Ciudadanos ha logrado 1.102.099 votos -365.000 votos más que en 2015-, el 25,37%, y 37 diputados, 12 más que hace dos años.
La victoria tanto en escaños como en votos de Ciudadanos es un hecho histórico. Por primera vez, un partido no nacionalista gana unas elecciones autonómicas, y lo hace con autoridad, superando el millón de votos, 160.000 votos más que el JuntsxCat de Puigfemont, la segunda fuerza tras las elecciones del 21D.
¿Por qué Ciudadanos ha crecido en todas las provincias, y se ha convertido en la primera fuerza en las provincias de Barcelona y Tarragona? El voto a Ciudadanos no es, como ha dicho el primer candidato de Catalunya en Comú Podem, Xavier Domènech, “un giro a la derecha”.
Ciudadanos, con Inés Arrimadas, su candidata a la presidencia de la Generalitat, al frente, ha desarrollado su campaña sobre todo en el cinturón rojo de Barcelona, y se ha presentado como “un partido que defiende sin complejos que queremos seguir siendo catalanes, españoles y europeos”, se ha dirigido directamente al pueblo trabajador con raíces en otras partes de España prometiendo soluciones a los problemas provocados por el procés.
L’Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más poblada de Cataluña y símbolo del cinturón rojo, fue el lugar elegido para el cierre de campaña, apelando a la unidad y a promesas para hacer volver a las empresas, auditar la corrupción y el despilfarro «levantando las alfombras de la Generalitat o mejorar la Sanidad y Educación».
Esta es la mejor respuesta a quienes dicen que el voto de Ciudadanos es un giro a la derecha, y que el cuadro que presentamos pone totalmente de manifiesto, reflejando cómo es un voto que ya dio un salto en las elecciones de 2015 en las poblaciones donde se concentra el mayor número de personas que forman parte del pueblo trabajador. Empezando por la propia ciudad de Barcelona, que gobierna Ada Colau, donde obtiene casi el 24% de los votos, y en las principales ciudades del cinturón obrero con ayuntamientos gobernados por el PSC.