«Los malos datos de los sondeos que Ferraz maneja a nivel interno y otros síntomas preocupantes en la gestión del PSOE han puesto ya a la secretaria de Organización, Leire Pajín, en el centro de todas las críticas. La preocupación es de tal magnitud que destacados barones y dirigentes territoriales del partido han llegado a pedir esta misma semana su cabeza».
Pero el miedo a una gran debacle electoral está imulsando también otros movimientos internos. Dirigentes del Partido Socialista y barones regionales se han dirigido también en los últimos días al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para aconsejarle un anticipo de las elecciones generales con el fin de evitar lo que, creen, puede ser una gran derrotasi Zapatero decide cumplir con el calendario previsto y convocar los comicios en marzo de 2012. (EL CONFIDENCIAL) EL PAÍS.- Los accionistas que acudieron a la junta de Iberdrola del viernes pasado asistieron en directo al enfrentamiento entre el Consejo de Administración de Iberdrola, presidido por Ignacio Sánchez Galán, con la constructora ACS, cuyo presidente, Florentino Pérez, intenta nombrar un consejero en representación del 12% del capital de Iberdrola. Como en los mejores sainetes, el consejero nombrado salió por la misma puerta que había entrado; ACS impugnó la junta y espera la decisión de los tribunales. No se debe recurrir a costosos cambios normativos para resolver problemas individuales; hay indicios suficientes de que la enmienda antiblindajes sólo responde a los problemas de ACS y Sacyr LA VANGUARDIA.- Ayudar militarmente a un gobierno corrupto que no controla su propio país equivale a una derrota segura a medio y largo plazo. Obama ha heredado las guerras en Irak y Afganistán. Las tropas tienen ahora más bajas porque están llegando a los enclaves talibanes que se defienden y combaten con bombas y acciones suicidas que hacen imposible cualquier pacificación militar. Estados Unidos y todos los países con tropas en Afganistán tendrán que abandonar el país sin haber conseguido sus objetivos. La pregunta elemental es si no sería más inteligente retirarse ya. Opinión. El Confidencial Barones y dirigentes del PSOE piden la cabeza de Pajín y un cambio de estrategia F. Quevedo/D. Forcada La inquietud y el temor a una debacle electoral en las próximas elecciones autonómicas y municipales se está adueñando de las filas socialistas. Los malos datos de los sondeos que Ferraz maneja a nivel interno y otros síntomas preocupantes en la gestión del PSOE han puesto ya a la secretaria de Organización, Leire Pajín, en el centro de todas las críticas. La preocupación es de tal magnitud que destacados barones y dirigentes territoriales del partido han llegado a pedir esta misma semana su cabeza. El malestar quedó reflejado en Ferraz a principios de esta misma semana en los corrillos y en las reuniones informales posteriores a la Ejecutiva Federal del PSOE. El descontento con la gestión de Pajín ha puesto a la secretaria de Organización en el blanco de todas las críticas y no son pocos los dirigentes que, a nivel interno, piden ya un relevo. Fuentes consultadas por este diario señalan también que el propio vicesecretario general del partido y ministro de Fomento, José Blanco, sería uno de sus principales adversarios y quien más está instigando las críticas contra ella. En este sentido, la llegada del andaluz Gaspar Zarrías a la dirección del partido como secretario de Política Autonómica y Relaciones Instituciones se entendería como la llegada de un nuevo hombre fuerte a la estructura de Ferraz que compensaría los puntos débiles de Pajín. Algunos socialistas consultados por El Confidencial señalan, no obstante, el “llamativo protagonismo” político dentro y fuera del partido que Zarrías ha adquirido recientemente. Los barones pedirán un adelanto electoral si se pierde Cataluña Pero el miedo a una gran debacle electoral está impulsando también otros movimientos internos. Dirigentes del Partido Socialista y barones regionales se han dirigido también en los últimos días al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para aconsejarle un anticipo de las elecciones generales con el fin de evitar lo que, creen, puede ser una gran derrota si Zapatero decide cumplir con el calendario previsto y convocar los comicios en marzo de 2012. Fuentes