La irrupción del 90% de la sociedad en las manifestaciones del 19-J, exigiendo la más amplia unidad para luchar contra el saqueo y la intervención, está provocando ya importantes consecuencias. La Cumbre Social convocada por CCOO y UGT ha unido a todos los sindicatos, incluso los más sectoriales. Y a ella se han unido más de un centenar de organizaciones sociales. Un movimiento social de esta amplitud no surgía en España desde las movilizaciones contra la guerra de Irak. Se han convocado movilizaciones unitarias en agosto, que culminarán en una marcha nacional en Madrid el 15 de septiembre. Con el horizonte «que todos dan por seguro aunque no haya sido todavía convocada oficialmente- de una huelga general en octubre. Debemos empeñarnos en fortalecer esta unidad, hacerla lo más amplia y profunda posible. Organizándola por la base en cada barrio, centro de trabajo o estudio. Para preparar desde hoy mismo el éxito de la huelga general en otoño. Cuanto más unidos estemos, más fuertes seremos para enfrentarnos a los recortes impuestos por el FMI y Berlín.
En la carta remitida por los secretarios generales de CCOO y UGT a más de un centenar de organizaciones, invitándolas a participar en la Cumbre Social, se señalaba que “las medidas que ha aprobado el gobierno en estos últimos días, y también la nefasta reforma laboral, o las medidas adoptadas en sanidad, educación, dependencia… tienen un denominador común: cargan las consecuencias de la crisis y sus hipotéticas salidas en los sectores y colectivos más débiles de la sociedad”. «La huelga general en otoño debe ser una movilización masiva del 90% de la sociedad. Porque todos nos jugamos nuestro futuro»
Y llamaban a que “no solo el movimiento sindical, sino toda la sociedad debe defenderse de estas agresiones”. Proponiendo que “definir una iniciativa de carácter incluyente, en la que todo el mundo pueda participar explicando lo que piensa más allá de su ideología, sería un elemento fundamental”.
La conciencia de que estamos sufriendo un ataque masivo contra el 90% de la población, que exige la más amplia unidad, ha calado. Millones de personas lo han demostrado en la calle en las movilizaciones de los últimos días. Y esta respuesta popular ha obligado a todas las organizaciones a tomar posición.
La convocatoria de la Cumbre Social por parte de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, es un buen ejemplo. Hace unos pocos meses crearon la Plataforma en Defensa del Estado del Bienestar y los Servicios Públicos, uniendo a 58 colectivos sociales. Ahora, la unidad se ha ampliado considerablemente.
En la Cumbre Social celebrada en Madrid estuvieron presentes representantes de más de 150 organizaciones. Todos los sindicatos, desde las centrales de clase hasta las sectoriales, como CSI-F, la organización mayoritaria entre los funcionarios.
Pero también colectivos tan heterogéneos como las asociaciones de consumidores, organizaciones de dependientes o una nutrida representación del mundo judicial, con la Unión Progresista de Fiscales, Jueces por la Democracia y el Foro Judicial Independiente. Un espectro que iba desde Ecologistas en Acción o la Asociación de Futbolistas de España, hasta el Sindicato de Periodistas o el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
Desde organizaciones claramente situadas en el ámbito de la izquierda, como el Sindicato de Estudiantes o la Unión de Actores, hasta el Sindicato Unificado de Policía (SUP) o la Unión de la Guardia Civil (UGC).
Todos, unidos en una plataforma común que ha denunciado con rotundidad los recortes y tijeretazos, y se ha juramentado para “articular un movimiento pacífico capaz de canalizar el descontento”.
Es una conquista que no va a quedarse en el terreno de las palabras. Ya se han decidido movilizaciones conjuntas. El 15 de septiembre, Madrid será escenario de una gran manifestación, donde confluyan delegaciones llegadas desde todos los puntos de España. El 6 de septiembre se creará una Comisión Promotora, con el objetivo de recoger firmas para exigir un referéndum donde el conjunto de ciudadanos puedan manifestar su opinión sobre la oleada de recortes que nos exige Bruselas y el FMI.
Todo, con el horizonte de una huelga general que, como declaraba el secretario general de CCOO, Ignación Fernández Toxo, “debe ser social, tener implicación ciudadana, y no incluir solo a los sectores estrictamente sindicales”.
Las movilizaciones van a sucederse también en agosto, con concentraciones que coincidan con la celebración de los Consejos de Ministros, que previsiblemente aprobarán nuevos recortes.
Estamos tan de acuerdo, que proponemos ampliar y profundizar esta unidad. Van a celebrarse Cumbres Sociales en todas las comunidades, uniendo a la plataforma unitaria a los colectivos locales.
Pero no es suficiente. La unidad debe forjarse lo más pegada al terreno. Por eso proponemos crear en cada barrio, en cada fábrica, en cada hospital o ambulatorio… Plataformas de Unidad que incluyan a todas las organizaciones, partidos y sectores sociales, desde las pymes y autónomos a los trabajadores, desde los pensionistas y dependientes a parados y funcionarios.
Que cojan en sus manos la preparación de las movilizaciones en septiembre y octubre, y que lleven en su ámbito territorial y sectorial una intensa campaña para unir al máximo de gente posible.
Te llamamos a participar en ellas, desde tu puesto de trabajo, o en tu barrio o pueblo. Esto depende de todos, y no de un pequeño círculo.
Esta es la clave para poder enfrentarnos con éxito al negro destino que pretenden imponernos Berlín y el FMI, y al que parece plegarse el gobierno de Rajoy.
La huelga general en otoño debe ser una movilización masiva del 90% de la sociedad. Porque todos nos jugamos nuestro futuro. Y o nos salvamos todos juntos, o no se salva nadie. Y eso depende del trabajo por ampliar la unidad y organización que empecemos a hacer hoy mismo.