Terremoto Brexit

Derrota de May e incertidumbre al cubo

La arquitectura política del parlamento actual bloquea cualquier solución

Al final, May no logró convencer más que a los ya convencidos. Ni las amenazas ni las súplicas de la primera ministra tuvieron el menor efecto. May se quedó únicamente con los votos de sus fieles dentro del partido conservador, que son solo dos tercios de sus diputados: el otro tercio votó en contra, unos porque abogan por un Brexit duro sin acuerdo, y otros porque están a favor de la permanencia en Europa. May tampoco consiguió apoyos en los otros partidos: ni en los unionistas irlandeses, ni en los nacionalistas galeses o escoceses, ni entre los liberales, ni en los laboristas. Su soledad fue patética, y testimonió, por si cabía hacerlo de una manera más explícita, que el país está metido en un atolladero, que no sabe muy bien lo que quiere, que está dividido y sin norte. Theresa May pagó los platos rotos de ese desconcierto, y vio cómo le destrozaban toda la vajilla.

La pregunta del millón es, ¿y ahora qué? La derrota aplastante de la primera ministra forzó al líder laborista Corbyn a presentar una moción de censura. Pero Corbyn no tiene mayoría para sacarla adelante, lo que curiosamente podría convertirse en el balón de oxígeno que necesita May para salvar su pellejo y sobrevivir. En todo caso, nada de esto resolverá la cuestión de fondo, que sigue siendo la misma.

Las tres opciones que hay sobre la mesa siguen estando ahí: los partidarios del Brexit sin acuerdo se muestran intransigentes con su postura y no quieren más negociaciones con Europa, pero en la actualidad no tienen ni de lejos mayoría en el Parlamento; la propuesta de May para un Brexit negociado ha sido rechazada, pero sigue ahí, quizá a la espera de pequeños cambios que la mejoren o de nuevas concesiones de Europa, que puedan convencer en el futuro a más diputados; la tercera opción, volver a hacer un nuevo referéndum, gana adeptos, pero tampoco tiene una mayoría en el Parlamento actual. Hay tres propuestas, pero con la arquitectura política del parlamento actual ninguna puede salir adelante. Quizá esto aboque a unas elecciones anticipadas y retrase un año más la solución al enigma.

Al día siguiente de la votación, no hay grandes caídas en las bolsas ni hundimiento de la libra, lo que viene a sugerir que lo ocurrido era algo con lo que ya se contaba, y que lo importante es lo que vaya a ocurrir a partir de ahora. Pero, ¿qué es lo que va a ocurrir ahora? Hagan apuestas.