Luis Cortés, Coord. Gral de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos.

“Con las leyes que tenemos se pueden limitar los márgenes de beneficio de los grandes monopolios, falta voluntad política para hacerlo”

El asfixiante dominio de las grandes monopolios de la distribución alimentaria está empobreciendo a los consumidores, pero sobre todo a los agricultores y ganaderos. Hablamos de ello con Luis Cortés, Coordinador general de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos.

Tormenta perfecta”- como aquella película protagonizada por George Clooney – es el título que se le podría poner a la crisis que abate al campo español. Una crisis que estrangula y empobrece a los dos extremos de la cadena alimentaria: agricultores y ganaderos en una parte y en la otra los consumidores, todos nosotros.

Nos entrevistamos con Luis Cortés, Coordinador general de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos con un doble objetivo: conocer la posición de gran parte del campo español sobre las causas que están provocando está subida desorbitada de los precios de los alimentos y qué medidas se pueden tomar para ponerle freno.

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Nuria Suárez- ¿Cómo nace y a quién representa la Unión de Uniones?

Luis Cortés – La Unión de Uniones nace con el objetivo de defender los intereses de los agricultores y ganaderos desde la independencia. Sabemos que es difícil, pero este es nuestro objetivo. Somos una organización agraria que no está vinculada a ningún partido ni sindicato.

Dentro de la Unión de Uniones está la Unió de Pagesos de Catalunya, la Unió de Llauradors i Ramaders de la Comunitat Valenciana, la Unión de Campesinos de Castilla y León… Entre ellas hay diversas posiciones políticas dependiendo de su composición, su nacimiento, sus sectores… Esa diversidad es nuestra independencia.

N.S.- Vamos al gran problema que tenemos. ¿A qué se debe la subida de los precios de los alimentos?

Concentración ante el Ministerio de Agricultura

Una parte de la subida de precios se debe a la subida en los costes de producción. Por ejemplo, nosotros para trabajar en el campo utilizamos gasóleo que como sabemos ha tenido una subida en el último año de un 25%. Pero una serie de productos como los fertilizantes o los fitosanitarios, que producen y distribuyen multinacionales como la Bayer, han subido hasta un 300% e incluso más, una subida astronómica mayor que la de la energía.

Pero a esto se suma que un producto que yo vendo a 50 o 60 céntimos, luego en el mercado el consumidor lo compra a 3, 4 o 5 euros. Esto se debe al beneficio que se llevan las grandes empresas de distribución de los alimentos, monopolios que están subiendo de manera artificial los productos para incrementar sus beneficios. Por ejemplo el aceite de girasol, no puede ser que a los cinco días de empezar la guerra de Ucrania suba un 40%, eso no se debe a la guerra porque lo que se está vendiendo se tenía ya almacenado, eso es pura especulación.

Los alimentos están sufriendo la inflación doblemente, de una parte por el aumento de los costes de producción y por otra parte en la cadena alimentaria, provocada por las grandes empresas de distribución. Al final el consumidor está sufriendo una enorme subida de los precios, pero que para nada revierte en el agricultor o ganadero, que de hecho no llega ni a cubrir los costes.

En el campo hay productos como los fertilizantes o los fitosanitarios, que producen y distribuyen multinacionales como la Bayer, que han subido hasta un 300%, una subida astronómica mayor que la de la energía.

N.S.- ¿Hay responsables? La distribución de los alimentos está muy monopolizada, ¿es así?

L.C.- Así es. Por ejemplo, la distribuidora del conocido arroz “La Cigala” tiene un 40% del mercado español y el 30% del europeo. Lo mismo pasa con la empresa Solís en el vino… y con el conjunto de productos. Tienen tal dimensión, que por sí solas controlan el mercado e imponen los precios al agricultor y al consumidor.

Esto tiene un nombre, se llama abuso de la posición de dominio, que significa que pueden comprar y vender al precio que quieren sin que tengan competencia. Se habla de libre-mercado pero no hay ningún libre-mercado, porque estas grandes empresas son las que imponen los precios y dominan totalmente el mercado.

Esto lo hemos denunciado a la administración, pero de momento no se ha hecho caso. Sabemos que muchas veces ocurre que cargos políticos acaban en los consejos de administración de esas empresas.

N.S. – ¿Hay alternativa? ¿Qué medidas se pueden aplicar?

L.C.- Claro que hay alternativa, depende exclusivamente de la voluntad política. Y hay alternativa aplicando las mismas leyes que tenemos, con ellas se pueden aplicar medidas que corten esta situación, ni siquiera hace falta elaborar leyes nuevas, basta con desarrollar las que ya existen.

El aceite de girasol, a los cinco días de empezar la guerra de Ucrania, sube un 40%, eso no se debe a la guerra porque lo que se está vendiendo se tenía ya almacenado, eso es pura especulación.

Por ejemplo, el artículo número 13 de la Ley del comercio minorista permite aplicar una serie de medidas en situaciones especiales para limitar el margen de beneficio de las grandes empresas. Creo que desde luego una situación donde los fitosanitarios suben un 300% y los alimentos se disparan es una situación realmente excepcional. Se dice que no se puede poner topes a los precios, pero lo que exigimos es que se limite el margen de los enormes beneficios de los grandes monopolios.

N.S.- ¿Qué llamamiento hacéis a los responsables políticos y a los partidos?

Nos estamos reuniendo con partidos y haciéndoles llegar a los ministerios esta propuesta: señores, apliquen las leyes que ya tenemos para frenar esta situación, no hace falta hacer una proposición de ley, tenemos legislación suficiente, aplíquenla. La situación es urgente y nos tiene muy preocupados, porque pronto va a suceder que la gente no va a poder comprar un melocotón o una ciruela porque no tiene dinero suficiente, y el agricultor no va a poder recogerlo porque lo que le pagan no cubre los costes de producción.