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Damm y la banca fracasan en su intento de encontrar una salida pactada en Pescanova

Damm y la banca española, liderada por Banco Sabadell, CaixaBank y el Banco Popular, fracasaron ayer en una reunión que intentaba acercar posiciones para reconducir la ruptura de relaciones que está llevando a Pescanova a una situación imposible, según han señalado fuentes financieras conocedoras del encuentro.

Ambas partes habían decidido darse una prórroga y buscar una salida airosa y pactada a la crisis del grupo pesquero. Este lunes, ambas partes se reunieron en Madrid para intentar cerrar un acuerdo in extremis que permitiera salvar a la multinacional gallega con garantías, según han explicado fuentes financieras. Tras casi cuatro horas de cara a cara entre ambas partes, el encuentro finalizó sin acuerdo, ante la imposibilidad de casar los intereses de los dos lados.

El grupo pesquero se encuentra en concurso de acreedores. El consejo de la empresa ha optado por la solución de Damm y Luxempart, que no cuenta con el apoyo de la banca española. La pasada semana, Deloitte, en su calidad de administrador concursal, realizó un informe favorable a la propuesta de Damm que, sin embargo, incluía importantes riesgos, incluyendo los financieros.

Ante esta disyuntiva, el presidente de Damm, Demetrio Carceller fue el que propuso el viernes un acercamiento a la banca acreedora, que ya estaba levantando su propia propuesta alternativa, con un socio industrial, que podría ser Iberconsa, o con el fichaje de un consejero delegado especializado en el sector pesquero.

Según fuentes financieras, tanto Damm como la banca consideran que reflotar Pescanova es un gran reto. Y que sería mejor afrontarlo de manera conjunta pese a que en este momento ninguna parte se fía de la otra.

Por ello, Damm está dispuesto a revisar uno de los conceptos que más han separado a la cervecera de la banca: aceptar que la deuda de Nueva Pescanova, la sociedad que se creará para segregar el riesgo de la sociedad, sea de 1.000 millones, como quiere la banca, lo que implica una quita menor, y no de 700 millones, como siempre ha defendido Damm.

Aviso a navegantes

El informe del administrador concursal es, en este sentido, un auténtico aviso a navegantes del riesgo en que se está incurriendo en caso de que se acepte un convenio sin el apoyo de la banca española.

Entre estos peligros se avisa que “las necesidades de financiación del Grupo cuantificadas en el Plan de Viabilidad en 150 millones de euros se destinan principalmente a cubrir necesidades de financiación operativas de las filiales nacionales (26 millones de euros), filiales internacionales (54 millones de euros), costes y deuda de Pescanova (13 millones de euros), repago del Fresh Money (18 millones de euros), contingencias judiciales (5 millones de euros), así como un importe de 35 millones de euros de margen de maniobra”, según consta en el informe de Deloitte.

Fragilidad financiera

Pero, además, el informe del convenio avisa de la fragilidad financiera de las filiales internacionales y de que puede ser necesario paliar la temporalidad y estacionalidad de los negocios, además de cubrir otra clase de riesgos.

“Podrían ponerse de manifiesto necesidades de financiación adicionales derivadas de potenciales desviaciones entre la evolución prevista del negocio y la evolución real del mismo, principalmente durante el período interino entre la fecha de elaboración de la Propuesta de Convenio y la fecha real de disposición de los fondos”, alerta el informe.

También resalta el administrador concursal “una necesidad de negociación de un waiver temporal para el repago del Fresh Money de manera a que pueda estar en línea con el calendario previsto para la disposición de los fondos considerados en el Plan de Viabilidad, o en su defecto, Pescanova tendrá que afrontar el repago integral de dicha deuda a través de la tesorería disponible a 28 de abril de 2014 y que podría mermar su capacidad de seguir financiando la operativa del Grupo durante los próximos meses, hasta que se haga efectiva la inyección de los fondos”. Es decir, sin apoyo financiero de la banca, el plan de viabilidad peligra.