Tras el alto el fuego entre Israel y a Yihad Islámica Palestina y el cese de los bombardeos israelíes sobre Gaza, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken se congratuló por la paz. “Agradecemos a quienes han mediado en este acuerdo y expresamos nuestras condolencias a las familias de los civiles que han perdido la vida. Seguiremos promoviendo la calma y seguiremos comprometidos con la seguridad de Israel”, escribió en Twitter.
Palabras de paz que esconden hechos muy diferentes. El apoyo de EEUU a Israel -cuyo hipertrofiado ejército es, en los hechos, una extensión del poder del Pentágono en Oriente Medio- es algo tan incuestionable para cualquier inquilino de la Casa Blanca, que hasta Biden ha tenido que enfrentarse públicamente al ala izquierda de su propio partido, cuando algunos legisladores demócratas consiguieron bloquear los fondos de 1.000 millones de dólares para que Israel pudiera reponer su sistema de defensa antimisiles ‘Cúpula de Hierro’. Finalmente, en marzo de 2022, Biden lograba que se aprobaran esos 1.000 millones, junto a otros 3.800 millones de dólares en ayuda militar anual para el régimen de ocupación israelí de acuerdo con un Memorando de Entendimiento firmado por el expresidente Barack Obama en 2015.
El proyecto aprobado en marzo a instancias de Biden -y con el apoyo republicano- incluía la Ley de Normalización de Israel, que tiene como objetivo promover los llamados Acuerdos de Abraham que el régimen sionista ha firmado con varios países árabes como Arabia Saudí, Emiratos Árabes o Marruecos.
El ministro de Asuntos Militares de Israel, Benny Gantz, agradecía entonces la ayuda a la administración Biden. “La conexión estratégica entre nosotros y EE.UU, que se basa en una alianza de intereses y valores, es crucial para la seguridad de Israel y para mantener su superioridad militar en la región, y haremos todo lo posible para fortalecerla y salvaguardarla”, dijo entonces Gantz.
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, dijo que el apoyo que recibió Tel Aviv en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos es “un testimonio de la relación estratégica entre Israel y los EEUU”.
También desde EEUU llegaron las felicitaciones. El poderoso lobby pro-israelí en EEUU, AIPAC, tuiteaba: “Un Israel fuerte hace que EEUU sea más seguro. Esta asistencia crítica ayuda a garantizar que nuestro aliado tenga los recursos necesarios para defenderse de las crecientes amenazas»
Detrás de cada bomba israelí que cae sobre la Franja, detrás de cada tanqueta que ocupa Cisjordania, detrás de cada bala sionista que atraviesa a un palestino, hay un fajo de varios millones de dólares, y una sonrisa en el Pentágono.