Tanto ERC como Junts per Catalunya, las dos fuerzas que representan a las élites del procés, han votado No a la investidura de Pedro Sánchez… Coincidiendo en el sentido de su voto con el PP y con Vox. Curiosas coincidencias que ya se produjeron cuando Puigdemont se unió a Casado para tumbar unos presupuestos con concesiones sociales y dar por finiquitada la legislatura.
Algunas declaraciones de los diputados del procés en la sesión de investidura han sido realmente sorprendentes.
Como la “indignación” de Gabriel Rufían cuando le ha espetado a Sánchez: “¿Qué hace usted pidiendo la abstención de la derecha?”. Lo dice alguien que representa a una fuerza, ERC, que gobierna en Cataluña con la derecha más reaccionaria de los Puigdemont y Torra.
O el escandaloso cinismo de Laura Borrás, portavoz de Junts per Catalunya al llamar “prepotente” y “poco dialogante” a Pedro Sánchez. Borrás es la msma ex consellera de cultura que firmó un manifiesto donde se calificaba al castellano -la lengua materna de la mitad de los catalanes- de lengua extranjera en Cataluña.
Pero las coincidencias de ERC y Junts per Catalunya se terminan con el No a Sänchez.
Rufian ha llamado a “salvar la situación” para 2evitar la irresponsabilidad de una repetición de elecciones”. Anticipando que sí se llega a un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos el sentido de su voto cambiaria.
Mientras la portavoz de Junts per Catalunya ha dado “155 razones” para el No a Sánchez, anunciando que volverán a hacerlo en la segunda votación del jueves.
En realidad, las élites del procés son como un átomo en fisión nuclear, que al ser bombardeado con neutrones se descompone en dos núcleos, y parecen entregadas a una división irreconciliable.
Tras el fracaso de la unilateralidad, la moderación le ha dado buenos réditos a ERC, superando ampliamente a JuntsxCatalunya en las generales.
Mientras que Puigdemont empuja a JuntsxCataluña a un No que es un intento desesperado de mantener un “conflicto con España” que necesitan en altas temperaturas para obtener réditos políticos.
Hablan de “un sol poble català”, pero las élites del procés están cada vez más divididas y mal avenidas.
Laura Borrás ha dicho que “tenemos 155 razones para votar No a Sánchez”. Tuvieron 985 millones de razones para firmar un pacto con el PSOE que quitaba a ERC la Diputación de Barcelona. Ese es exactamente el presupuesto de la que es la tercera institución catalana.