Rabia y emoción contenida en toda España por Samuel. En Sevilla y en Guadalajara. En Valencia y en Ferrol. En Girona y en Almería. En Murcia y en Vigo. En Zaragoza y en Almendralejo. En Salamanca y en Bilbao. En Palma de Mallorca y en Tudela. Y en Las Palmas de Gran Canaria. Y en Barcelona. Y en la Puerta del Sol. Y por supuesto en la ciudad de Samuel, en Coruña. De nuevo, reclamada por una brutal injusticia, la mayoría social progresista de nuestro país se unió como un puño.
En grandes ciudades, en capitales de provincia o en cabezas de comarca de comarca. En un centenar de concentraciones simultáneas por toda la geografía, miles de personas salieron a pedir Justicia para Samuel Luiz, un joven coruñés de 24 años que ha sido asesinado al grito de «maricón». Aunque Policía -que ha detenido a los 13 presuntos asesinos- aún está haciendo pesquisas, las amigas de la víctima y testigos directos de los hechos no dudan en remarcar la naturaleza homófoba de la paliza que causó la muerte de Samuel.
En un clima de tristeza y lucha, de rabia e indignación, miles de gargantas en todo el país se unieron para arropar a la familia y amigos de Samuel, para rechazar un clima de odio homófobo que lleva meses traduciéndose en un notable aumento de agresiones, y que ahora se ha cobrado una victima mortal.
En la ciudad de Samuel, miles de coruñeses se concentraron en una abarrotada plaza de María Pita, convocados por colectivos LGTBI. Tras guardar un minuto de silencio, que sólo se rompió por un ensordecedor aplauso, los asistentes gritaron, entre lágrimas y aplausos «Samu no ha muerto, lo han asesinado» o «Samuel, hermano, no estás solo». «Queremos Justicia porque han asesinado a nuestro Samuel» dijeron sus amigos, entre lágrimas, a la multitud.
A cientos de kilómetros de allí, miles de manifestantes llenaban la Puerta del Sol, gritando consignas como, «Insurrección contra toda vejación», «La homofobia es fascismo» o «Contra los nazis, mariconazos». Al acabar la concentración, un nutrido número de manifestantes se dirigieron al Ministerio de Justicia para expresar su indignación. Tras horas de protestas, fueron violentamente desalojados por la Policía, en una actuación que númerosos grupos han tachado de desproporcionada.
«Samuel hermano, nosotros no olvidamos», «No pasarán» o «Ninguna agresión sin respuesta» fueron algunas de las proclamas que se gritaron a lo largo de la concentración de Barcelona, que arrancó con un sentido aplauso y ha concluido con un minuto de silencio.
«Ací estem, nosaltres no matem!» (¡aquí estamos, nosotros no matamos!) fue el lema más coreado durante la concentración de Valencia, en la que también se gritaron consignas a favor del respeto a todas las opciones sexuales y contra la homofobia.
Y así en más de cien localidades, grandes y pequeñas, en toda España, la mayoría social progresista volvió a brotar. Y a demostrar que no van a tolerar ni los crímenes de odio ni los mensajes políticos ultraderechistas que les alientan y les jalean.