internas de la Dirección socialista señalan que en ese sentido se han expresado ante Rodríguez Zapatero dirigentes de la llamada ‘vieja guardia’, como el propio Felipe González. Esa misma opinión la comparten viejos compañeros del ex presidente del Gobierno, como Alfonso Guerra, Carlos Solchaga, Txiqui Benegas y el comisario europeo Joaquín Almunia, y todo ellos le han hecho llegar su opinión al presidente Zapatero. De hecho, Solchaga y Almunia coinciden en el análisis económico de la situación actual y creen que es muy difícil, por no decir imposible, que en 2012 la economía española se vaya a recuperar hasta el punto de hacer cambiar la actual tendencia de voto. Más bien al contrario, lo que prevén los economistas de las ‘vieja guardia’ es que el deterioro de la economía y del empleo se va a mantener en esa fechas hundiendo todavía más las ya negativas expectativas electorales socialistas. Aunque el punto de inflexión se producirá en las próximas elecciones catalanas. Si se cumplen los pronósticos y el PSOE no puede revalidar el tripartito, entonces el clamor para que el presidente adelante los comicios se intensificará ante el miedo a nuevas derrotas en los grandes bastiones socialistas. Y es que en los sondeos de que dispone Ferraz se especula con la posibilidad de que el PSOE pueda perder dos o tres comunidades autónomas, entre ellas Castilla-La Mancha, Baleares, Asturias o Cantabria. Lo mismo ocurre en ayuntamientos. Importantes capitales de provincia, como Sevilla o Córdoba, podrían pasar a manos del PP después de muchos años de hegemonía de izquierdas. Griñán y Barreda también reclaman elecciones En esta misma línea se manifiestan también algunos de los principales barones socialistas, en especial los presidentes de las juntas de Andalucía y Castilla-La Mancha, José Antonio Griñán y José María Barreda. Ambos coinciden en que “Zapatero ya no es un activo electoral”, dicen estas fuentes, y lejos de ser una ayuda es “un problema” que afecta a sus intereses electorales, aunque la solución es distinta para cada uno de ellos. Así, según estas fuentes, Griñán es partidario de que Zapatero adelante las elecciones a después de los comicios catalanes, con el fin de alejar lo más posible las elecciones generales de las que deben celebrarse en Andalucía en marzo de 2012. El sucesor de Chaves quiere agotar la legislatura con el fin de intentar dar la vuelta a las encuestas, pero para eso necesita que Zapatero ya no esté en el Gobierno de España. En el caso del presidente castellano-manchego el interés no es el mismo. “Barreda necesita que sus comicios se celebren antes que las generales, es decir, en mayo de 2011”, pero al mismo tiempo cree que Zapatero no debería agotar la legislatura, por lo que pone como fecha previsible para las generales el final del verano o principios del otoño de ese año. Su opinión, sin embargo, es la minoritaria entre quienes defienden que no hay que agotar la legislatura. EL CONFIDENCIAL. 28-3-2010 Editorial. El País Enmienda inoportuna Los accionistas que acudieron a la junta de Iberdrola del viernes pasado asistieron en directo al enfrentamiento entre el Consejo de Administración de Iberdrola, presidido por Ignacio Sánchez Galán, con la constructora ACS, cuyo presidente, Florentino Pérez, intenta nombrar un consejero en representación del 12% del capital de Iberdrola. ACS propuso el nombramiento de José María Loizaga como representante en el Consejo; inmediatamente después, uno de los accionistas presentes pidió que se revocara el nombramiento argumentando que ACS es una empresa competidora de Iberdrola en el negocio de la energía. Como en los mejores sainetes, el consejero nombrado salió por la misma puerta que había entrado; ACS impugnó la junta y espera la decisión de los tribunales, que es donde deben resolverse las diferencias. El conflicto societario en Iberdrola es uno de los motivos (el otro sería la pretensión de la constructora Sacyr de aumentar su poder de decisión en el grupo petrolero Repsol) que, cual secreto a voces, impulsó la enmienda a la Ley de Auditorías mediante la cual el grupo parlamentario socialista pretendía eliminar los blindajes accionariales, es decir, la limitación de voto vigente en la actualidad que impide que cualquier accionista vote por más del 1% del capital. Con buen criterio, el PSOE