Cumbre del Clima COP28

COP28: ¿La defensa del planeta en manos de las petroleras?

Mientras el cambio climático sigue avanzando, desplegando sus devastadores efectos sobre el planeta y la humanidad, se siguen sucediendo Cumbres del Clima que hacen poco o nada por remediarlo. En la COP28 se ha señalado a los países productores de petróleo como responsables, pero por encima de ellos está el principal, EEUU donde además están radicadas las grandes petroleras que históricamente han controlado el negocio del crudo.

A pocas horas del cierre de la cumbre del clima celebrada en Dubai parece que estamos abocados a un nuevo fracaso, o al menos a una “solución intermedia” que posponga la asunción de medidas para combatir de verdad el cambio climático.

Una mayoría de países apoyan las acciones enérgicas en defensa del planeta exigidas por los científicos. Pero poderosos intereses se enfrentan a ese cambio.

Se ha señalado, con razón, a los países productores de petróleo como culpables… pero excluyendo al principal, EEUU, que es además sede de las grandes petroleras que históricamente han controlado el negocio del crudo.

La COP28 debe abordar la primera evaluación global del acuerdo de París, firmado en 2015. Allí se estableció el objetivo de limitar el calentamiento del planeta, fruto de la actividad humana, a 1,5ºC por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial.

La ciencia es tajante. Los gases generados por el uso de combustibles fósiles son los principales responsables del calentamiento global. Se debe reducir su empleo un 43% para 2030, alcanzando un balance cero de emisiones en 2050.

Ya estamos sufriendo los efectos más agresivos del cambio climático, bajo la forma de olas de calor, sequías crónicas o inundaciones e incendios devastadores. Y serán más frecuentes si no tomamos medidas.

¿Qué se ha propuesto en la COP28? El borrador de resolución, presentado por el anfitrión de la cumbre, Emiratos Árabes Unidos, ha sido rechazado por la mayoría de los países y por las organizaciones ecologistas.

Las palabras “petróleo” y “gas” no aparecen en la propuesta, en la que se borra el objetivo de eliminar los combustibles fósiles, sustituyéndolo por una etérea reducción de su producción y consumo, sin un calendario fijo. Utilizando además unas indefinidas técnicas de captura del CO₂, cuya eficacia no está demostrada, para poder seguir usando petróleo, gas y carbón.

EEUU, la única superpotencia, es el principal culpable del desastre ecológico

El mayor productor de petróleo del mundo no es una monarquía del Golfo Pérsico. Es EEUU. Sus petroleras son los mayores emisores de gases de efecto invernadero y sus grandes bancos financian la contaminación

Que el presidente de la cumbre fuera Sultan Al Yaber, máximo directivo de Adnoc, la principal petrolera de Emiratos Árabes Unidos, no era una señal positiva. Y muchos analistas han señalado a los países de la OPEP, el cártel petrolero comandado por Arabia Saudí, como el principal escollo para el éxito de la cumbre.

Pero Javier Andaluz, representante de la ONG Ecologistas en Acción en la COP28, nos ofrece otra visión, al afirmar que “con este primer texto [el primer borrador de resolución] se cede a los intereses de los grandes países que están bloqueando el fin de los combustibles fósiles, como Arabia Saudí y Estados Unidos”.

El mayor productor de petróleo del mundo no es una monarquía del Golfo Pérsico. Es EEUU, con 17,7 millones de barriles diarios. Son 5,6 millones más de barriles al día que Arabia Saudí, y más de cuatro veces más que China o Emiratos Árabes Unidos, anfitrión de la COP28.

En EEUU radican las grandes petroleras, como ExxonMobil o Chevron, que duplicaron sus beneficios en 2022.

