Los partidos catalanes no se ponen de acuerdo en la reforma de la ley electoral

Demasiado a repartir

Se había anunciado como una de las medidas estrellas de la legislatura, ero los partidos catalanes han sido incapaces de llegar a un acuerdo para reformar la ley electoral local.Y es que había demasiado en juego. El dominio político catalán se mantiene sobre una asimétrica distribución de escaños donde el voto de las zonas rurales -más conservadores y nacionalistas- está sobrerepresentado con respecto al voto urbano.La ley electoral catalana marca que un voto de la Cataluña rural vale bastante más que un voto urbano. Bajo la bandera de “repartir la representatividad”, se sobredimensiona el voto de las zonas más conservadoras, frente al de las ciudades, donde se concentra la clase obrera y los sectores sociales más dinámicos.Los partidos nacionalistas, CiU y ERC, se han negado tajantemente al cambio. La Cataluña rural es su principal granero de votos, permitiéndoles obtener una representación en el parlamento mayor de lo que marca la suma de votos cosechados.Pero el PSC se ha encontrado también con un problema. Los socialistas habían reclamado históricamente el cambio de la ley electoral, que les perjudicaba frente a los partidos nacionalistas.Pero varias ahora ese pilar político supondría un problema para el régimen catalán en su conjunto, y por tanto también al PSC.La deriva nacionalista e insolidaria, pero también los chanchullos y el control de la partitocracia oficial, exige mantener “silenciados” socialmente a los sectores más dinámicos.Por eso, la infrarepresentación del voto urbano, donde se concentra la mayoría de la clase obrera, sigue siendo hoy “una cuestión de Estado” para la burguesía catalana.