La izquierda ante Ucrania

Cinco confusiones sobre Ucrania que es urgente aclarar… en la izquierda

No se podía ser neutral en la lucha entre el pueblo vietnamita y la invasión norteamericana. No se puede ser neutral en la lucha del pueblo palestino contra la ocupación israelí. Había que rechazar al dictador Sadam Hussein, pero no se podía ser neutral en Irak ante la invasión y ocupación norteamericana. Cuando hay una invasión imperialista no se puede ser neutral. O estas con los invasores o con los invadidos.

Tras 54 días de invasión asistimos a una nueva ofensiva del imperialismo ruso para dominar Ucrania. La amenaza para la paz mundial que supone la criminal actuación de Moscú es más aguda. Y apenas empezamos a sufrir unos efectos económicos de la guerra que se pretenden descargar sobre los pueblos, recortando su bienestar.

Hoy es más necesario impulsar -con manifiestos, con los actos de denuncia de la invasión y solidaridad con Ucrania- una respuesta desde una línea revolucionaria, frente a las intoxicaciones difundidas por una parte de la izquierda que -abierta o encubiertamente, por la activa o por la pasiva- apoyan o concilian con esta agresión imperialista

¿Cuál es la situación tras casi dos meses de invasión rusa de Ucrania?

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1.- El imperialismo ruso ha desatado una nueva ofensiva en el este de Ucrania.

La resistencia ucraniana ha forzado a las tropas rusas a retirarse de Kiev, renunciando a la toma de la capital y la destitución del actual gobierno. Ahora, Moscú busca imponer la independencia total del Donbass, para conectarlo con Crimea, y más al este tomar Odessa, dejando a Ucrania sin salida al mar.

Para ello ha intensificado los bombardeos sobre las ciudades, colocando al frente de la invasión al general Dvórnikov, apodado “el carnicero de Siria”. Dirigió los bombardeos que arrasaron Alepo.

Mariupol es la imagen de la criminalidad del imperialismo ruso. Han decretado que van a dominarla, aunque haya que arrasarla por completo. En una ciudad de casi medio millón de habitantes ha quedado reducida a solo 100.000. Para quebrar su resistencia, Moscú les priva de alimentos, agua, luz, medicamentos… La alcaldía de Mariupol estima en 20.000 el número de muertos civiles, por los bombardeos o por el hambre.

Moscú está intensificando los bombardeos, con misiles crucero de larga distancia, sobre las ciudades que ya no pueden ocupar, como Kiev, Lviv o Jàrkov.

2.- A los efectos de la guerra sobre la economía mundial se une una ofensiva de las grandes burguesías por descargar las pérdidas sobre la población.

Ucrania y Rusia son uno de los grandes productores globales de alimentos básicos, como el trigo. La invasión ha provocado un incremento del 34% en el precio de los alimentos, el mayor en 14 años. Lo que puede provocar un aumento de la pobreza extrema -vivir con menos de 1,9 dólares diarios- de 250 millones en todo el mundo.

Unos pierden y otros ganan con el aumento de la inflación, provocado principalmente por el encarecimiento de la energía. La subida de los precios está ya recortando el poder adquisitivo de trabajadores, pensionistas, o asfixiando a pymes y autónomos. Pero reporta enormes beneficios a algunos de los principales sectores donde se concentra el gran capital, desde eléctricas y petroleras a grandes bancos. EEUU, como país productor de gas y petróleo, y cuyo capital controla eléctricas y monopolios energéticos en otros países, como España, es uno de los grandes beneficiados.

En estas condiciones, extremadamente difíciles, y previsiblemente lo serán más, para la paz y para las condiciones de vida del pueblo, es más importante difundir la línea y alternativas que plantea el manifiesto “Por la paz. Fuera tropas rusas. Solidaridad con Ucrania”. Denunciando la invasión imperialista rusa, lo que exige combatir y desmontar las ideas “tóxicas” difundidas por una parte de la izquierda. E impulsando una alternativa de Redistribución de la Riqueza.

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La izquierda y Ucrania: dos líneas antagónicas

La sociedad española ha reaccionado con indignación ante la criminal invasión rusa de Ucrania. Y entre la mayoría de izquierdas hay una corriente abrumadora de denuncia de la agresión y solidaridad con el pueblo ucraniano.

