Se magnifica el enfrentamiento entre Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil, o entre la Generalitat y el Gobierno central, pero todos parecen aceptar la demostrada capacidad de intervención en nuestro país, en un asunto tan sensible como el terrorismo, de la CIA.
La comparecencia del conseller de Interior catalán, Joaquim Forn, y del major de los Mossos, la policía autonómica, Josep Lluis Trapero, fue la culminación de un enfrentamiento que ha adquirido preocupantes proporciones.El origen está en la noticia, desvelada por El Periódico, de que el Centro Nacional contra el Terrorismo de EEUU, partiendo de informaciones proporcionadas por la CIA, avisó el pasado 25 de mayo, tanto al gobierno español como a los Mossos, del riesgo de un atentado yihadista, ejecutado por el Estado Islámico, en puntos sensibles de Cataluña, especificando que Las Ramblas era uno de ellos.
A partir de aquí se ha desatado un agrio cruce de ataques y descalificaciones. Desde la Generalitat se denuncia una campaña de “intoxicación de desprestigio” hacia los Mossos, cuya actuación tras los atentados se había ganado un amplio apoyo social en Cataluña, y que van a jugar un importante papel el 1-O. Mientras algunos medios en Madrid hurgan en los posibles errores que impidieron detectar el peligro de atentados.
De repente, el clima de unidad y solidaridad entre Cataluña y el resto de España tras los atentados parece querer sustituirse por otro de enfrentamiento y ataques. Una cosa es investigar los posibles errores de detección y prevención, para sacar conclusiones y rectificarlos, y otra convertir un asunto tan sensible como es la lucha contra el terrorismo en terreno de disputa y de combate.
Pero en este asunto hay un hecho cuanto menos sorprendente. Todas las miradas o la indignación de unos y otros se han dirigido hacia policías o medios de comunicación… Pero nadie ha dicho una sola palabra de la intervención de la CIA y el resto de agencias de inteligencia norteamericanas.«Pero nadie ha dicho una sola palabra de la intervención de la CIA y el resto de agencias de inteligencia norteamericanas»
Si el National Counterterrorism Center (Centro Nacional de Lucha Antiterrorista, NCTC en sus siglas inglesas) pudo advertir ya en mayo de que “el Estado Islámico de Irak y ash Sham (ISIS) estaba planeando llevar a cabo ataques terroristas no especificados durante el verano contra emplazamientos turísticos muy concurridos en Barcelona, España, específicamente, calle La Rambla”, es porque disponen de una capacidad de información, y por lo tanto de intervención, en un asunto tan sensible como es el terrorismo.
De hecho en el año 2009 el gobierno norteamericano decidió abrir en el consulado de Barcelona un centro de espionaje en la que participan varias agencias con la misión de servir de base de inteligencia antiyihadista en el Mediterráneo Occidental.
Pero nada de eso parece preocupar a quienes si amplifican las disputas internas.
De los Mossos se han dicho muchas cosas estos días, pero nadie ha destacado como existe una relación directa, sin pasar por Madrid, entre la inteligencia norteamericana y la policía autonómica catalana. El Centro Nacional de Lucha Antiterrorista se dirigió directamente a los Mossos para trasladarles el aviso el 25 de mayo. Y, según han desvelado varios medios, esto ya ha pasado otras veces.«De hecho la relación entre los Mossos y la CIA es fluida, hasta el punto de que el envío de notas es habitual»
De hecho la relación entre los Mossos y la CIA es fluida, hasta el punto de que el envío de notas es habitual, y agentes de la policía autonómica catalana han realizado cursos en Langley, la sede central de agencia estadounidense en Virginia. El propio mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, es uno de los mejores ejemplos. Antes de acceder a la jefatura de la policía autonómica viajó a EEUU, concretamente a la sede central del FBI en Quantico, para participar en los cursos del Latin American Law Enforcement Executive Development Seminars, dirigido a altos mandos de policías y fuerzas de seguridad.
Estas relaciones directas con el centro del imperio de importantes cuerpos de seguridad y algunos de sus más destacados dirigentes ha pasado desapercibida.
Pero debemos tener en cuenta de que la CIA, o el resto de agencias de inteligencia norteamericanas, no son “centros de espías”, tampoco meros aparatos para recabar información, son aparatos de intervención que la superpotencia utiliza para defender, o imponer, sus intereses.