Llega el frío y se agrava la pobreza energética

Cuando la elección es entre temblar de frío… o con la factura de la luz

Mientras las cinco grandes energéticas españolas (Iberdrola, Repsol, Endesa, Naturgy y Cepsa) disparan un 41% su beneficio, ganando más de 10.000 millones hasta septiembre, diversos informes alertan de un fuerte incremento de los hogares que sufren pobreza energética y climática. Son aquellos que no pueden permitirse el "lujo" de calentar sus casas en invierno.

Renunciar a encender la estufa. Dormir bajo cinco mantas, y ver el vaho que sale de tu boca, incluso en el salón de casa. Elegir entre tener algo en el frigorífico y poder pagar la factura de la electricidad, o el alquiler. Ver como tus hijos tiritan de frío en su habitación, o cogen un resfriado que dura semanas o meses. Sentir ansiedad, rabia o vergüenza cada vez que llama -amenazante- la compañía de la luz porque te has retrasado en las facturas. Mirar el calendario mientras te duelen los huesos: –¿cuándo se acabará el invierno?

Es la pobreza energética, y se estima que afecta de forma severa a 4,5 millones de personas en nuestro país, pero a mucha más gente en diferentes grados. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), al menos 3 millones de hogares familiares en España tienen serias dificultades para acondicionar la temperatura, pasando frío en invierno y calor en verano.

Según datos del Ministerio de Transición Ecológica, los hogares que no pueden mantener una temperatura doméstica adecuada -en invierno o en verano- son casi el 11%, y el porcentaje de familias que tienen dificultades para pagar la factura de la luz está en el 9,6%. Una cifra que se dispara hasta el 17,7 % en el caso de las familias con niños por el gasto asociado que ello conlleva.

Hay otros estudios, como el de REN21, un organismo vinculado a la ONU, que elevan el porcentaje que sufre pobreza energética al 17% de la población. La Fundación Ecodes, sin embargo, maneja datos más recientes, y calcula que los últimos indicadores de personas en riesgo de pobreza energética revelan un porcentaje cercano al 22%. “Y eso solamente en 2020. En 2021, empezó la escalada imparable de precios de la energía y, con toda seguridad, veremos a final de año (cuando se publica la nueva encuesta) unos datos mucho peores que los actuales”, afirma.

Malagón en El País

Con una inflación disparada y un empobrecimiento acelerado, la pobreza energética ha aumentado. En Ecodes atendieron entre enero y junio a las mismas personas que en el conjunto de 2021. En su mayoría fueron mujeres, aunque también este problema tiene una alta incidencia en hogares con personas jubiladas, familias monoparentales y numerosas, así como extranjeros. “Además, hemos visto que cada vez hay un colectivo que nunca antes acudió a los servicios sociales, pero que, con los elevados precios de la energía de los últimos meses, se encuentra en situación de riesgo de pobreza”, dice la directora de Energía y Personas en ECODES, Cecilia Foronda, a RTVE.

Moratorias y protección a los más vulnerables

En la anterior crisis -del 2010 al 2015- también se disparó este tipo de pobreza. La Aliança contra la Pobresa Energètica en Barcelona llegó a contabilizar casi 642.000 hogares que sufrieron interrupciones en su suministro de luz, y unos 200.000 que pasaron más de una semana sin energía.

En esta crisis inflacionaria, al menos, rige aún la moratoria -puesta en marcha en 2020, durante el confinamiento de la pandemia- que prohíbe el corte de suministros de energía eléctrica, gas natural y agua a las familias y consumidores más vulnerables. Pero su vigor acaba pronto: el 31 de diciembre de 2022. Por eso María Campuzano, portavoz de la Aliança contra la Pobresa Energètica, pide que esta moratoria se convierta en permanente, pues la situación actual “da mucha inseguridad a las familias”.

Campuzano insiste en que la que la situación es “crítica” e insta al Gobierno a ir “un paso más allá”. En primer lugar, ampliando el número de beneficiarios del bono social eléctrico y térmico y eliminando las “trabas para solicitarlo”: “Hay que entregar muchísima documentación y hay mucha burocracia asociada; por ejemplo, a las personas que viven solas les piden una fe de vida, un documento que no es fácil de conseguir”. «La ayuda debe ser automática. Que se crucen datos con Hacienda y que se conceda automáticamente”, sostiene la portavoz de Aliança.

Sólo se puede acabar con el drama de la pobreza energética redistribuyendo la riqueza.

Redistribuir la riqueza para acabar con este drama

Y mientras tanto, Iberdrola ganó -en los nueve primeros meses de 2022- 3.104 millones de euros. Endesa 1.651 millones. Naturgy 1.061 millones. Repsol 3.222 millones. Y Cepsa 982 millones. Beneficios tan indecentes como dramáticas las condiciones climáticas de millones de hogares españoles.

Las ayudas a los más vulnerables son imprescindibles, urgentes e impostergables. Pero sólo se puede acabar con el drama de la pobreza energética redistribuyendo la riqueza.

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Informe de Cáritas sobre el encarecimiento del coste de la vida en los hogares más vulnerables

Tres de cada diez familias, «asfixiadas» por la inflación

Tres de cada diez familias en España, unos seis millones (el 31,5% de los hogares en España), no cuentan con un presupuesto que garantice unas «condiciones de vida dignas» y se han visto obligadas a reducir gastos esenciales como el consumo de electricidad o la alimentación, e incluso a dejar de comprar algunos medicamentos y productos para mejorar su salud.

Son algunas de las dramáticas conclusiones del informe «El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo», presentado por Cáritas y la Fundación Foessa.

Con el habitual rigor de sus estudios sociológicos, esta organización humanitaria católica se ha basado en un sistema de medición de la pobreza a través de una cesta básica de bienes (vivienda, alimentación, suministros, ropa, ocio) y servicios (cuidado de menores de edad y dependientes, transporte, educación). Sirviéndose de estos parámetros, el estudio calcula el «presupuesto mínimo necesario» para llevar una vida digna, teniendo también en cuenta la composición de los hogares y el lugar donde residen.

El informe califica de «asfixiante» la realidad del 31,5% de los hogares, que cuentan con menos del 85% de ese presupuesto de referencia. Además de este grupo, el informe muestra dos más, los que tienen ingresos similares a ese presupuesto (23,7%) y con ingresos superiores al 115% de esa cifra (44,8%).

El informe califica de «asfixiante» la realidad del 31,5% de los hogares, que cuentan con menos del 85% de ese “presupuesto de referencia” para llevar una vida digna.

«Los hogares con graves dificultades para satisfacer sus necesidades básicas se encuentran, sobre todo, entre los que viven en alquiler, hogares con niños en edad de estudiar, personas con discapacidad o dependencia, con deudas, ausencia de ingresos estables y desempleo de alguno o todos los miembros activos del hogar», ha explicado Thomas Ubrich, miembro del equipo técnico de la Fundación Foessa.

El informe de Cáritas y Foessa también detecta el deterioro de la situación. Si antes de la crisis de la inflación, los hogares con ingresos inferiores a 1.500 euros mensuales destinaban 61 euros de cada 100 a vivienda, alimentación y transportes, al terminar el año 2022 estarán dedicando 80; y en el caso de las familias en peor situación que viven con menos de mil euros esa cifra será incluso superior.

«Todos nos hemos empobrecido como consumidores y tendremos menos dinero para otras cosas, pero ese 31,5% son muchas familias y no pueden asumir las condiciones básicas», ha explicado Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas.