía de la superpotencia y representaría una pesadilla política y logística. Enviaría también, como ayer puso de manifiesto el apremiante mensaje de la máxima responsable del FMI, una señal gravísima a un sistema financiero global ya agobiado por la crisis europea de la deuda.
Incluso si se llega a un acuerdo antes de la fecha señalada or la suspensión de pagos, el 2 de agosto, la imagen de Estados Unidos como el gran patrón de la economía mundial ha sufrido ya un daño que será difícil de reparar. Como dijo Barack Obama en su discurso de la noche del lunes, "los inversores en todo el mundo se preguntarán si merece seguir apostando por EE UU". (EL PAÍS) EL PERIÓDICO.- Al metódico silencio impuesto por la Conselleria de Salut, los alcaldes han respondido con un contundente grito de protesta. La decisión del departamento que dirige Boi Ruiz de cerrar completamente o recortar los horarios de atención al público en 110 consultorios y ambulatorios públicos catalanes preocupa, y mucho, a los alcaldes afectados, sobre todo a los del área metropolitana de Barcelona y zonas rurales de Girona, territorios que se llevan la peor parte. La queja es generalizada. No importa el color político. La voz de los alcaldes no hace más que recoger, de hecho, las protestas que desde hace ya semanas vienen elevando médicos, enfermeras, conductores de ambulancias y usuarios. Las movilizaciones abundan en Barcelona, en Sant Feliu de Llobregat, en L’Hospitalet, en Castellbisbal, en Castellar del Vallès, en Sabadell… Editorial. El País Drama en Washington Barack Obama ha apelado a sus compatriotas ante la posibilidad de que Estados Unidos entre en suspensión de pagos el 2 de agosto. El presidente pretende que la implicación masiva de los ciudadanos convenza a sus representantes en Washington, demócratas y republicanos, de la imperiosa necesidad de llegar a un acuerdo antes de esa fecha, en la que el Gobierno se quedará sin dinero para atender sus compromisos. Después de extenuantes y estériles negociaciones, el Senado, de mayoría demócrata, y la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, someterán a votación esta semana planes rivales para reducir el gigantesco déficit estadounidense y elevar el techo de su deuda. El aumento de los límites de endeudamiento es vital para el servicio de la deuda y para mantener el funcionamiento del Gobierno federal. Una suspensión de pagos debilitaría la maltrecha economía de la superpotencia y representaría una pesadilla política y logística. Enviaría también, como ayer puso de manifiesto el apremiante mensaje de la máxima responsable del FMI, una señal gravísima a un sistema financiero global ya agobiado por la crisis europea de la deuda. Más allá de sus muy serias repercusiones, el infructuoso diálogo a cara de perro entre demócratas y republicanos sobre un asunto crucial es un síntoma inquietante de cómo está cambiando el marco político en Estados Unidos; y hasta qué punto la casi nula capacidad de compromiso entre adversarios comienza a hacer disfuncional el sistema. Los ciudadanos asisten perplejos al espeso punto muerto al que se ha llegado tras un tira y afloja enquistado en una rancia intransigencia partidista, mayor entre los republicanos, según los sondeos. Ambos bandos admiten que EE UU no puede incumplir sus obligaciones económicas, y sus notables proclaman que en el minuto de la verdad se acabarán las poses. Pero el doctrinarismo acumulado en sus respectivas posturas, su desconfianza, hace heroica la marcha atrás sin perder la cara. Para la derecha, que lleva la iniciativa, es anatema la subida de impuestos que quieren los demócratas. Para estos, un eventual pacto no puede descansar exclusivamente sobre la reducción del gasto, sacrosanta para los republicanos. La tendencia de Obama al compromiso no surte efecto. Elemento decisivo del nuevo y beligerante clima político es la irrupción del Tea Party. Su presencia creciente y sus expectativas están modificando el paisaje en una dirección próxima al fundamentalismo, que aleja, como es el caso, la posibilidad de acuerdos razonables. A sus representantes parlamentarios les suele mover más su condición de francotiradores de la causa que las lealtades al alma mater republicana. Resulta alarmante que, para los más obcecados entre ellos, la fecha del 2 de agosto represente básicamente una maniobra intimidatoria de la Casa Blanca, un mito sin consecuencias. ******************************************* EEUU ya ha perdido Antonio Caño Incluso si se llega a un acuerdo antes de la fecha señalada por la suspensión de pagos, el 2 de agosto, la imagen de Estados Unidos como el gran patrón de la economía mundial ha sufrido