Ante la invasión imperialista rusa de Ucrania

Cinco ideas ‘fake’ sobre la guerra de Ucrania

Ahora que la guerra de Ucrania va a cumplir un año, asistimos desde sectores de la izquierda presentados como "pacifista" o "antiOTAN" a la difusión de una nueva remesa de ideas 'fake', tóxicas y capciosas. Pretenden extender una interesada confusión para que justifiquemos o "comprendamos" lo que no es más que una criminal invasión imperialista

A las puertas de su primer aniversario la invasión imperialista rusa de Ucrania ha evidenciado todo su poder de destrucción y desestabilización. Las tropas rusas han atacado a la población civil, bombardeando hospitales y ejecutado auténticos genocidios, dejando el criminal rastro de miles de asesinados y millones de refugiados. Y se ha instalado en el corazón de Europa una salvaje guerra que sacude todo el planeta.

Denunciar las invasiones imperialistas y apoyar sin reservas a los pueblos que luchan contra ellas está en el ADN de la izquierda. Es una cuestión innegociable. Sin embargo, asistimos a la difusión de un pensamiento que, utilizando ideas “fake”, extiende una peligrosa confusión, que conduce a justificar o a “comprender” la justificación o la “comprensión” de la invasión.

Independientemente de las diferentes posiciones que existen en la izquierda, desmontar estas ideas “fake”, que se enfrentan a toda la tradición revolucionaria y progresista, es una necesidad urgente.

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1.- No es cierto que asistamos a un “conflicto”, donde se iguala a agresor y agredido. Estamos ante una invasión imperialista.

Nadie se atrevería a calificar de “conflicto germano-polaco” la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi. Estaría blanqueando a la potencia invasora y denigrando al país que se defiende de la invasión.

Sin embargo, hay quien al hablar de la invasión imperialista rusa de Ucrania valora “el desarrollo del conflicto”, y se refiere a invasor e invadido como “las partes implicadas”, colocándolos al mismo nivel.

Conocemos la perversión que hay detrás de este uso de la palabra “conflicto”. En Euskadi, los defensores del terror étnico utilizaban el “conflicto” para justificar el tiro en la nuca o el coche bomba.

No, no es un «conflicto», donde debemos «contemplar» las razones de las dos partes. Es una invasión imperialista ante la que no se puede ser neutral.

Quien afirma que en Ucrania asistimos a “un conflicto entre bloques imperialistas”, capitaneados por EEUU y Rusia, elimina al país y al pueblo agredido, y oculta que estamos ante la invasión de un país soberano por parte de una potencia imperialista.

Es una invasión imperialista. Y la única posición moralmente aceptable es denunciar al invasor y apoyar al invadido.

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2.- Es falso que la invasión de Ucrania esté impulsada por “las humillaciones” infringidas a Moscú o sea una reacción ante “la agresividad occidental contra Rusia”. El imperialismo ruso es el único responsable, y ha invadido Ucrania para someter por la fuerza a un país soberano a su dominio.

Ante la pregunta de por qué Rusia invade Ucrania, hay quien, hablando en nombre de la izquierda, se refieren en primer lugar al “cerco de la OTAN sobre Moscú”, e incluso llegan a calificarla como “una respuesta a la política expansiva occidental”.

No es verdad. La única razón de la invasión es el proyecto imperialista de Moscú de imponer su dominio sobre el espacio ex soviético, que consideran de su propiedad, y el único responsable de la agresión es el imperialismo ruso.

La ampliación de la OTAN o el dominio norteamericano sobre Europa son una amenaza para la paz. Pero utilizarlo como antecedentes que explicarían la conducta rusa es blanquear a una potencia imperialista y justificar una invasión.

La única razón de esta invasión está en el proyecto imperialista de Moscú de imponer su dominio sobre el espacio ex soviético, que consideran de su propiedad. Ucrania es la clave de bóveda de este neozarismo de Putin.

Antes de invadir Ucrania, el imperialismo ruso ha masacrado Chechenia, Georgia, Siria…

Nada, nada, nada, puede justificar o “ayudar a comprender” una invasión imperialista.

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3.- No es verdad que apoyar a Ucrania, incluyendo el envío de armas, sea “participar de la oleada belicista” o “contribuir a una peligrosa escalada militar”. Quien ha impuesto la guerra es el imperialismo ruso, y cualquier pueblo invadido tiene derecho a defenderse.

