SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Ciudadanos y movimientos sociales de Sevilla se alí­an con vistas a las elecciones

El Salón de actos de la Facultad de Económicas de la Universidad de Sevilla acogió el viernes 8 de marzo una reunión de cien personas que se proponen unir a ciudadanos y movimientos sociales indignados con la coyuntura política y socioeconómica para «promover el tránsito a una nueva etapa democrática», con el horizonte, para conseguirlo, de presentarse a próximas citas electorales.

El centenar de asistentes a la asamblea acudió por convocatoria de una treintena de activistas que se reunieron el 21 de febrero en la Casa de las Sirenas sevillana, entre ellos miembros de 15-M, ATTAC, Democracia Real Ya, Foro Social, Democracia 4.0, En Lucha, I-Anticapilatista, CUT-BAI, SAT, Ecologistas en Acción, Primavera Andaluza… pero también representantes de partidos como IU o EQUO.

«Nuestra pretensión es bastante clara y simple: queremos promover un gran acuerdo de ciudadanía desde la base social, en torno a una serie de medidas básicas que permitan frenar la agresión neoliberal y modificar el marco institucional de corrupción y falta de derechos en el que estamos, y todo ello construyendo órganos estables de poder popular de amplia base democrática capaces de colaborar con las luchas de resistencia y con la satisfacción de las necesidades humanas básicas y constituyendo candidaturas electorales de ciudadanía, fruto de nuevos tipos de participación social y bajo un nuevo contrato social de representación que someta siempre a los elegidos al poder de la ciudadanía que lo mandata».

Es la síntesis de la convocatoria de asamblea que firmaron a título personal 29 activistas, entre ellos el Catedrático de Economía Aplicada Juan Torres (ATTAC), los abogados Jose Ignacio Aguilar (Intercomisión Vivienda 15M) y Juan Moreno Yagüe (Democracia 4.0), Antonio Losada (ex secretario general de CGT Sevilla), Federico Noriega (Asambleas Ciudadanas Constituyentes y Ecologistas en Acción), la profesora de Ciencias de la Información María Lamuedra (Universidad del Bien Común) y Esteban de Manuel (Coordinador de EQUO Andalucía).

De las instituciones municipales a las europeas

«Hay que reiniciar la democracia -aseguró De Manuel-. Nos encontramos en una situación de emergencia y tenemos que estar a la altura. Para cambiar los cimientos, para no estrellarnos, tenemos que acceder al poder«. Su compañero del grupo de siete que presidía la asamblea, Juan Antonio Marcos, investigador de la Facultad de Económicas, planteó ganar «pueblo a pueblo, ciudad a ciudad para, en el futuro, agregarse a una estructura autonómica, nacional y europea». Pero De Manuel fue tajante: «La escala local tiene un potencial enorme para resolver problemas y poner en práctica un nuevo sistema pero no podemos salir hoy de aquí sólo con el horizonte de las municipales, sino con la idea de alcanzar el objetivo antes de que culmine la legislatura y con el horizonte estatal y europeo, porque si no disparamos a la Troika no resolveremos nada».

La iniciativa incluye contar con partidos políticos y sindicatos. «Sin la gente que está en los partidos y sindicatos -declaró el coordinador de EQUO-A- no tendremos la mayoría social que necesitamos para lograr el cambio». Federico Noriega ahondó en esa línea: « En las próximas elecciones va a haber candidaturas ciudadanas porque es una situación de emergencia nacional. Éste es el viento de la historia y quien se oponga a él será barrido como ya lo han sido los partidos comunistas y socialistas tradicionales en Grecia e Italia».

Juan Torres fue uno de los más vehementes: «No despreciamos a los partidos pero esto tiene que ser otra cosa. Hay que movilizar al 60 o 70% de la sociedad para sortear el inminente peligro de caer en manos del fascismo. Para recuperar la democracia secuestrada tenemos que ir a un programa de mínimos: que la Constitución deje de ser papel mojado, reformarla para que las Iniciativas Legislativas Populares no se bloqueen sistemáticamente, una ley electoral justa que no favorezca a PP, PSOE y nacionalistas, parlamentarios que hayan trabajado y no sido políticos toda su vida, una fiscalidad justa, que el que robe o haga negocio con la deuda pública vaya a la cárcel aunque sea rico. Esas ideas no son ni de izquierdas ni de derechas, sino de gente honesta. Tenemos que convencer a una mayoría social, concurrir a las elecciones unidos, y ganarlas».

Los convocantes de la asamblea explicaron que su objetivo es «una alianza transitoria, un tránsito hacia un nuevo sistema democrático». Tras el cual cada persona o grupo, según su ideología, defenderá sus ideas en otros partidos que surgirán en la nueva etapa democrática.

Para alcanzar el objetivo de hacer crecer el proyecto, Juan Torres propuso a los cien asistentes convertirse en «un nudo de red». «Si cada uno nos comprometemos a convencer a diez personas en un mes seremos mil y si esos mil hacen lo mismo articularemos una marea imparable«.

