La lava del volcán Cumbre Vieja ha devorado más de 1.000 construcciones y ha arrasado con 400 hectáreas de tierra. La erupción no cesa y la preocupación de los palmeros y las palmeras tampoco. Garantizar el acceso a las ayudas, eliminando cualquier traba burocrática, y poner todos los medios para facilitar a la gente rehacer sus vidas es una cuestión de primera necesidad.
La lengua del volcán avanza implacable y arrasa con todo lo que se encuentra a su paso. Aunque las zonas externas estén enfriándose, el corazón de la colada mantiene una temperatura de unos 1.200 ºC. La lava avanza a una velocidad de 100 metros por hora, formando una enorme masa incandescente que penetra y disuelve todo lo que toca.
Afortunadamente, gracias a la labor de predicción de los científicos y gracias a las fuerzas de seguridad y al sistema de prevención activado, no ha habido de momento pérdidas humanas. Pero asciende a mas de 6.000 el número de personas han tenido que ser evacuadas.
Y en cuanto a las pérdidas materiales, son irreparables. De momento, más de 400 hectáreas y 30 kilómetros de carretera han sido afectados en los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte. Se han producido daños en infraestructuras, bienes públicos y privados, cultivos, explotaciones agropecuarias y polígonos industriales. Además, el abastecimiento de agua se ha convertido en un problema importante en en la zona al sur de la colada, donde zonas agrícolas han quedado incomunicadas.
Las ayudas prometidas
Según las últimas declaraciones de Pedro Sánchez, en los próximos días aprobará un decreto ley que incluirá un “potente paquete de medidas” que se destinará a reconstruir infraestructuras, restablecer el suministro de agua e invertir en empleo, viviendas, agricultura, turismo y beneficios fiscales.
El presidente del Gobierno así lo ha anunciado, en su tercera visita a la isla de La Palma, y ha concretado la cifra de la inversión, de una cuantía de 206 millones de euros. Este dinero se suma a los 40 millones que ya ha destinado el Gobierno de Canarias y los 10,5 millones que aprobó el propio Gobierno Central recientemente.
Ahora es imprescindible la máxima unidad y coordinación entre las administraciones central, autonómica y el Cabildo de La Palma, así como facilitar la ayuda de forma ágil para la población afectada.
Aprendamos de Lorca
El 11 de mayo de 2011 la localidad murciana de Lorca sufrió un fuerte seísmo que se llevó la vida de nueve personas, dejó 324 heridos, 33.200 familias afectadas y 1.798 viviendas derruidas. En ese momento, como ahora, se aprobaron importantes ayudas económicas para los afectados, que ascendieron finalmente a un montante de 1.200 millones de euros.
Sin embargo, cinco años después un 40% de las personas que se quedaron sin casa por el terremoto no había podido aún volver a su hogar. Y no ha sido hasta diez años más tarde, en este mismo año, cuando se ha dado por completada la reconstrucción de la zona.
En el camino, más de 5.000 familias se han visto obligadas a levantar una batalla judicial contra el Gobierno murciano ante las trabas que se estaban encontrando para recibir las ayudas. El litigio finalizó en 2020 cuando, al fin, el Gobierno de la región decidió dejar de reclamar las facturas de justificación de las ayudas y dar el dinero por entregado a fondo perdido.
Debemos aprender de los errores cometidos. La gente de La Palma pide hoy que no pasen al olvido cuando la erupción acabe y el volcán deje de ser noticia. Todas las administraciones deben volcarse en proteger a las familias desalojadas y todos los recursos deben destinarse a reconstruir las vidas de los afectados por el volcán, impidiendo que trabas burocráticas alarguen el sufrimiento de los palmeros.