Tras el 23J

Claves de una investidura

A un mes del resultado de las urnas, la formación del nuevo gobierno sigue envuelta en incertidumbre. La derecha y la ultraderecha ven cerrado el acceso a la Moncloa, pero PSOE y Sumar tienen ante sí un complicadísimo puzzle para lograr reeditar el gobierno de coalición.

Veinte días después del 23-J, cuando cerramos este Chispas, la formación del gobierno sigue incierta. El rechazo de una mayoría progresista en las urnas ha hecho prácticamente inviable un gobierno del PP, incluso ahora que Vox ofrece sus diputados al PP sin entrar en el gobierno. Por otro lado el PSOE tiene más complicado que en 2019 lograr un acuerdo de investidura. Además de contar con el sí de Bildu y ERC depende del apoyo de Junts, el partido de Puigdemont.

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¿Cuáles son las claves que pueden decidir la investidura?

La primera clave son los resultados definitivos de las elecciones.

Con el voto del exterior el PP gana un escaño y tiene 137, lo pierde el PSOE que se queda en 121. El PP sigue con una victoria insuficiente para formar gobierno. Pero complica más la investidura de Pedro Sánchez.

El PP, con los 33 votos de Vox y 1 de UPN sumaría 171. Los mismos 171 que el PSOE con los 31 de Sumar y los 19 de sus apoyos de la legislatura anterior, ERC, Bildu, PNV y BNG. Con Puigdemont en el No, ninguno de los dos alcanzaría mayoría absoluta para salir investido en la primera votación.

En segunda votación por mayoría simple -solo se necesitan más Sí que No- los socialistas necesitarían el voto afirmativo de Junts y no solo su abstención para investir a Sánchez. La abstención de Junts les valdría si Coalición Canaria mantiene su “disposición a negociar un acuerdo de investidura con Sánchez”, según ha declarado la diputada de CC Cristina Valido.

Una segunda clave, el plan Sánchez para madurar despacio los acuerdos de la investidura.

Pedro Sánchez está convencido de que “la democracia encontrará la fórmula para la investidura” y ha fijado un tiempo para que todo madure despacio y lleguen los acuerdos más difíciles. Quiere que Feijóo intente la investidura y fracase, que se vea con claridad que la suya es imposible, sobre todo después del portazo del PNV a negociar con el PP. Dejando claro que sólo el PSOE puede reunir apoyos suficientes para articular una mayoría posible.

Sería el momento elegido para negociar con Puigdemont poniendo toda la carne en el asador.

Antes, el 17 de agosto se constituyen Las Cortes y se elige la Presidencia y la Mesa del Congreso. Y ahí se podrán ver las primeras pistas de por dónde avanzan las negociaciones de una posible investidura.

La tercera: el gran empresariado catalán quiere convencer a Puigdemont.

Sánchez Llibre, el presidente de Foment, la gran patronal catalana, intensifica sus contactos con personas “designadas por Puigdemont”, para que llegue a un acuerdo de investidura con el PSOE que permita avanzar en el deshielo de la política catalana y descartar una repetición electoral.

Los grandes empresarios catalanes están apostando por un pacto político de investidura que implique a las fuerzas independentistas y excluya referendos no pactados con el poder central y declaraciones unilaterales de independencia.

Los movimientos desde las filas del PSOE y Sumar son la cuarta clave.

Para ERC y Junts un acuerdo sobre el conflicto político, con la amnistía y el referéndum en el centro de sus condiciones, es el precio a pagar por el Sí a la investidura. Pero con matices diferentes. ERC no descarta negociar sobre temas sectoriales, mientras en Junts siguen sin mover sus líneas rojas a la espera de que Sánchez haga una oferta política “sin parches” que les convenza.

Desde el PSOE ya han lanzado la idea de una nueva financiación autonómica la próxima legislatura. Sumar propone una iniciativa para el uso del catalán y lenguas cooficiales en el Congreso. En Cataluña Ada Colau pide a ERC y Junts que se dejen de soluciones “mágicas” como la amnistía y el Referéndum y aprovechen la “gran oportunidad para desencallar la agenda catalana, tanto en lo sectorial como en la resolución del conflicto político”.

La quinta clave.

Hay una quinta que subyace a todas las demás y de la que nadie habla: cómo van a influir en los acuerdos de investidura las exigencias de ajustes y recortes que desde el FMI y Bruselas están exigiendo al nuevo gobierno.

Todo apunta a que si finalmente Sánchez logra una mayoría de investidura, será un gobierno con mayores problemas de gobernabilidad sometido, por un lado, a los acuerdos con unos socios cada vez más exigentes con los suyo; y por otro, a las exigencias de los grandes poderes externos e internos.

A día de hoy todavía es una incógnita si se podrá o no formar gobierno que evite la repetición electoral.