aplazó el miércoles pasado la votación sobre la enmienda hasta el próximo 6 de abril; y el presidente del Gobierno demostraría que comparte ese criterio si decidiera aplazar sine díe, o al menos hasta que la recuperación económica sea algo más que un vago presentimiento, la supresión de los blindajes. Para reconsiderar el espinoso problema de los blindajes accionariales es necesario un periodo de reflexión imparcial; una condición que hoy, en pleno fragor de la batalla de presiones en torno a Iberdrola y Repsol, con el PNV totalmente en contra de la reforma y el resto de los partidos políticos sin posiciones definidas, no se da. Hay dos razones políticas para retrasar un debate sobre la cuestión. La primera es de oportunidad: para el Gobierno, la prioridad debe estar en reducir el paro, organizar un plan para recortar el gasto público y recapitalizar las entidades bancarias. La segunda es que no se debe recurrir a costosos cambios normativos para resolver problemas individuales; hay indicios suficientes de que la enmienda antiblindajes sólo responde a los problemas de ACS y Sacyr. Pero hay una razón más de fondo que desaconseja el cambio legal. Iberdrola y Repsol son empresas estratégicas. Operan en mercados regulados y en régimen de tarifa. Su estabilidad accionarial y sus decisiones ejecutivas no deben estar sometidas a los vaivenes del mercado inmobiliario o a la irrupción de accionistas que entienden el negocio de la energía como fuente para equilibrar las cuentas. Si el Gobierno esgrimió el carácter estratégico para evitar que E.ON comprase Endesa, sería una grave inconsecuencia que ahora, sin que medie una reflexión mínima y a través de una enmienda precipitada, se desentendiese del futuro de Iberdrola y Repsol. EL PAÍS. 29-3-2010 Opinión. La Vanguardia Obama y el polvorín afgano Lluis Foix Llegó de noche y se fue antes de que amaneciera. Barack Obama ha efectuado una visita inesperada, secreta, a Kabul para pedir al gobierno Karzai que ataje la corrupción y prepare al país a autogobernarse cuando ya no existan tropas extranjeras en Afganistán. Es la primera visita de Obama a Afganistán desde que asumió la presidencia. Heredó la guerra de Bush y se la ha hecho suya porque La Casa Blanca piensa que no hay otra alternativa. La retirada de Iraq está en marcha gradualmente pero Obama prometió enviar treinta mil soldados más a Afganistán a partir del pasado mes de noviembre. Es una guerra dura, difícil de ganar, en la que las bajas de los soldados americanos son tres veces superiores en el primer trimestre de 2010 respecto al año pasado. Hay 41 países que forman la alianza contra los talibanes que no aceptan su derrota en 2002 y tampoco la presencia de tropas extranjeras en su país. Es un compromiso político, acompañado de una incerteza sobre el futuro de la presencia occidental en Afganistán. Obama llegó en plena noche, se entrevistó con el presidente Karzai y saludó a varias unidades de los casi cien mil soldados norteamericanos destacados en el país. Cuando los afganos despierten ya estará de regreso a Washington. Impedir que los talibanes recuperen el poder en Afganistán es una prioridad para la seguridad internacional. Lo que es más problemático es conseguirlo militarmente y sin contar con la complicidad de las fuerzas políticas, sociales, señores de la guerra y demás grupos que han construido un estado frágil y vulnerable. La historia demuestra que ningún país extranjero ha salido vivo de Afganistán. Los británicos perdieron tres guerras en el siglo XIX y los soviéticos se estrellaron en la invasión de 1979 que acabó con una retirada precipitada que se consideró una derrota. El síndrome de Vietnam está presente en los estrategas del Pentágono y de la Casa Blanca. Ayudar militarmente a un gobierno corrupto que no controla su propio país equivale a una derrota segura a medio y largo plazo. Obama ha heredado las guerras en Irak y Afganistán. Las tropas tienen ahora más bajas porque están llegando a los enclaves talibanes que se defienden y combaten con bombas y acciones suicidas que hacen imposible cualquier pacificación militar. Estados Unidos y todos los países con tropas en Afganistán tendrán que abandonar el país sin haber conseguido sus objetivos. La pregunta elemental es si no sería más inteligente retirarse ya. LA VANGUARDIA. 28-3-2010