El retorno de las altas tasas de beneficios para bancos y monopolios se está produciendo a costa de los salarios, la precariedad, los recortes sociales y las subidas de los servicios básicos. Los sindicatos denuncian que los beneficios empresariales crecen el triple (un 4,8%) que los salarios pactados en los convenios (el 1,4%).
Saqueadores y saqueados, dos mundos paralelos y cada vez más alejados: el de quienes acumulan cada vez más riqueza y el de aquellos a los que se les saquea con las políticas de ajustes draconianos y reformas dictadas desde el FMI y Bruselas.
Mientras los salarios siguen estando por debajo del nivel que tenían hace 10 años, las ganancias empresariales ya han superado en un 6% el nivel de beneficios que tenían antes del estallido de la crisis.
Las grandes empresas del Ibex-35, bancos y monopolios, son los grandes beneficiados de esta recuperación económica: han cerrado 2017 como su mejor año desde 2013, con una subida en bolsa del 7,4%, muy superior a la media, a la que hay que sumar otro 4,6% por los dividendos repartidos entre sus accionistas a cuenta de los beneficios del año. Es decir, han acabado el año acumulando una subida del 12%.
Con esos resultados los beneficios de bancos y monopolios del selectivo Ibex-35 se han disparado en 2017 hasta los 44.300 millones de euros (resultados previstos, a falta de conocer los definitivos en las próximas semanas), un 23% más que en 2016.
Casi la mitad de esos beneficios se los llevan entre los cinco primeras por volumen de beneficios: el Santander con 7.096 millones de euros, BBVA con 4.323, Inditex con 3.500, Iberdrola con 2.750 y Telefónica con 3.711.
Y el capital extranjero, cada vez más presente en la banca y los monopolios, donde controla el 43,5% de las acciones, se lleva su parte del león. Grandes fondos y bancos norteamericanos, y europeos (alemanes, franceses o el fondo noruego de pensiones) se llevan casi 20.000 millones de euros.
Reparto de dividendos, concentración de la riqueza
Los enormes beneficios de bancos y monopolios permitirán un festín de dividendos que irán a parar en su inmensa mayoría a manos de ese 1% de grandes fortunas que controla el 21% de la riqueza personal total del país. Aumentando las desigualdades frente al 50% que de la población con rentas más bajas que solo tiene el 7% de la riqueza.
Según estimaciones, las empresas que cotizan en Bolsa repartirán entre sus accionistas 39.900 millones de euros, un 6,5% más. De ellas las 35 del Ibex repartirán un premio gordo de 21.600 millones de euros, con una rentabilidad media por acción superior al 4%. La más alta de las bolsas europeas.
Santander, Endesa y Arcelor son las estrellas del reparto de dividendos que ya iniciaron a cuenta en 2017 y que completarán en los primeros meses de este año. El Santander de Ana Botín repartirá la mayor cuantía, 3.700 millones de euros. Arcelor volverá a repartir 500 millones de euros de dividendos entre sus accionistas después de dos años en blanco. Y la eléctrica Endesa será la que más rentabilidad dé a sus accionistas, un 6,61%, repartiendo 1.450 millones de euros. Más de mil irán a los accionistas italianos de Enel que controla el 70% de Endesa.
El caso de Endesa es especialmente de escándalo ya que reparte el 100% de sus beneficios entre los accionistas. En total la eléctrica en manos italianas prevé repartir en el periodo 2016-2019 más de 6.000 millones de euros de beneficios a sus accionistas. Representa -junto a las demás eléctricas como Iberdrola (que repartirá 884 millones de euros)- el saqueo a la población vía los precios de la luz que han aumentado casi el 100% en los últimos 10 años. El saqueo de los hogares acaba en los bolsillos de un puñado de accionistas.