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Deoleo renuncia a una solución andaluza para acabar en manos del fondo CVC

Ganó el más fuerte, pese a no ser español. El fondo de capital riesgo CVC se ha impuesto en la puja por hacerse con Deoleo, primer productor de aceite de oliva del mundo. El consejo de administración de la compañía aprobó ayer jueves por mayoría absoluta la venta de las participaciones de Bankia (16,5%) y de BMN (4,8%) a la firma de private equity, cuya oferta incluía un precio de 0,38 euros/acción, una ampliación de capital por el 10% y una OPA al mismo precio y financiación complementaria para renovar la deuda de 473 millones.

El handicap de la españolidad no fue un obstáculo insalvable. Ni siquiera a pesar de la oposición de Dcoop, la antigua Hojiblanca, que albergaba la esperanza de capitalizar a su favor el hecho de ser el único accionista industrial español presente en Deoleo. La cooperativa de productores liderada desde hace años por el histórico dirigente Antonio Luque intentó que la Junta de Andalucía, a través de Unicaja, y que el Ministerio de Agricultura, desde la SEPI, blindaran la compañía en torno a su participación del 10%.

La realidad, sin embargo, es que los accionistas de Deoleo desconfiaban de la propuesta de Dcoop. La cooperativa de fabricantes estaba dispuesta a comprar sólo la participación de Bankia, mientras que para la reestructuración financiera que necesita la compañía esperaba contar con apoyo institucional. No en vano, su gran baza como interlocutor en todo el proceso es que como productor representa a 300.000 familias andaluzas vinculadas a la industria del aceite, es decir, a un gran colectivo votante.

Ayer jueves, mientras CVC celebraba su éxito, Luque salió a la palestra para cargar contra todos los implicados en el resultado final, sobre todo contra las antiguas cajas, tanto a Bankia y a BMN por ignorar su oferta, como a Unicaja por no alinearse de su lado para nuclear el bando que garantice la españolidad de Deoleo. Sin embargo, el resto de accionistas consideran que Dcoop «ha sido muy intransigente» a la hora de abordar su participación en la resolución del proceso de venta coordinado por el banco JP Morgan.

Al final, el ministro Miguel Arias Cañete, en plena campaña electoral a la Europeas, se ha dado por satisfecho con que la continuidad de Caixa, Kutxa y Unicaja, que atesoran el 20%, sirva como garante de los intereses españoles en Deoleo. Más aún, la pelota está ahora en el tejado de Dcoop, a quien han invitado a formar parte de este núcleo con su participación e igualar así el 30% que se ha garantizado CVC. Sin embargo, la cooperativa de productores se ha mantenido al margen y es posible que pueda vender.

Con menos recursos financieros que cualquiera de los interesados, el único argumento esgrimido por Luque para hacer valer su candidatura es que el fondo CVC, o cualquier otro que hubiera resultado ganador, incluido el Fondo Strategico Italiano, cuya participación politizó el proceso, pone en peligro la españolidad de Deoleo. La compañía aceitera, asesorada por Garrigues, ha ignorado esas críticas a la hora de decantarse por la oferta del private equity, arropado por DLA Piper, Bain, Optima y Deloitte.

¿Cuál es el mejor futuro para Deoleo? El carácter de sector estratégico que se atribuye al aceite de oliva, donde España es líder mundial con un 50% de la producción global, hace que el cambio de control en la compañía, propietaria de marcas como Koipe, Carbonell, Bertolli o Carapelli, haya concedido una dimensión especial a la venta del 20%, indirectamente en manos del FROB (Economía), por la incertidumbre que puede generar sobre su desarrollo futuro al margen de los intereses para la industria agraria española.