Juan José Badiola es un profesional de prestigio internacional por su gestión frente a la crisis de las vacas locas. Miembro destacado en varios comités científicos y asesores de la Administración y en Europa, además de haberse convertido en una institución académica en veterinaria, Juan José Badiola representa lo mejor del extraordinario campo científico de nuestro país.
¿Cómo valora la gestión del actual brote de listeria?, ¿cuáles son las prioridades?
Vivimos elementos repetitivos. Probablemente no se acaba de aprender cómo abordar una crisis de este tipo. En primer lugar, lo más importante de una crisis es que no ocurra. Cuando ha ocurrido es que ha habido un fallo. La prioridad es prevenir nuevos casos, detectar la causa e inmovilizar el agente patógeno.
Entonces, ¿se han cometido errores?
¿Lo ha hecho bien la Junta de Andalucía? Supongo que lo ha hecho lo mejor que ha podido. Desde el punto de vista de la comunicación siempre se puede mejorar, la verdad. La empresa es la primera responsable, no lo es la Administración, cuya responsabilidad lógicamente es vigilar. En el caso de Andalucía hay, además, dos tipos de inspectores, los de la Junta y los del ayuntamiento de Sevilla. No hay que precipitarse.
Hay que tener en cuenta que el mundo alimentario es muy complejo, es un ámbito industrial que va desde la producción de los alimentos a la mesa. En plena crisis es muy difícil saber de quién es la responsabilidad, aunque es necesario averiguarla porque necesitamos saber cuál ha sido el foco. Ha habido fallecimientos y es muy grave que una persona muera por consumir un alimento.
Es significativo lo masivo del brote. ¿Sólo los fallos en la distribución y la gestión lo explican?, ¿pueden otras causas, como una cepa muy resistente o virulenta, explicarlo?
No sabemos muy bien dónde se ha producido el foco de contaminación, los datos son algo confusos. La contaminación debe haberse producido en un momento primario de la producción. Aunque no es un alimento de primer consumo, en ciertas zonas de España sí es muy consumido. Quizá, cuando se estudie la bacteria en condiciones de aislamiento, se llegue a la conclusión de que es una bacteria muy patógena, pero yo creo que se trata más de un problema en la distribución que de una cepa muy virulenta. Ten en cuenta que en Europa el porcentaje de casos graves o incluso letales es del 10% al 15%, mientras que en España con cerca de 400 afectados ha habido tres fallecidos, un porcentaje mucho menor.
¿Es cierto que España está muy bien considerada internacionalmente en cuanto a seguridad alimentaria?
Sí. En eso ha tenido mucho que ver la crisis de las vacas locas y del conjunto de reglamentos y medidas que se derivaron. El proceso de robotización y de seguridad alimentaria en España es muy alto. A pesar de todo, el riesgo cero no existe porque siempre hay errores y siempre cabe que algún operador económico no haga las cosas bien.
¿Es la listeria la principal infección emergente de la cadena alimentaria?
En número de casos no. Hay muchos más casos de contaminación por salmonela. Pero lo que diferencia a la listeria de otros agentes biológicos que pueden contaminar un alimento, es que ésta puede tener consecuencias letales. Eso no ocurre con otras bacterias como, por ejemplo, la salmonela. La listeria es una bacteria muy clásica pero peligrosa, bastante patógena, que puede llegar a producir cuadros graves e incluso letales. No es una superbacteria, a los 65 grados se destruye. Lo que ocurre es que en algunos casos, a través de la barrera intestinal, la bacteria pasa a la sangre produciendo una septicemia, pudiendo infectar el cerebro, las meninges…
Es una bacteria muy ubicua que se encuentra en la tierra o en el agua, y puede contaminar alimentos de diversa índole: sandwiches, pescados listos para comer, quesos frescos. . . en EEUU se ha detectado incluso en melones y otras verduras. Es una contaminación muy generalizada. Se producen casos de listeriosis en toda Europa.
¿Por qué se ha tardado tanto, hasta el 2015, en incluirla entre las enfermedades de declaración obligatoria?
Los brotes alimentarios son obligatorios comunicarlos a las autoridades sanitarias siempre. Es necesario contextualizarlo. Todos hemos tenido una gastroenteritis y no hemos acudido al médico por ello. Si solo se dan casos aislados, el sistema sanitario no lo detecta como un brote. Cualquier infección de esa naturaleza detectada por el sistema médico debe ser transmitida a las autoridades de Sanidad.
Yo creo que hay cierta confusión. Primero se dijo que no había una alerta internacional y eso no es así. Cualquier alerta sanitaria se transmite a través del sistema europeo RAFFF, el Sistema Europeo de Comunicación de Alertas Sanitarias en Alimentos y en Piensos. Cualquier comunidad autónoma, que es la competente en materia de salud, tiene la obligación de transmitirlo a través de esa red. Hoy, el comercio alimentario está muy globalizado, por eso es muy importante que se comunique a la mayor brevedad posible.
¿La listeriosis como enfermedad humana se puede considerar una zoonosis, enfermedad transmitida por los animales?
Sí. Es una zoonosis alimentaria bien sea por vía directa o indirecta.
¿Que importancia tiene el papel del veterinario para la salud pública?
Siempre me ha sorprendido que la gente no sepa, porque nosotros no lo hemos sabido transmitir, que la inspección de alimentos no lo hacen los médicos sino los veterinarios. Los responsables del control alimentario, en su mayoría son veterinarios. También hay farmacéuticos que tienen competencias en aguas o en harinas y licores pero el control de la mayor parte de alimentos de origen animal y también vegetal es responsabilidad de los veterinarios.
¿Cuáles son los puntos críticos en la crianza y matanza de los animales para evitar brotes?
Hay un sistema analítico que es el análisis y el control de puntos críticos específico para cada eslabón de la cadena alimentaria y para cada alimento. Un punto crítico es la alimentación de los animales. El origen de la crisis de las vacas locas estaba en los piensos. El sacrificio de los animales es lógicamente otro punto crítico. Toda manipulación del alimento implica la posibilidad de que haya contaminación, cuando la carne se trocea, pica o lonchea, hay muchas posibilidades de contaminación.
¿La resistencia de las bacterias a los antibióticos es una amenaza para la sanidad animal?
Es el problema más importante de la sanidad pública. A lo largo de estos 50 años en la ganadería y en la sanidad se ha abusado de los antibióticos. Las bacterias se defienden y los antibióticos ya no actúan. Es un problema internacional muy grave, nos quedamos sin los antibióticos fundamentales. Parece que las medidas que se están tomando están funcionando.
¿Qué tipo de medidas son?
Por ejemplo, estimular la vacunación o hacer buenos diagnósticos frente a usar antibióticos de amplio espectro para diagnosticar.
¿Qué es el “bienestar animal”?
Son un conjunto de medidas y principios básicos para hacer compatible la producción animal con el bienestar animal. Cada vez hay mayor conciencia ciudadana sobre el maltrato a los animales y hay un conjunto de normas comunitarias que lo regulan perfectamente. Es además un factor de competitividad entre las empresas. Está política comenzó en Reino Unido pero ya es una realidad en toda Europa. Hoy ya no se puede producir como antes, si no cumples con los principios que exige la ley la administración no te autoriza.