Pero existen algunas peligrosas confusiones que es necesario aclarar. Ideas difundidas bajo un marchamo “de izquierdas”, con influencia entre mucha gente progresista, que vuelven del revés la realidad, contribuyen a borrar que estamos ante una invasión imperialista y a diluir o incluso poner en cuestión el apoyo al país y al pueblo invadido.

1-

Llamar “conflicto” a lo que es una invasión imperialista.

Desde algunos sectores de la izquierda afirman que en Ucrania están enfrentándose dos imperios, el ruso y el norteamericano, por el control de Europa oriental, o de fuentes de energía claves como el gas. “Esta guerra va de intereses”, nos repiten.

Ocultan que el 24 de febrero Rusia, una potencia nuclear, invadió Ucrania para someterla por la fuerza a su dominio, sin importar el coste en vidas humanas que eso supusiera.

Existe una disputa de intereses entre Washington y Moscú, pero afirmar que asistimos a “un conflicto entre dos imperios” es subvertir la realidad, ocultando que estamos ante una invasión imperialista, donde por tanto hay una potencia invasora y un país invadido.

Hablar de un “conflicto” esconde al responsable del crimen, la potencia invasora, y permite “comprender a todas las partes”, manteniendo una inaceptable equidistancia entre el invasor y el invadido.

2-

Utilizar “la necesidad de comprender las causas del conflicto” para ocultar que el único responsable es el imperialismo ruso, convirtiendo incluso una invasión en “una respuesta defensiva”.

«¡¿Crímenes de guerra?! ¡NO! ¡Esto es un legítimo discurso geopolítico!»

Hay quien, hablando desde la izquierda, afirma condenar “la agresión rusa”… `pero inmediatamente empiezan a enumerar los “agravios” que han provocado “la reacción del oso ruso”. Planteando que los auténticos motores de la invasión están en la expansión de la OTAN hacia el este europeo, o en las maniobras de Washington para deponer en 2014 al gobierno ucraniano prorruso e imponer otro pro-occidental. Elaboran un discurso donde incluso se llega a plantear que la invasión de Ucrania es una respuesta de Moscú para “garantizar su seguridad”.

Es mentira. La expansión de la OTAN o el reforzamiento de la presencia militar norteamericana en Europa son un factor de guerra, contra el que hay luchar. Pero el responsable de la invasión de Ucrania es el imperialismo ruso. Forma parte de un plan imperialista, no para protegerse de EEUU sino para imponer el control sobre lo que consideran su área de dominio imperial, convirtiendo Ucrania en un protectorado y un mercado cautivo.

Quien en plena II Guerra Mundial ponía el peso en los “agravios” y “ataques” sufridos por Alemania estaba justificando, cuando no apoyando abiertamente, las invasiones nazis.

3-

Cuestionar la veracidad de las matanzas perpetradas por el imperialismo ruso en Ucrania, desacreditando a los periodistas que, arriesgando su vida, nos cuentan la verdad de lo que sucede.

Tuit del fotoperiodista español Santi Palacios, que recogió los testimonios de los supervivientes de la matanza de Bucha

El mundo se estremece ante la magnitud de los crímenes de guerra perpetrados por el imperialismo ruso en Ucrania. En Mariupol han sometido a una población de casi medio millón de habitantes a un cerco criminal, en Bucha han ajusticiado a civiles inocentes, en Kramatrorsk bombardearon una estación de ferrocarril repleta de refugiados…

Pero hay quien se empeña en negar o restar credibilidad a estas noticias. Afirmando que existe una “guerra de medios” donde “todos mienten” y “no puedes fiarte de nadie”. Atacan incluso a los periodistas que nos cuentan las atrocidades del ejército ruso, que arriesgan su vida -cinco de ellos han sido asesinados- para visitar las zonas donde se han perpetrado las matanzas, entrevistar a los supervivientes…

La razón de este sinsentido está en negar que Ucrania sufre una invasión imperialista. Si se parte de aquí, de que hay una potencia imperialista que invade un país soberano, no hay duda de a quien creer y a quien no.

