Es imposible desligar la precipitación de los acontecimientos en torno a la monarquía -que ha acabado con la salida de JCI de España- del momento especialmente crucial que vive nuestro país, de los números de la pandemia económica y de los recortes e imposiciones que nos están preparando.
¿Qué está ocurriendo para que sean «Corina y Villarejo» los que abren los telediarios como si fueran analistas cualificados? ¿Se está juzgando a un hombre de gran peso específico en el país en los últimos cuarenta años por corrupción?
Tampoco se están juzgando ni debatiendo los privilegios por nacer en el seno de una Casa Real, no es un debate propuesto por historiadores o sociólogos.
Lo que está en cuestión es una institución clave, la Jefatura del Estado.
Hoy mismo el New York Times, el mismo diario que decía hace unos meses que «España es una oportunidad de negocio», dice: «La salida del rey emérito puede alimentar el debate político y social en España sobre el futuro de la monarquía». En Wall Street lo tienen claro.
Los documentos de Corina y Villarejo se grabaron en 2014 y hace cuatro años ya los publicó OK diario, sin apenas repercusión. y sin embargo es ahora, cuando se vuelven a publicar, cuando inundan las portadas y programas de televisión. ¿Por qué ahora y no hace 3 o 4 años? Porque hay un proyecto gigantesco de saqueo y mueven el tablero político para imponerlo.
Hay que separar lo judicial de lo político. Si el rey emérito ha blanqueado 100 millones que se le juzgue y recaiga sobre él todo el peso de la ley. Pero hay que analizar el momento político y lo que se busca, preguntándonos siempre aquello de : ¿Quién lo dice, cuando lo dice y por qué lo dice?
En la transición hemos tenido otros casos, aunque no de esta envergadura. A Mario Conde no se le juzgó y se le quitó Banesto cuando cometía sus delitos financieros, sino cuando el núcleo duro de la oligarquía financiera decidió que no le permitían seguir creciendo para entrar como un competidor más en su club.
Son -como se ha dicho antes- diarios británicos o como OK diario, proyanquis y conectados con las cloacas del Estado y del hegemonismo, quienes utilizando información privilegiada están poniendo en jaque al Estado llevado adelante un descarado plan de degradación.
-Manteniendo abierta una herida en la Jefatura del Estado por la que desangrar, dividir y enfrentar al país.
-Creando un clima de opinión que alimenta la visión de un país débil, con instituciones transnochadas y herederas de un régimen autoritario… Con una justicia inferior frente a la belga o la Suiza que investiga las cuentas del Rey pero que nunca investigó la evasión fiscal y los delitos de lesa humanidad que guardan las cajas fuertes de sus bancos…
-Interviniendo en las diferencias que hay entre las fuerzas del gobierno de coalición…
-O alimentando otra herida, la de la unidad, cuando vemos a unTorra pidiendo la abdicación del rey por corrupción mientras recibe arrodillado la bendición del 3% de Pujol.
Asistimos a esta ofensiva porque para imponer a nuestro país un nuevo salto en el saqueo al 90% de la población y en la apropiación de las riquezas nacionales necesitan degradar.
La degradación busca la inestabilidad permanente, sobre todo en los momentos decisivos del país como éste, para impedir que el pueblo se una y luche contra sus proyectos.