Entrevista a Miguel Oñate

Crisis y Castigo

Hablar con Miguel Oñate es hablar con un representante del mejor rock y de los mejores grupos de toda una época que ya es atemporal. Cantante de los legendarios Asfalto, Miguel tiene el temple del rockero curtido y la sangre de Vallecas en las venas. «Crisis y Castigo» es su último disco.

¿Qué ha cambiado y qué sigue siendo igual? Nos hemos hecho más mayores, aunque eso tiene que servir ara algo, lógicamente. A la hora de componer el espíritu se mantiene. De hecho muchas de las cosas que se compusieron entonces tienen vigencia hoy en día. El escenario es el mismo aunque haya cambiado el decorado. Y la lucha diaria por manifestar tu posición a través de los textos. Antes de volver a sacar un disco, “Muy personal”, pasaron quince o veinte años. Después de “Muy personal” has sacado “Crisis y Castigo”, ¿por qué veinte años? Los dos LP’s que grabé con Asfalto fue con sello independiente, que era uno de los primeros, precisamente por el no apoyo de las discográficas. Yo no paré en todo ese tiempo de visitar compañías discográficas, pero me di cuenta de que perdía el tiempo y de que debía volverme a mi taller a seguir trabajando, buscándome los contratos o lugares donde poder tocar en directo. Lo que vi es que en las cabezas bailaban más las cifras que el sentido artístico. Va pasando el tiempo muy deprisa hasta que decidí autoproducirme en el 2007 con el “Muy personal”. Ahora no tengo la intención de perder el hilo y por eso a principios del 2010 salió “Crisis y Castigo”. Para el 2011 espero tener nuevo trabajo. Porque uno se debe a su gente que es quien te da la fuerza para continuar pese a los obstáculos que se presentan en este oficio. Era toda una época donde hubo una debacle en el rock, ¿no?, de decepción y desmoronamiento… Ten en cuenta que era la Transición y había muchas cosas que decir. Se tocaba mucho, se organizaban muchos conciertos, y había mucha predisposición, que también existe hoy en día, ganas por la música en directo que es realmente lo que es la música, porque un disco es simplemente una tarjeta de presentación para el artista, y una referencia para el oyente cuando te ha visto en directo; el disco es un "stand by" muy matemático, es lo que hay una y otra vez igual. La música es directo. Entonces habían macrofestivales y los ayuntamientos contratan a muchos grupos, y eso empezó a decrecer y las discográficas tiraron por una línea que les parecía mejor como negocio, y nos quedamos como proscritos. Tengamos claro que esto de los peludos y los rockeros aquí sigue sin ser una profesión. No quiero dramatizar pero prácticamente uno está tratado por la ley de vagos y maleantes, no es como el mundo anglosajón. Por otra parte nosotros nos traemos aquello del mundo anglosajón para expresar en nuestro idioma una cantidad de problemas que sientes como autor la necesidad de sacar a la luz. Pero está la movida madrileña subvencionada y dirigida, y cantidad de grupos independientes que son, como tú has dicho, proscritos… Y luego está la diosa fortuna, claro. Pero hay grupos que están entre las dos líneas de las que hablas, porque la movida madrileña empezó con el rock, y otra cosa es que luego se “glamourea” con determinados personajes y se hace un cuento con esa historia. Se deja de lado todo lo reivindicativo que puede llegar a ser peligroso. Y lo que quedó fueron los incondicionales, los que te buscan… Uno es consciente de que pertenece a minorías. Una minoría extensa, pero minoría. Y hay que cuidarla, es tu gente. Aunque qué duda cabe que yo no solo quiero que mis canciones salgan de la oscuridad de un cajón sino que las oiga cuanta más gente mejor. No es lo mismo que tu trabajo se distribuya por todo el país a que te tengas que distribuir tu trabajo. Un compañero que es fan tuyo escribía: De todas formas Miguel es un personaje, conocido en Vallecas, habitual del Hebe y del Kaos, donde si te ve te saluda, y en un tiempo donde se han puesto de moda los conciertos en los bares él siempre lleva gente:“oye que toca Miguel Oñate” – “coño, allí estamos”. Hay una gran lealtad y soy consciente de ello. No puedo sentirme mal aunque no llegue a fin de mes. Es la gente a la que me debo y la que me mantiene para seguir trabajando y componiendo. También hay como dos fondos en lo que se ha dicho en el rock, en las letras: lo superficial o panfletario, y lo cercano del día a día, buscar las verdades en lo que ocurre… Es que los problemas son de todos. Uno se sube momentáneamente al escenario pero lo que le salpica a uno le salpica a todos. No se está en una campana de cristal. También procuro llamar a las cosas por su nombre y decir “señores esto no va bien”. Estoy muy desencantado de que estemos en el siglo XXI y parece que no haya evolucionado nada. Hay una serie de leyes que son desastrosas. Me da la impresión de que se hacen en el Congreso de los Diputados y se dejan ahí como el que fríe un huevo, y no se le da la seriedad que deberían llevar consigo. Son leyes que están haciendo mucho daño. Hablanos del sentido de “Crisis”… “Crisis” es el desencanto del que te hablaba antes que parece que demos un paso adelante y dos atrás, que no se avanza. Es el single del disco, como “El bar de katy” de “Muy personal”. Pero no deja de ser continuación del “Mientras” del anterior disco. El “Mientras” iba más por la Guerra de Irak y el chapapote del Prestige, éste va más enfocado a la sociedad y sus leyes. Está inspirado en la primera frase de “Eleanor Rigby” de los Beattles, “mira toda esa gente solitaria…”. Estaba dándole vueltas a eso y no sabía cómo derivarlo. Y mira cuantas leyes sin sentido y cuanto feminismo talibán que está haciendo daño a las propias mujeres, a la mujer de verdad, claro, porque hay personas y personas, no hombres y mujeres. Como el poder excesivo que se le da a los niños que se ha hecho con unas normas infantiloides. Una cosa es el maltrato y otra la disciplina, que es muy necesaria. No se puede llevar al niño al colegio y que un policía le diga “oye, a ti que no te regañe ni tu padre, toma el teléfono del menor”. Cuando tiene quince años ya no hay quien se lo quite de la chepa. Por eso está tan bien lo que hace Emilio Calatayud, el juez de menores de Granada. ¿Como ves la posición del mundo de la cultura ante la crisis? Si yo dijera que como músico llevo en crisis cuarenta años sería una frivolidad. La farándula es como es y la crisis salpica a la cultura, pero siempre se prima a unos sectores y luego está la minoría, que existe en todo el país. Me refiero a si debería rebelarse ante la situación como se ha hecho con otras cuestiones… Lo que pasa es que los que lucharon están mayores, escépticos y cansados, y la gente nueva a veces pasa de todo, “esto es lo que hay”. Y lo cierto es que, cuidado, somos capaces de aguantar mucho, pero también siempre las cosas pueden empeorar. ¿Cómo ves el tema de la propiedad intelectual? Pues como algo sectorial, una protección de algo que da mucho dinero. Yo he dicho muchas veces que ojalá estuviera en el top manta, pero también está el peligro de perder tus derechos como autor. La SGAE debería tomar una posición más sindical, cercana a los autores, más que eso de “proteger tus derechos”, porque el rock da mucha pasta… a unos cuantos, y muchos más están en la indigencia.