Cataluña es la comunidad donde las rentas bajas pagan más IRPF. Sin embargo, está entre las cinco autonomías en las que las rentas más altas abonan menos impuestos. Este es el corazón de la política fiscal que aplican Puigdemont y Torra, ejecutada por Junqueras, al ostentar ERC la vicepresidencia económica del govern.
Las autonomías tienen capacidad legislativa sobre la mitad del IRPF. Pueden subir o bajar la cuota en los diferentes tramos. ¿Para qué ha utilizado la Generalitat esta capacidad de maniobra? Para imponer que los que menos tienen paguen más, y los que más tienen paguen menos. Para quien declara ingresos menores de 16.000 euros anuales, procedentes únicamente de su trabajo, el tipo estatal está en el 9,5%. Todas las comunidades han rebajado los tipos en este tramo más bajo, y ninguna supera el 10%. Todas… menos Cataluña, que mantiene para los que menos cobran un tipo del 12%. Eso significa que un trabajador que apenas es mileurista paga en Cataluña 140 euros más que en Madrid.
¿Sucede lo mismo con las rentas más altas? No. La hiperselecta élite con sueldazos de más de 10.000 euros mensuales está protegida por el govern de Torra, que les permite pagar 3.205 euros menos que lo que les correspondería si tributara en Valencia.
La Generalitat es una maquina recaudatoria que saquea los bolsillos de los catalanes. Es la comunidad que ha creado más impuestos propios, hasta 18. Pero lo hace de forma retrógradamente selectiva. Duro con quien menos tiene y generoso con quien más tiene. Si esto es lo que hacen ahora, ¿se imaginan lo que harían si en una Cataluña independiente los Puigdemont y Torra tuvieran el control total sobre la hacienda catalana?