Enviar armas a la República española en 1936 no era “una irresponsable escalada militar” que abría el paso a una guerra mundial. Negarle ayuda militar, como hicieron las principales potencias imperialistas bajo la bandera de la No intervención, era entregar España al fascismo.

Ante el envío de tanques al ejército ucraniano se ha abierto una polémica que solo puede resolverse partiendo de que estamos ante una invasión imperialista y un país y un pueblo que lucha contra ella.

Claro que a EEUU no le mueve la ayuda al pueblo ucraniano, pero negar auxilio al país invadido bajo la excusa de «no extender el conflicto» equivale a respaldar a la potencia invasora

Negar ayuda al pueblo vietnamita, bajo la excusa de “no extender el conflicto” suponía objetivamente respaldar la invasión norteamericana.

Evidentemente EEUU no persigue la defensa de la paz, ni le mueve la ayuda a un pueblo invadido cuando suministra armamento a Ucrania. Pero no se puede utilizar esto para negar al país atacado el respaldo que necesita. El armamento ya enviado a Ucrania ha sido utilizado para defenderse de una invasión imperialista.

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4.- No es verdad que fortalecer la resistencia ucraniana ante la agresión rusa conduzca a una Tercera Guerra Mundial. Y no se puede identificar el deseo de paz, que todos compartimos, con la rendición ante una invasión imperialista. Solo es posible defender la paz en Ucrania desde la exigencia de “¡Fuera tropas invasoras rusas!”.

Hay que redoblar la actividad diplomática, y la UE debe encabezar estos esfuerzos, impulsando una posición conjunta y autónoma de EEUU. Pero una paz justa debe defender a Ucrania, el país invadido, y exigir la retirada de las tropas invasoras rusas.

Defender hoy una “paz por territorios” que desguace el país invadido, imponiéndole el dominio de su agresor, es acatar una invasión imperialista. Es lo más antagónico al pacifismo.

Frente a los que nos venden «paz» como capitulación del invadido, solo es posible defender la paz en Ucrania desde la exigencia de “¡Fuera tropas invasoras rusas!”.

Propugnar en 1940 una paz a cualquier precio era aceptar el dominio nazi sobre Europa. Luchar por la paz en esos momentos era encabezar la resistencia antinazi.

Es una idea fake la de que es imposible derrotar a una potencia nuclear y que enfrentarse a su dominio es abrir las puertas a una guerra mundial devastadora. Los hechos lo desmienten rotundamente. El pueblo vietnamita derrotó a unos EEUU nucleares, la resistencia de los pueblos barrió a una superpotencia soviética con dopaje atómico. Y la lucha ucraniana ha pulverizado la ambición rusa de una victoria rápida y fácil.

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5.- Es una idea fake, que difunde una falsa equidistancia, denigrar al país invadido para negarle apoyo. Y una subversión igualar a invasor e invadido afirmando que “todos cometen desmanes”. No se puede permanecer neutral ante una invasión imperialista.

Sadam Hussein era un tirano que gaseaba a su pueblo. Pero quien lo alegara para no posicionarse contra la invasión norteamericana estaba respaldando la agresión de la superpotencia yanqui.

Churchill era un reaccionario, pero quien no respaldara la resistencia de Reino Unido ante el intento de invasión alemana estaba apoyando los planes de dominio nazis sobre Europa.

Ante la invasión imperialista rusa de Ucrania algunas voces difunden que “el fascismo está en las dos partes”, en el invasor y en el invadido. Otros incluso concentran su furia contra el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificándolo de “fascista”, “corrupto” o “marioneta de EEUU”. Olvidando que, más allá de las diferencias que puedan tenerse con su política, representa al país que lucha contra una invasión imperialista.

Quien en el momento de la invasión de Irak y del bombardeo de Bagdad hablara de los genocidios de Sadam Hussein estaba respaldando la agresión imperialista

EEUU justifica sus invasiones afirmando que está exportando la democracia. El imperialismo ruso, que impone la represión contra su pueblo, justifica la invasión bajo la falsa bandera de acabar con el gobierno fascista ucraniano. Nadie debe aceptar las excusas de los invasores.

Ante una invasión imperialista la única opción aceptable es apoyar al país invadido. Cualquier otra opción no significa caer en la equidistancia, es apoyar de una u otra manera al invasor. Quienes, enarbolando una falsa neutralidad, afirman que en 1936 “los dos bandos cometieron abusos”, están en realidad apoyando al ejército fascista y desacreditando la lucha antifascista.