La multinacional francesa amenaza con llevarse la producción del nuevo Corsa a otras factorías en Hungría y Marruecos dejando sin trabajo a cerca de 8000 trabajadores directos y a unos 25.000 indirectos
Los sindicatos y OPEL, recientemente comprada por PSA, han llegado a un principio de acuerdo en la negociación del convenio colectivo, que, curiosamente, ha satisfecho al Gobierno, Fátima Báñez y De Guindos a la cabeza, al gobierno de Aragón, donde hoy su presidente, Javier Lambán, ha pedido a los trabajadores que apoyen el preacuerdo por el bien de todos, a la multinacional francesa, claro está… y a los medios de comunicación. Ahora los trabajadores tendrán que ratificar este acuerdo en referéndum, con la idea en la cabeza de que existe la posibilidad de perder el puesto de trabajo.
El acuerdo que tienen que votar es el siguiente: 2018, salario congelado, 2019 y 2020 aumento del 50% del IPC, y del 60% en 2021 y 2022. Se reducen en un 5% los pluses de nocturnidad y festivos, se elimina el plus de calendario y se disminuyen los descansos en 5 minutos.
Y muchos se preguntarán, ¿cómo han podido firmar esto tan regresivo los sindicatos?
La multinacional francesa ha utilizado el chantaje para poder doblegar la posición de los trabajadores, si no se firma este acuerdo, nos llevamos la producción del nuevo Corsa a otras factorías, en Hungría o la nueva de Marruecos, con lo cual, peligraría la existencia misma de la planta de Figueruelas, que da trabajo a cerca de 8000 trabajadores directos y a unos 25.000 indirectos, y, claro está, han saltado las alarmas en el gobierno regional y en el central, que rápidamente han clamado por que tanto sindicatos como patronal se sentaran a negociar. Negociar dicen, como si se pudiera negociar con quien te está apuntando con una pistola por debajo de la mesa.
El año pasado PSA mejoró sus ventas mundiales un 15,4%, y ganó 2.150 millones, un 79% más que el año anterior. Con estos datos, el monopolio francés, 14% de acciones en manos del Estado, se planteó que “OPEL necesita ayuda y PSA se la quiere dar”, y en un movimiento acordado entre Francia, Alemania e Inglaterra se produjo la fusión para crear un grupo automovilístico campeón en Europa, que une a Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall.
Con estos mimbres no se podía esperar otra cosa que el expolio y el saqueo al que nos someten los monopolios franceses y alemanes, amparados por las políticas de sus gobiernos que tienen intervenido nuestro país, donde los hombre de negro de la troika se pasean como si estuvieran por su casa por los despachos del Banco de España o del ministerio de Economía.
Nadie ha levantado la voz, sólo los trabajadores que se concentraron masivamente en la puerta de la planta. Qué gobernantes tenemos que agachan la cabeza ante el chantaje evidente y en vez de defender a nuestro pueblo, representado en los trabajadores, se pliegan a los intereses del capital.
¿Cómo es posible que en todos los medios de comunicación se dé por bueno semejante convenio, donde los únicos que pierden son los trabajadores? Nadie ha levantado la voz.
Tanta unanimidad me asusta, nuestras condiciones de vida se degradan cada vez más, desahucios, pensiones, sanidad, educación, salarios… y parece que los únicos que se han enterado son los trabajadores de Figueruelas.
Me niego, porque la unanimidad sólo se da en los medios y en los gobiernos, en las calles de Zaragoza, como en muchas calles de nuestro país, la indignación está latente, y el miedo por el futuro, pero sólo falta una chispa que incendie la pradera.