Juan Carlos Lorenzo de Armas, coordinador territorial de CEAR Canarias.

“Construyamos vías legales y seguras”

Las políticas migratorias no pueden ser sólo controlar los flujos, sino generar una verdadera política de desarrollo que mejore el bienestar de las personas en sus países de origen, dice Juan Carlos Lorenzo de Armas, coordinador de CEAR Canarias

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) es una ONG española fundada en 1979. Sus principales objetivos se basan en defender los derechos de las personas refugiadas, apátridas o migrantes que necesitan protección internacional o se encuentran en riesgo de exclusión social. A lo largo de más de cuatro décadas, ha trabajado en la defensa y promoción del derecho de asilo en España con el objetivo de avanzar en su reconocimiento y de garantizar el acceso a la protección internacional.

Entrevistamos a Juan Carlos Lorenzo de Armas, coordinador territorial de CEAR Canarias.

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Es obligatorio empezar por la situación límite en Lampedusa, donde en unos pocos días han llegado los mismos migrantes que en todo 2019, más de 12.000. Tenemos una tormenta perfecta de una grave crisis migratoria, un gobierno italiano xenófobo que habla de «invasión», una UE que se lava las manos… ¿Que solución, que debería hacerse desde el punto de vista de los derechos humanos?

La realidad de las rutas migratorias hacia Europa, tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico, pero sobre todo del Mediterráneo esta en un momento exponencial del número de personas llegadas por costas. La realidad es que las personas están experimentando en una situación de desprotección, una situación de angustia vital, de empobrecimiento, de persecuciones de sus países de origen que hace que tenga que desplazarse forzadamente.

Viñeta de Chapatte (New York Times) sobre la hipocresía de la UE ante el drama migratorio

Por un lado habrá que afrontar la parte más inmediata que tiene que ver con los rescates y con posiblemente la reubicación de una manera solidaria y responsable en el contexto europeo. Por otro lado debemos avanzar para respetar los derechos humanos en políticas que pongan fin a la externalización de fronteras, es decir, que terceros países como pueden ser Libia, Turquía, Marruecos, Túnez sean los garantes y los que controlen los flujos migratorios en la Unión Europea. Los estamos empoderando como gendarme de la realidad migratoria, como frontera exterior.

Queremos que para generar una verdadera política de desarrollo y de mejorar el bienestar de las personas en sus países de origen, la ayuda oficial de desarrollo tiene que ir vinculada a empoderar y a generar horizontes vitales en la población, no solo destinada a controlar el flujo migratorio y un destino que obviamente no está redundando en el bienestar de los pueblos.

Los trágicos acontecimientos en el Norte de África, con el terremoto de Marruecos y sobre todo con las inundaciones en Libia, sumado a la inestabilidad en el Sahel, vaticinan un aumento de las llegadas en el corto, medio y largo plazo. ¿Qué políticas propone CEAR ante un problema que es estructural?

Recientemente hemos lanzado un comunicado donde hemos pedido a los países de la Unión Europea, y especialmente a España que se comprometan a impulsar medidas para garantizar el acceso a la protección de la población afectada por el terremoto de Marruecos y las inundaciones en Libia, países ambos de tránsito y de acogida de personas migrantes y refugiadas.

Para reforzar esta petición hemos iniciado una campaña de recogida de firmas donde exigimos 3 cuestiones:

  1. Avanzar hacia interpretaciones amplias de la Convención de Ginebra, incluyendo como personas refugiadasa quienes tienen que huir como consecuencia del cambio climático o la degradación medioambiental.
  2. Habilitar vías legales y seguras para que puedan llegar a Europa sin arriesgar sus vidas. Entre ellas reclama conceder visados humanitarios para facilitar las llegadas, cuotas de reasentamientos más ambiciosas para Marruecos o Libia, para trasladar lo antes posible a las personas refugiadas en ambos países; facilitar la solicitud de asilo en embajadas y consulados; flexibilización de los requisitos de reagrupación familiar.
  3. Aplicar la obligación de no devolución a un país cuando existe un grave riesgo para la vida e integridad física.

Ya en nuestro país, tenemos recientes casos de vulneración de los derechos de las personas migrantes, como el desembarco en Senegal de los 168 migrantes rescatados por la Guardia Civil en aguas de Canarias pese a las advertencias de las organizaciones humanitarias. Se trata de una flagrante violación de las leyes sobre refugio…

En su momento, junto a varias organizaciones hicimos un llamamiento al Gobierno español que cumpliera con sus obligaciones internacionales, como dicta el Convenio Europeo de los Derechos Humanos. Estas personas se encontraban bajo jurisdicción española, ha incurrido en una vulneración de dicho convenio al llevar a cabo esta devolución colectiva. En estos momentos Senegal no garantiza los derechos de gran parte de la población por la creciente inestabilidad, donde miles de personas han salido ha manifestarse contra el gobierno, incluido el principal lider de la oposición que actualmente se encuentra en la cárcel. Para nosotros, este es otro fracaso de la externalización de las fronteras.

Nosotros lamentamos que se sigan apostando por políticas migratorias que han demostrado ser un fracaso, en su lugar, poner en el centro a las personas y sus derechos, habilitando vías legales y seguras para que nadie se vea obligado a subirse a una embarcación precaria y a jugarse la vida en su intento de llegar a Europa.

También es reciente, en junio, el caso del naufragio de 30 personas en la Ruta Canaria. A pesar de que el cayuco estaba en aguas españolas, a apenas una hora de auxilio, Salvamento Marítimo «pasó el caso» a Marruecos. Tardaron 12 horas en llegar y la tragedia acabó con dos fallecidos, entre ellos una niña de cinco años, y muchos desaparecidos. ¿Qué exigís desde CEAR para que algo así no pueda volver a pasar?

La ruta canaria es la más peligrosa de todas. Infografía de El País

El acontecimiento que sucedió pertenece a un espacio que hay una zona solapada de salvamento marítimo que llaman “zona compartida” entre España y Marruecos. Por la zona del Sahara Occidental, y es verdad que las autoridades españolas y marroquíes se ponen de acuerdo a la hora de poder corresponder y poder dar una respuesta a la necesidad de un rescate de Salvamento Marítimo en la mejores condiciones y eso se entiende de dos circunstancias la primera de la cercanía y la segunda de la mayor eficiencia con respecto al alcance para poder realizar las labores de salvamento en tiempo y forma. En este caso se encontraba cerca de las costas del Sáhara Occidental, Marruecos había manifestado su disponibilidad para poder acceder al rescate y en esa labor de coordinación que no resultó tan bien coordinada pues procedió a ello, pero procedió doce horas tarde.

Por tanto desgraciadamente, y en no pocos casos, Marruecos responde tarde y responde mal en ese caso nosotros lo que decimos es que en el momento marítimo de una zona SAR bajo su control pueda tener conocimiento de una patera que esté en circunstancias vulnerables y por tanto precaria para proceder a su rescate que lo haga. Porque cuenta con los medios y con el alcance para poder acceder a ellos y salvar vidas desgraciadamente este retardo de más de 12 horas hizo que personas fallecieran y otras desaparecieran. Lo cual es totalmente intolerable.