«Andalucía por sí, para España y la Humanidad». Si hay un terreno en el que puede hacerse realidad este hermoso lema de Blas Infante, es el de las energías verdes. Andalucía cuenta con inmejorables potencialidades naturales para el desarrollo de las energías renovables, muy en especial de la solar.
Es hora de una apuesta decidida por convertir a Andalucía en la punta de lanza de un nuevo modelo energético ecológico, limpio y renovable para toda España. Un decidido impulso no solo en beneficio del medio ambiente, sino asociado a la creación de cientos de miles de puestos de trabajo cualificados y estables.
El modelo energético andaluz está en transformación. La mayor parte de la energía que produce está asociada a centrales térmicas y de ciclo combinado (propiedad de monopolios como Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa o E.ON). Esto, además de producir emisiones de CO2 y de contribuir al efecto invernadero, contribuye a la dependencia energética del modelos energético español respecto de los hidrocarburos importados.
Sin embargo, el sector de las renovables en Andalucía es uno los que registra mayor crecimiento en los últimos años. La Junta ha creado la Agencia Andaluza de la Energía que ha jugado un papel positivo en esta transición.
Pero la potencialidad de Andalucía para las renovables es gigantesca, y aunque en avance, no está ni de lejos aprovechado. Cuenta con un flujo constante de vientos en zonas como el campo de Gibraltar, o con potentes cuencas hidrográficas que albergan más de sesenta pequeñas centrales hidráulicas. Las corrientes marinas del Estrecho y del Mar de Alborán podrían ser una mina para las fuentes mareomotrices.
Pero no es ningún secreto que si hay algo en lo que reluce Andalucía es por su Sol. Las provincias andaluzas están las más soleadas de toda España, con una media de más de 3.000 horas de sol -más de 320 días despejados- al año. La palma se la lleva Almería, el lugar más insolado de toda Europa (más de 3.200 hs). El margen de desarrollo es aún inmenso.
Las renovables en Andalucía, una enorme fuente de riqueza limpia.
Este año, Andalucía ha alcanzado cerca de los 8.000 megavatios (MV) de potencia renovable, aportando el 16,5% de la energía de origen verde del total nacional. Esto no solo evita la emisión de cientos de miles de toneladas de CO2 a la atmósfera, sino que aporta a esta comunidad unos 45.000 empleos directos, y muchos más indirectos. Este sector ha vuelto a una tendencia alcista con las espectativas que ha levantado la derogación del castigo a las renovables (el impuesto al Sol) al cambiar el gobierno en Madrid.
La mayor parte de la potencia renovable instalada en Andalucía procede de la energía eólica, con 3.338 megavatios, seguida de la biomasa -térmica y eléctrica-, con 1.995,3 MV; la termosolar, con 997,4 MV, la fotovoltaica, con 889,5 MV, y la hidráulica con 620 MV.
La energía eólica andaluza cubre las necesidades de electricidad de 1,4 millones de hogares y evita la emisión de más de 3,6 millones de toneladas de CO2 al año, además de crear cerca de 9.500 puestos de trabajo directos. Sin embargo es mayor el empleo que crea la Biomasa, que ocupa a actualmente a más de 24.500 personas, la mitad del «empleo de renovables» andaluz.
Pero son sin duda las energías solares -que solo aporta el 24% de la potencia instalada- las de máxima potencialidad de desarrollo en Andalucía. Andalucía ostenta el liderazgo nacional en potencia renovable instalada procedente de energía termosolar, y ocupa el segundo puesto en fotovoltaica (detrás de Castilla-La Mancha). La termosolar genera 2.200 puestos de trabajo y la fotovoltaica 8.000. Pero podría ser mucho, mucho más.
Desde 2007, Andalucía alberga las primeras y las más avanzadas centrales de energía solar de concentración de Europa en Sevilla: las dos de Abengoa en Sanlúcar la Mayor (10 y 20MV) y la de Gemasolar (19,9MV) de Fuentes del Río.
Andalucía es la primera región de Europa con centrales termosolares en funcionamiento, con 23 centrales (dos experimentales), que abastecen a una población equivalente de 500.000 hogares y que se localizan en las provincias de Sevilla, Córdoba, Granada y Cádiz. Está proyectada la apertura de una gran central fotovoltaica en Palma del Rio (Córdoba).
A estas instalaciones solares presentes y futuras hay que añadir la inmejorable posición de la I+D+i andaluza en este terreno. La Plataforma Solar de Tabernas (Almería) es el centro de investigación de tecnologías solares del CIEMAT (CSIC) más importante de la UE.
Un plan de choque andaluz para impulsar las energías renovables
Todo lo anterior evidencia la enorme -aunque no lo suficientemente explotada- capacidad de Andalucía de generar energía limpia y renovable.
En primer lugar, es preciso un ambicioso proyecto de inversión pública que multiplique la presencia de parques eólicos y de centrales termosolares y fotovoltaicas por todas las provincias andaluzas y que explore las posibilidades de las energías renovables (eólicas o mareomotrices) de su extenso litoral marítimo. Un decidido impulso para crear un potente tejido energético ligado a las fuentes de energía verde que conviertan a Andalucía en una gran exportadora neta de electricidad para toda España y Europa.
En segundo lugar, es preciso un plan de apoyo al desarrollo de la energía solar fotovoltaica, doméstica, de pequeña escala, ahora que por fin está libre del aberrante “impuesto al Sol” decretado por Rajoy. Una generación de energía en placas solares, ligada al autoconsumo (y por tanto al ahorro o incluso a una pequeña fuente de ingresos al vender el excedente a la red eléctrica), de millones de hogares o de pequeñas instalaciones agrícolas, ganaderas o industriales.
¿Qué pasaría si -progresivamente- en todas las fachadas solares de las casas andaluzas, en todas las cooperativas agrarias, instalaciones de ganado y empresas, en los campos baldíos, se fueran intalando más y más placas fotovoltaicas que convirtieran en megavatios (casi) gratuítos las miles de horas de luz que el Astro Rey nos regala?. ¿Cuántos miles de euros podrían ahorrarse las familias andaluzas, las comunidades de vecinos, las cooperativas del campo, las pymes de los polígonos industriales? No es casualidad que organizaciones agrarias como COAG o ASAJA hayan celebrado con júbilo la derogación del «impuesto al Sol»: son conscientes de la vía de desarrollo que el autoconsumo supone para el medio agrario.
¿Cuántos miles de megavatios baratos podrían vertirse a la Red Eléctrica Española para obligar a bajar la aberrante escalada del precio de la luz que castiga los bolsillos de los ciudadanos? ¿Cuántas miles de toneladas de CO2 podríamos evitar a la atmósfera? ¿Cuántos miles de puestos de trabajo se podrían crear en Andalucía? ¿Cuánta dependencia energética de hidrocarburos importados podríamos ahorrar a España?
Andalucía lo tiene todo para poder ser la punta de lanza de este nuevo modelo energético limpio, renovable y abundante. Haciendo una contribución Andalucía a sí misma, a España y a la Humanidad.