ya un daño que será difícil de reparar. Como dijo Barack Obama en su discurso de la noche del lunes, "los inversores en todo el mundo se preguntarán si merece seguir apostando por EE UU". Los mercados y los Gobiernos extranjeros confían en EE UU porque, aunque existan productos de inversión más rentables, nadie supera en garantía de solvencia a quien es la mayor economía del mundo y el poseedor de la moneda que sirve como divisa de referencia internacional. Un país, además, modelo de estabilidad política y con un sistema sólido y una sociedad fusionada y bien estructurada. Su condición de líder económico está siendo amenazada desde hace tiempo por China, quien, en colaboración con Brasil y otras potencias emergentes, está empezando a cuestionar también el papel del dólar. Nadie pone, sin embargo, en duda el valor político de EE UU. Hasta ahora. La conducción de esta crisis para la elevación del techo de deuda, cargada de ideología y de intereses a corto plazo, ha puesto en alerta a muchos sobre el peligro de disfuncionalidad del sistema político norteamericano. No importa que esto sea consecuencia de la llegada al Congreso del grupo más conservador, aislacionista y aventurero que se recuerda en muchas décadas. Todo el país sufre las consecuencias, empezando por el presidente Barack Obama, cuyo liderazgo se puede ver seriamente afectado. La fortaleza del presidente de EE UU no es solo un elemento que cuenta electoralmente en casa. Es un factor capital en el desarrollo de las múltiples crisis en marcha: Siria, Pakistán, Libia, Irán… Aunque la maquinaria sigue rodando, la Administración norteamericana está políticamente alejada del mundo desde hace al menos 15 días, y puede que regrese sensiblemente debilitada después de esta batalla doméstica. Esta situación puede tener consecuencias más inmediatas y más concretas. La principal, la de que, suceda lo que suceda, las agencias calificadoras, por primera vez en su historia, le bajen a la deuda norteamericana la máxima nota de triple A, lo que dispararía los intereses y agravaría aún más el problema del déficit. Standard & Poor’s y Moody’s han advertido que existe un 50% de posibilidades de que lo hagan. Poco consuelo queda de una crisis como esta. Si acaso, por mencionar alguno, el de que los inversores no tienen una amplia gama de alternativas para sustituir a EE UU. También, el hecho de que, quizá, como consecuencia de este trauma, el déficit y la deuda se afronten seriamente en el futuro. EL PAÍS. 27-6-2011 Sanidad. El Periódico Alcaldes de CiU se suman a la revuelta contra el recorte sanitario María Jesús Ibáñez Al metódico silencio impuesto por la Conselleria de Salut, los alcaldes han respondido con un contundente grito de protesta. La decisión del departamento que dirige Boi Ruiz de cerrar completamente o recortar los horarios de atención al público en 110 consultorios y ambulatorios públicos catalanes preocupa, y mucho, a los alcaldes afectados, sobre todo a los del área metropolitana de Barcelona y zonas rurales de Girona, territorios que se llevan la peor parte. La queja es generalizada. No importa el color político. "No es poniendo en riesgo la salud de las personas, aplicando recortes en los servicios de urgencias, como se han de buscar medidas de ahorro", denunció ayer en un comunicado el alcalde nacionalista de Hostalric (Selva), Josep Frias. El edil, cuyos convecinos a partir de agosto tendrán que recorrer 20 kilómetros, hasta Santa Coloma de Farners, para ser atendidos en caso de urgencia, anima a los ayuntamientos vecinos a emprender acciones de presión para que Salut rectifique. Vidreres, también gobernado por CiU, ya lo ha hecho en una moción. La unificación de los servicios sanitarios en esta zona de la Selva afecta amás de 59.000 personas, asegura Frias. No es una queja aislada. En el último mes, han llovido las mociones en contra de la decisión de la Generalitat en los consistorios afectados. Anoche mismo, Ripoll (Ripollès), también gobernado por CiU, aprobó un texto de protesta contra el cierre nocturno de su ambulatorio. En esa misma comarca, los alcaldes nacionalistas de Molló, Sant Pau de Segúries y Vilallonga de Terhan hecho lo propio, porque ahora, en lugar de desplazarse hasta la cercana Camprodon, tendrán que ir al hospital de Campdevànol, a unos 30 kilómetros de distancia. La voz de los alcaldes no hace más que recoger, de hecho, las protestas que desde hace ya semanas vienen elevando médicos, enfermeras, conductores de ambulancias y usuarios. Las movilizaciones abundan en Barcelona, en Sant Feliu de Llobregat, en L’Hospitalet, en Castellbisbal, en Castellar del Vallès, en Sabadell… EL PERIÓDICO. 27-7-2011