El FMI ha publicado un informe el pasado jueves 22 de Septiembre con un mensaje tremendamente claro y directo: o Portugal recorta 900 millones de euros en gasto público, o podrían ser «rescatados».
Eso sólo entre 2017 y 2018, lo que supone el 0´5% de su PIB. El mensaje del FMI se suma al que ya Bruselas hizo pocos días atrás, por el cual Portugal debe recortar 450 millones de euros antes del 15 de Octubre de este mismo año si quiere cumplir con los objetivos de déficit, impuestos por la Comisión Europea en un 2,5%.
El FMI exige que ese dinero sea recortado a los funcionarios, reduciendo la plantilla y aumentando el número de horas del funcionariado sanitario, que actualmente se encuentra en 35 horas semanales. Mientras tanto, la Comisión Europea ataca el aumento del salario mínimo y la desprivatización de la compañía aérea lusa TAP. Un nuevo ataque a las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población.
Esto no es nuevo. Portugal, al igual que Grecia, Irlanda, Italia o España misma, es víctima del proyecto de saqueo del hegemonismo norteamericano y de la Europa alemana. Y debe servirnos de aviso, pues si con Portugal no han tenido suficiente, de seguro tampoco lo han tenido con nosotros. La lucha de Portugal frente a las imposiciones del FMI y Bruselas es también la nuestra.