Y los bancos estadounidenses, corazón de la gran burguesía de la superpotencia, propietaria también de las petroleras, engrasan la maquinaria de la contaminación. Encabezan a los 60 mayores bancos del planeta que han invertido en los últimos 5 años casi 4 billones de dólares en la industria petrolera. Y ocho bancos, encabezados por gigantes norteamericanos como JP Morgan, Citibank, Bank of America o Goldman Sachs, están detrás del 55% de las operaciones que han deforestado el Amazonas.

Situar a la superpotencia como “defensora del clima”, como algunos pretenden, es un ejemplo grosero de “greenwashing”. La gran burguesía norteamericana y su Estado no solo no puede formar parte de la solución, sino que es el principal culpable del desastre ecológico.

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No es la humanidad, son las grandes burguesías quienes destruyen el planeta

Los verdaderos culpables del desastre ecológico

Al tratar los efectos del cambio climático es habitual cargar la responsabilidad sobre el conjunto de la humanidad, bajo el lema de que “todos contaminamos”. Si todos somos culpables se oculta a los principales responsables de la destrucción de la naturaleza.

Como demuestran los informes científicos, el cambio climático es producto de la expulsión de gases contaminantes a partir de la Revolución Industrial. Va unido al dominio del capitalismo. Y quienes más contaminan son las burguesías más poderosas del planeta, con sus bancos y monopolios.

Según “The Carbon Majors Database”, 100 grandes monopolios son responsables del 71% de las emisiones industriales globales de gases de efecto invernadero. Y solo los 25 mayores acumulan el 50%, tanto como el resto de empresas del planeta.

Y la ONG británica Global del Dosel demuestra que solo 350 monopolios y 150 fondos son responsables del 70% de la deforestación del planeta.

Lo mismo sucede en España. El Observatorio de Sostenibilidad señala que “muy pocas empresas son responsables de una parte muy importante del calentamiento global”. A la cabeza está Endesa, con 33 millones de toneladas de CO2, lo mismo que seis millones de españoles.

En el capitalismo, la riqueza se concentra cada vez en menos manos, la responsabilidad sobre la contaminación también.

Según un estudio publicado por el Instituto de Política Ambiental Europea y Oxfam Intermon, el 1% más rico –los que de verdad mandan– contamina un 50% más que la mitad más pobre de la humanidad –3.800 millones–. El estudio denuncia que “una pequeña élite parece tener barra libre para contaminar”. Señalando que “la brecha de emisiones globales no es el resultado del consumo de la mayoría de la gente del mundo”.

Todos los estudios confirman que los responsables del cambio climático con los monopolios y las grandes potencias imperialistas

Se nos presentan ránkings de emisión de gases contaminantes donde China ocupa el primer lugar y la India el tercero. Difundiendo que el mayor foco de contaminación es el desarrollo de potencias del Tercer Mundo. Esta es una interesada fake new.

Si miramos la emisión de CO2 per cápita, EEUU contamina casi el doble que China y casi siete veces más que la India. Las emisiones que corresponden a cada ciudadano de la India son la mitad de lo que contamina la UE.

El abismo se abre cuando comparamos la huella de carbono de EEUU con la de países como Chad, República Centroafricana o Nigeria. La de la superpotencia es… ¡240 veces mayor!

El 1% más rico –los que de verdad mandan– contamina un 50% más que la mitad más pobre de la humanidad –3.800 millones–.

Pero cuando se desvelan los auténticos responsables de destruir el planeta, es cuando acudimos a las emisiones históricas acumuladas. China, India, Brasil e Indonesia no están ni entre los 10 países más contaminantes de la historia. Representan el 42% de la población mundial pero solo el 23% de las emisiones acumuladas desde 1850. Mientras que los países imperialistas más contaminantes –EEUU, Rusia, Reino Unido, Japón y Canadá– suponen el 10% de la población del planeta y el 39% de las emisiones acumuladas.

La contradicción no está entre crecimiento y preservación de la naturaleza, sino entre ésta y un desarrollo al servicio de las burguesías más poderosas. La humanidad tiene los medios para impulsar un desarrollo sostenible.