Creación de un órgano ejecutivo: la coordinadora

Pese al deseo común de los asistentes de desalojar el poder establecido y articular una alternativa, los enfoques expuestos el viernes eran heterogéneos (incluso contrarios en ciertos puntos, pues si bien algunos proponían crear «Agrupaciones de electores» para presentarse a las municipales, otros advertían que esa fórmula nunca logrará una victoria nacional).

Las discrepancias tienen que ver con el contenido ideológico del mismo y con la forma de vertebrar la unión de todos. Para armonizar esa diversidad se planteó crear una coordinadora de la que formarán parte cuantos lo deseen y asistan a una reunión que se celebrará antes del 22 de marzo, en lugar y fecha decidido vía redes sociales por los asistentes a la Asamblea 8-M.

La coordinadora se centrará en tres objetivos: autoproclamación («el primer paso para cambiar las cosas es reconocernos como actores, mirarnos al espejo y decir aquí estamos, esto podemos y vamos a cambiarlo», argumentó Federico Noriega), creación de grupos de trabajo para elaborar un programa de mínimos que pueda asumir esa mayoría social del 60%, y elección del día para la presentación pública de la iniciativa a la ciudadanía.

«Mi propuesta es -expuso el coordinador de EQUO, Esteban de Manuel-crear candidaturas en las ciudades y promover un plebiscito popular sobre la dimisión de Gobierno, la creación de un Gobierno de Transición y la celebración de elecciones constituyentes con una ley electoral y unas listas justas».

El impulso, en este preciso momento, de este movimiento -llamado provisionalmente «Asamblea ciudadana de Sevilla»- no es casual. Sus promotores reconocen que se trata de un paso más tras «las iniciativas de convergencia social que están dándose en nuestra ciudad como las Mareas, el Bloque Crítico y el 15M». Y es que, de hecho, parece haber tenido un papel destacado el que asambleas de 15 M hayan difundido en enero un manifiestoen el que proponen «coordinar un frente común» y «preparar el asalto electoral de la ciudadanía a todas las instituciones políticas».

En la mente de todos está el sorpasso de Syriza al PASOC en Grecia, el hundimiento en Islandia de los partidos tradicionales ante una coalición cuyo punto programático era la reforma de la Constitución para la regeneración política, y la recientísima victoria electoral en Italia -como partido más votado tras las coaliciones de izquierda y derecha- del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo creado sobre un programa de cinco ideas: agua pública, transporte, desarrollo, conectividad y medio ambiente.

«Aunque sobre el papel pudiéramos tener mucho en común con el M5E por la crítica al funcionamiento del sistema y la corrupción, nuestra propuesta política nace de modo diametralmente opuesto -explica Federico Noriega. No desde un hombre de personalidad arrolladora sino de muchos ciudadanos y colectivos movilizados». Si bien ni él ni Juan Torres descartaron que, a medida que crezca el movimiento, surjan una o varias figuras de liderazgo, con el referente en su imaginario de gente como Ada Colau de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

Queda aparcado de momento «por prematuro» el tema del líder o de las siglas. José Ignacio Aguilar (Intercomisión viviendas 15M) se refirió más bien a «pequeños liderazgos»: «el punto de arranque obligado es contar con una masa crítica que se considere capaz de impulsar el proyecto, que recoja personas de distintos sectores de la ciudad, con pequeños liderazgos. Partir sin esa masa crítica sería un error grave, nos condenaría al fracaso».

Sí se tiene en cuenta ya la necesidad de evitar un fraccionamiento de la oposición a las políticas neoliberales imperantes. A este respecto, la duda que no quedó despejada en la asamblea es cuál será el posicionamiento de Izquierda Unida, uno de cuyos miembros en el comité provincial, Javier García, está entre los firmantes de la Asamblea 8M.

«Izquierda Unida tiene que plantearse -expuso el catedrático Juan Torres- si en una situación de emergencia nacional como la actual se conforma con entre un 15 y un 25% de respaldo popular, en el mejor de los escenarios por ellos imaginados. Con ese apoyo no se puede llegar al poder y revertir la situación». En opinión de Torres y citando a Manuel Castells «hay que promover la revolución, que no es partirle la cabeza a la gente sino hacer cambios no previstos. Revolución democrática frente a la conservadora que iniciaron hace 30 años Thatcher y Reagan y que ha llegado a episodios como el cambio de presidentes por la UE en Grecia e Italia sin contar con los ciudadanos, o el secuestro de la Constitución en España, volviéndola rígida, enlatada».

En paralelo al cierre de una fecha anterior al 22 de marzo para la reunión de la Coordinadora, sus impulsores afirman que celebrarán encuentros de coordinación con iniciativas parecidas en el resto de Andalucía y España, con reuniones ya previstas en Madrid, Valencia y Tenerife.