Cuanto más tienes, menos pagas. Cuanto menos tienes, más pagas. Justo lo contrario de lo que necesitamos. Una sangrante realidad que no sólo golpea a todos los ciudadanos. También a las pequeñas y medianas empresas. Las grandes potencias europeas pagan la mitad de intereses que los países del sur «como España, Grecia o Portugal- sometidos a un saqueo inflexible. Mientras que las pymes pagan el doble por los créditos que los grandes monopolios. ¿Es que para asegurar los beneficios de los monopolios alemanes o españoles es necesario asfixiar a las pequeñas empresas que crean riqueza y empleo?
Los grandes monopolios germanos se financian pagando tan solo un interés del 1,8%. Se benefician de los irrisorios tipos aplicados al Estado alemán, que solo tiene que abonar a los compradores de sus bonos a dos años el 0,11%.
En determinados momentos, Alemania ha podido incluso colocar títulos de deuda a intereses negativos. Es decir, era el comprador quien tenía que pagar intereses a Berlín. «¿Es que para asegurar los beneficios de los monopolios alemanes o españoles es necesario asfixiar a las pequeñas empresas que crean riqueza y empleo?»
Y cuanto más baja el interés que abona Alemania, más sube el que tiene que pagar España. Ahora mismo pagamos un 3,1% más que la deuda germana.
Un enloquecido mecanismo que nos impone un sangrante saqueo. Somos nosotros, con los recortes o rebajas salariales, los que hacemos posible que Alemania gane dinero comerciando con su deuda.
El atraco se multiplica cuando llegamos a España. Nos vendieron que era necesario “rescatar” a los grandes bancos para sanear sus balances y hacer que el crédito fluyera.
Era mentira. Según denuncia la Cepyme, los bancos rechazan el 70% de las peticiones de crédito de pymes y autónomos. Y lo que es más escandaloso, las entidades nacionalizadas –en las que hemos inyectado miles de millones de dinero público- son las que más restringen el crédito a las pymes, rechazando el 80% de las peticiones.
Y cuando, por fin, te conceden el crédito, obligan a las pymes a pagar un “recargo extra”. Los préstamos que no superan el millón de euros –que son los que solicitan las pymes- pagan un 105% más de intereses –el doble- que los de más de un millón –que se conceden a las grandes empresas-.
Mientras los monopolios españoles pagan sólo un 2,26% de intereses, las pymes tienen que abonar un 5,36%.Es una sangría que dificulta, cuando no impide, el acceso a la financiación a las tres millones de pequeñas o medianas empresas, que son las que crean riqueza y empleo.
A través de los bancos –rechazando el crédito o imponiendo draconianas condiciones- se ejecuta un trasvase de riqueza desde las pymes a los grandes monopolios, impidiendo que podamos salir de la crisis y acabar con el paro.
Es necesario acabar con este robo. Imponiendo a los bancos nacionalizados –que son hoy, de conjunto, el primer grupo financiero español- la obligación de canalizar sus enormes recursos hacia créditos blandos a las pymes y autónomos dispuestos a crear empleo.