Las urnas del 28A emitieron una clara voluntad, impusieron con una masiva afluencia a las urnas, un claro giro a la izquierda.
En el último periodo -y en muchas ocasiones más en los últimos años- Recortes Cero ha apostado por hacer posible gobiernos y programas que den cumplimiento a los anhelos de la mayoría social progresista.
Pero los líderes de las dos principales formaciones progresistas -PSOE y Unidas Podemos- han defraudado el mandato del 28A.
Unidas Podemos rechazó en julio una oportunidad histórica de alcanzar un acuerdo de gobierno de coalición, que hubiera otorgado tres ministerios y una vicepresidencia a la formación morada. En ese momento dijeron que la oferta era una «humillación», pero en septiembre se agarraron obstinadamente a ella, despreciando otras formas de hacer posible un gobierno de corte progresista que hubieran evitado este 10-N.
El PSOE también hizo de las suyas en julio. Pero ha sido sobre todo en septiembre -después de la visita de Pedro Sánchez a la cumbre del G7 en Biarritz, de donde al parecer volvió de entre los líderes mundiales «con órdenes tatuadas»- donde Ferraz se ha limitado a no negociar nada, negándose a volver a poner encima de la mesa la oferta de incluir ministros de UP.
Tanto PSOE como Unidas Podemos han contribuido decisivamente a las maniobras de las oligarquías financieras y los centros de poder mundial de impedir que en España pueda haber un gobierno que haga concesiones sustanciales (siquiera parciales) a los intereses y anhelos de la mayoría social de izquierdas, de las clases populares y trabajadoras. En los momentos decisivos han demostrado de parte de quién actúan, quién puede contar realmente con ellos.
A la disputa por el espacio político de la izquierda se ha sumado con fuerza -y apoyo mediático- un nuevo actor, Más País de Iñigo Errejón al que rápidamente se han unido fuerzas políticas de peso, como Compromís o la Chunta Aragonesista. Ciertamente, en cuestiones como defender la unidad desde posiciones progresistas y sin complicidades con el independentismo, las declaraciones de Errejón marcan una diferencia con las palabras de Iglesias o Jaume Asens.
La línea de redistribuir la riqueza va asociada a una marca electoral que concurre a las elecciones del 10N: Recortes Cero.
Pero ¿qué propone Errejón? Al cierre de esta edición no conocemos su programa, pero sí la trayectoria del equipo de cuadros que encabezan Más Madrid.
Errejón ha compartido el programa de Podemos en las pasadas elecciones. Ofreciendo algunas concesiones sociales y más gasto público, pero sin plantear en ningún momento una auténtica redistribución de la riqueza. Por no hablar del enterramiento de la exigencia de que se devuelva el dinero del rescate bancario o de acabar con el atraco de la deuda. O del silencio aquiescente ante la presencia de Julio Rodríguez -exJEMAD, general de la OTAN y partícipe del bombardeo de Trípoli- como asesor de Podemos.
No, no es esto lo que necesitan el país ni las clases populares.
Necesitan una fuerza que defienda consecuentemente la redistribución de la riqueza. Que nada tiene que ver con ofrecer “mejoras sociales”, ni «repartir un poco mejor», ni tampoco solamente una senda de «mejoras sociales» que palíen la precariedad o de «rescate de la pobreza» de los sectores más vulnerables.
Redistribuir la riqueza es cuestionar el marco del saqueo impuesto sobre el 90% de la población y las riquezas nacionales.
Redistribuir la riqueza exige «expropiar a los expropiadores», cuestionar su poder de clase, pisar poderosos callos. Exige recuperar -en todo o en buena parte- el botín de riqueza social que las oligarquías financieras –bancos, monopolios y capital extranjero- nos han arrebatado al 90%, para poder utilizarlo en función de las necesidades de la gente y del país.
No se trata tan sólo de redistribuir la riqueza actualmente existente, sino de hacerlo de tal modo que esa redistribución permita multiplicar la capacidad de creación de nueva riqueza y empleo fijo, estable, de calidad y vinculado a las poblaciones y regiones.
Esto es redistribuir la riqueza y esta línea va asociada a una marca electoral que concurre a las elecciones del 10N. Se llama Recortes Cero.