Dos columnas de pensionistas, una desde Bilbao y la otra desde Cádiz, partieron a finales de septiembre andando en dirección a Madrid, como gesto de protesta en defensa de las pensiones ante su continua amenaza.
Un grupo de quince pensionistas de Rota (Cádiz) partieron el 21 de septiembre caminando en dirección a Madrid. Ante ellos, 630 kilómetros que deben recorrer hasta llegar a su destino. A un ritmo de 25 kilómetros por día.
Dos días después, el 23 de septiembre, partían desde Bilbao una treintena de pensionistas, al principio todos del País Vasco, pero pronto sumándose jubilados de Cantabria, Asturias o Cataluña, también con el objetivo de llegar andando a Madrid. Son 400 kilómetros que deben recorrer, a una media de 20 kilómetros por día.
“Seguimos la estela de la marcha del hierro de 1992”. Así define la iniciativa el pensionista Luis Alejos, que participa en la columna de Bilbao. Haciendo referencia a la marcha que hicieron hace casi tres décadas los trabajadores de los Altos Hornos de Vizcaya para defender el sector siderúrgico de nuestro país, ante los planes de desindustrialización de Felipe González.
Y no solo se limitan a pasar, sino que hacen concentraciones y protestas en cada uno de los pueblos que visitan, para hacer llegar la conciencia de su lucha. Incluso en ocasiones han dado charlas a niños en los colegios cedidos para dormir sobre el porqué de su marcha.
En un momento en que las pensiones corren máximo peligro, con el FMI y el BCE clamando por su privatización para que el capital privado pueda hacer negocio con ellas, es necesario más que nunca este tipo de luchas que ponen en evidencia la necesidad de proteger las pensiones. Y como defiende la MERP, Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones, presente en la manifestación solo blindándolas en la Constitución para que ningún gobierno presente o futuro pueda modificarlas o privatizarlas, se garantiza su futuro.