Arte

Después de la alambrada

Si las manifestaciones artí­sticas, aquellas formas en las que las personas tienen la necesidad de expresarse, nunca pueden ser desligadas del contexto en el que se han realizado, el exilio forzoso es desde luego un elemento de indudable peso en el arte español del siglo XX. La mezcla de influencias y lenguajes no hicieron mas que enriquecer el imaginario cultural tanto de sus creadores, como del resto de españoles, marcados en nuestra historia por este oscuro periodo. Por primera vez una retrospectiva se centra exclusivamente en recopilar, y además clasificar minuciosamente toda esta producción. Desde Europa hasta América, desde 1939 hasta 1960, la huella que los españoles dejaron fuera de nuestras fronteras regresa para seguir cumpliendo su cometido estético, emocional y documental.

Hasta 200 iezas de medio centenar de artistas son las que se pueden contemplar en Después de la alambrada. El arte español en el exilio (1939-1960), que además analiza por primera vez en profundidad los distintos exilios geográficos, sociológicos, ideológicos y estéticos que desgarraron e impregnaron el arte español del siglo XX. Una retrospectiva que manifiesta un interés explícito mucho más allá de lo contemplativo o lo meramente estético, la exposición se estructura como un estudio de cuestiones como la fecunda aportación a las nuevas tierras de acogida y ahonda en las claves temáticas y formales del imaginario artístico del exilio, así como en los elementos que asociaron o disociaron el arte producido antes y después de la contienda fratricida. Sobre este segmento histórico de dos décadas, en el que se ubica el material recuperado, se despliega una reflexión, tanto estética como ideológica, acerca del arte del exilio español en su conjunto, abordando la naturaleza de las transformaciones experimentadas por los lenguajes visuales que los artistas “desterrados” llevaban como equipaje al abandonar España. Aunque ahondando también en la tensión que se produjo entre la persistencia o desvanecimiento de la memoria del origen, y la inevitable transformación a partir de la irrupción del nuevo paisaje histórico, cultural y estético que supusieron los nuevos contextos. Siguiendo esta linea analítica, en el espacio se separan físicamente las obras creadas en América y en Europa, y se incorporan curiosos documentos recuperados, que acompañan a las obras de arte, como por ejemplo un ejemplar del 30 de mayo de 1939 del Diario Sinaia, lanzado por la primera expedición de republicanos españoles a México. La modesta revista, realizada en el buque que los llevó al país centroamericano y del que tomó el nombre, está considerada la primera publicación del exilio de la Guerra Civil. Hasta el 25 de Abril Sala La Nau Valencia