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4-

Desacreditar, calificándola de una “postura belicista”, la lucha del pueblo ucraniano contra la invasión rusa.

Toda la izquierda apoyaba la lucha del pueblo vietnamita contra la invasión norteamericana. No había dudas. Y a nadie se le ocurría calificar de “belicismo” el respaldo al combate de Vietnam por liberarse del dominio de la superpotencia. Esa era, en esos momentos, una posición proyanqui.

Esta es una posición de principios, y no puede ser selectiva. Es así siempre, no en unos casos sí y en otros no.

No se puede calificar hoy de “belicismo” el apoyo a la lucha de Ucrania contra la invasión rusa. Apoyo humanitario, acogiendo a los refugiados, y también con armas para poder defenderse de una agresión.

El pueblo ucraniano ha decidido luchar contra una potencia imperialista que ha invadido su país. Es un deber moral, especialmente desde la izquierda, apoyar su lucha.

5-

Utilizar que “los dos bandos han cometido abusos” o las diferencias con algunas actuaciones ucranianas para sembrar la equidistancia entre invasores e invadidos.

Manel Fontdevila en eldiario.es

Cuando el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, intervino ante el Congreso estaba representando al país invadido. Esto es lo único importante.

La ultraderecha se revolvió furiosa cuando Zelenski enarboló Gernika. Pero es mucho más incomprensible que algunas voces, desde la izquierda, también atacaran a quien, independientemente de las diferencias que con él tengamos, encarna la lucha de un país contra una invasión imperialista.

Cuando, desde algunos discursos de izquierdas, se califica a Zelenski poco menos que de marioneta de la OTAN o de “defender a los nazis ucranianos”, se está atacando a Ucrania, a la víctima de una invasión imperialista.

Ante los brutales crímenes cometidos por el ejército ruso, hay quien afirma que “también el ejército ucraniano ha cometido crímenes de guerra, pero son silenciados por los grandes medios”. Si han existido desmanes por parte de algunos sectores del ejército ucraniano deben condenarse, pero estos hechos no se pueden utilizar torticeramente para igualar a quien invade un país y a quien lucha contra la invasión.

Sabemos que quien, enarbolando una falsa neutralidad, afirma que en 1936 “los dos bandos cometieron abusos” está en realidad apoyando al ejército fascista y desacreditando la lucha antifascista.

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Dos posiciones de principios irreconciliables

Frente a las confusiones difundidas bajo un “marchamo” de izquierdas, el manifiesto “Por la paz. Fuera tropas rusas. Solidaridad con Ucrania” plantea una posición tajante, denunciando la invasión imperialista rusa y apoyando si peros la lucha de Ucrania contra la invasión.

En cada uno de esos cinco puntos hay dos posiciones antagónicas, dos líneas desde donde abordar la invasión rusa de Ucrania.

Una línea es la expresada en el manifiesto “Por la paz. Fuera tropas rusas. Solidaridad con Ucrania”. Donde se denuncia tajantemente la invasión imperialista rusa, y se expresa un apoyo total, sin peros ni límites, al pueblo ucraniano y a su lucha contra la invasión.

Otra línea, no diferente sino antagónica, que se presenta como referencia a mucha gente de izquierdas, es la de quienes dedican todos sus argumentos a “comprender”, cuando no a justificar, la invasión, y solo hablan del país y el pueblo que lucha contra la invasión para atacarlo.

Estas cinco confusiones no serían más que una línea de pensamiento, errónea y reaccionaria, si no se estuviera ejecutando una guerra de invasión en Ucrania por parte de Rusia. Ante esta realidad solo cabe estar con unos o con otros. No existe la posibilidad de la neutralidad o la equidistancia.

No se podía ser neutral en la lucha entre el pueblo vietnamita y la invasión norteamericana. No se puede ser neutral en la lucha del pueblo palestino contra la ocupación israelí. Había que rechazar al dictador Sadam Hussein, pero no se podía ser neutral en Irak ante la invasión y ocupación norteamericana.

Cuando hay una invasión imperialista no se puede ser neutral. O estas con los invasores o con los invadidos.