Cine

Cineastas contra la «orden»

David Trueba, durante una de sus intervenciones en la Comisión para la Ley del Cine.

La discutida Ley del Cine, que en su dí­a fue aplaudida por numerosos productores y directores, se ha convertido en un arma de doble filo. La polí­tica del Gobierno, centrada en colmar de favores a los principales grupos mediáticos, encabezados por las televisiones privadas, también ha llegado al mundo del cine provocando indignación. En esta ocasión el vocero mayor de Zapatero ha sido Ignasi Guardans, director del Instituto de la Cinematografí­a y las Artes Audiovisuales, cuya «orden» de concentrar las ayudas públicas en las grandes superproducciones ha despertado una reacción muy bien organizada por parte de todo aquel sector del cine Español que realiza sus producciones con menos de tres millones de euros y al margen del monopolismo de las televisiones.

Como no odía ser de otra manera, el Ministerio de Cultura y el ICAA disfrazan una medida claramente monopolismo de progresismo y ansias de competitividad. Las ayudas públicas pretenden ser destinadas a las grandes superproducciones que generalmente impulsan las televisiones privadas, en un intento más por mantener contentos a los socios más fieles al Gobierno. Bajo el discurso de una “mayor competitividad con el cine extranjero” lo que se esconde es la clara intención de borrar de un plumazo todo ese cine de bajo presupuesto, que representa un elevado porcentaje de todo el que se hace en España, y que se escapa al ferreo control de los gigantes mediáticos.Sin embargo, en esta ocasión los afectados no piensan quedarse de brazos cruzados. La plataforma Cineastas contra la orden, encabezada por el reconocido director David Trueba, ha aprovechado el altavoz que representa el Festival de San Sebastián para volver a la carga haciendo público un nuevo manifiesto. "Ninguna industria se basa en un único tamaño ni en un único modelo de producto. La salud de una cinematografía reside en los diferentes productos ofrecidos por el espectador", se afirma en el texto que se ha hecho llegar al ICAA.En ese sentido, el propio David Trueba, que apoyó la Ley de Cine ("no era perfecta pero había un intento por poner las cosas en claro", sostiene) tiene ahora otra opinión. Trueba dice que, con esta orden ministerial, "las ayudas a la cinematografía van a acabar en las grandes cadenas de televisión, que se van a adueñar de la producción en España, y no porque tengan pasión por nuestro cine sino solo el objetivo de hacer dinero". Se puede decir más alto pero no más claro, y a tenor de lo demostrado en los últimos meses con la Ley del Audiovisual, ya no nos sorprende que de nuevo el Gobierno aproveche su poder para enriquecer a sus “compinches” y borrar de un plumazo cualquier atisbo de resistencia al monopolismo.Entre los firmantes del manifiesto figuran otros directores como Miguel Albadalejo, Javier Corcuera, Chus Gutiérrez, Laura Mañá, Claudia Llosa (ganadora del Oso de Oro en el último Festival de Berlín por su película La teta asustada); Icíar Bollaín -vicepresidenta primera de la Academia de Cine- o dos de los realizadores que estarán a partir de hoy en San Sebastián presentando en la sección oficial sus proyectos: Isaki Lacuesta (Los condenados) y Javier Rebollo (La mujer sin piano).