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Deutsche Bank rebaja sus previsiones para España y alerta sobre los riesgos de la corrupción

Las dudas sobre la economía europea están pasando factura también a España. A las revisiones a la baja de las previsiones sobre el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español de la Comisión Europea (CE) y BBVA Research, se ha sumado Deutsche Bank. El mayor banco alemán estima un avance del 1,7% en 2015 y 2016, cuando hace apenas tres meses, a finales de septiembre, proyectaba subidas del 1,9% y 1,8%, respectivamente. «La debilidad de Europa» es la razón fundamental que esgrime para esta rebaja de perspectivas la entidad germana, que, en todo caso, destaca el «fuerte crecimiento» de España, el mayor de los cuatro grandes países europeos.

Deutsche Bank incide, en un reciente informe, en que «la recuperación iniciada en el verano de 2013 se ha acelerado en 2014 -la previsión del banco para el conjunto del año es la misma que la del Gobierno, el 1,2%-, en claro contraste con la debilidad de las cifras europeas». Subraya el papel de la demanda doméstica como «motor de crecimiento gracias a la caída del desempleo y la estabilización de los precios inmobiliarios». De igual forma, ensalza «las ganancias de competitividad», que siguen «favoreciendo el sector exportador». En este sentido, calcula que el superávit de la balanza corriente «puede llegar al 0,4% del PIB» en 2014, frente al déficit del 10% que registraba en 2007.

Ahora bien, la entidad alemana también advierte de que el crecimiento previsto se ve amenazado por «los crecientes riesgos políticos». En esta línea, señala la imparable aparición de «escándalos de corrupción», así como la escalada de Podemos en las encuestas de cara a un 2015 en el que habrá elecciones generales, y el debate que se cierne en torno a Cataluña y la independencia que reclaman los partidos nacionalistas. Pero estos no son los únicos peligros que observa Deutsche Bank. También considera un «problema» que el Gobierno haya desarrollado los Presupuestos de 2015 bajo una «previsión de crecimiento optimista (del 2% anual)», lo que implica «riesgos» para el objetivo de déficit, del 5,5% del PIB al cierre del próximo ejercicio.

Por todo ello, Deutsche Bank avisa de que España «se adentra en una senda de recuperación que no está asegurada y es muy sensible al entorno externo y a la continuación en las reformas estructurales». Éstas y la reducción de los niveles de deuda del sector privado «deberían permitir a la economía española volver a alcanzar niveles de crecimiento del 2% en 2018 y recuperar niveles de crecimiento potencial del 2,5% en la próxima década». Una cifra, según reseña, «superior a la que se espera para Alemania».

Los analistas de Deutsche Bank hacen, asimismo, un llamamiento al Gobierno español para que «ahora que los inversores internacionales» miran a España, en general, «con buenos ojos», no caiga «en la complacencia», un riesgo que aumenta en tanto en cuanto 2015 es año electoral. Esto, advierte la entidad, «impediría recuperar el empleo», el principal caballo de batalla para la economía española.

Respecto a la evolución de la economía mundial, Deutsche Bank cree que crecerá más en 2015 que en 2014 (3,5% frente a 3,1%), a pesar de los datos más débiles de crecimiento en China y Europa y que han despertado los temores sobre una nueva recesión global. Para el banco germano, «Estados Unidos seguirá siendo el motor de crecimiento» y, en Europa, «el apoyo del Banco Central Europeo (BCE) permitirá evitar la recesión».

En cuanto a los bajos precios del crudo, estima que «persistirán mientras la OPEP no decida recortar la producción», lo que hará que la inflación también mantenga «niveles bajos» en 2015. Asimismo, prevé que «las presiones salariales llevará a la Reserva Federal a subir tipos a mitad de año, mientras que en Europa el BCE decidirá previsiblemente a finales del primer trimestre comenzar una política de compra de bonos públicos».