«Es poco probable que China tenga que hacer frente a una nueva oleada de fondos que desestabilice su sistema financiero. La «Operación Twist» no implica la impresión de más dinero, sino sólo el paso de 400.000 millones de dólares (292.000 millones de euros) de participaciones de la Reserva Federal en bonos del Tesoro estadounidense del extremo corto al extremo largo de la curva.»
Eso no quiere decir que el movimiento no vaya a afectar a China. Teniendo en cuenta que en julio tenía invertidos 1,17 billones de dólares en bonos del Tesoro, la última oeración de la Fed pone a China ante la poco atractiva perspectiva de que el rendimiento sobre sus reservas de divisas extranjeras, que ya es bajo, se reduzca aún más. Pero Pekín no carece de opciones. Al mover la Fed su cartera al extremo largo de la curva, reduciendo así los tipos de interés a largo plazo, el relativo atractivo de la deuda a corto plazo aumenta. China podría verse tentado a dar un “giro inverso” y moverse al extremo corto, lo que amortiguaría el impacto de la medida de la Fed. (THE WALL STREET JOURNAL) THE WASHINGTON POST.- La operación Twist no es una panacea: a largo plazo las tasas de interés ya son muy bajas. Las empresas parecen estar evitando el riesgo por otras razones, mientras que muchos propietarios no pueden refinanciar, incluso a tasas muy bajas, debido a que sus propiedades valen menos de lo que deben. "Como resultado", observaba un reciente pronóstico económico del Deutsche Bank, "dudamos que una nueva reducción de las tasas de interés tenga un impacto apreciable en el gasto". Hay otro problema. Las tasas de interés a largo plazo son una fuente clave de información a los inversores sobre el estado real de la economía, cuanto más abiertamente las manipule la Fed, menos fiable llegará a ser la señal. EEUU. The Wall Street Journal ¿Combatirá China la ‘Operación Twist’ de la Fed? Tom Orlik China no tiene mucho que temer del último giro en la política monetaria estadounidense. Pero EEUU podría tener motivos para temer la respuesta china. Es poco probable que China tenga que hacer frente a una nueva oleada de fondos que desestabilice su sistema financiero. La “Operación Twist” no implica la impresión de más dinero, sino sólo el paso de 400.000 millones de dólares (292.000 millones de euros) de participaciones de la Reserva Federal en bonos del Tesoro estadounidense del extremo corto al extremo largo de la curva. Aunque haya más dinero buscando rendimientos más altos, las expectativas de que el renminbi experimente una revalorización –uno de los grandes motivos para invertir en China– se han derrumbado. Los mercados de futuros prevén una ligera depreciación del renminbi frente al dólar el próximo año. Las bolsas y el sector inmobiliario chinos, los destinos más probables de los flujos de efectivo, también están de capa caída. Eso no quiere decir que el movimiento no vaya a afectar a China. Teniendo en cuenta que en julio tenía invertidos 1,17 billones de dólares en bonos del Tesoro, y que invierte decenas de miles millones más al mes, la última operación de la Fed pone a China ante la poco atractiva perspectiva de que el rendimiento sobre sus reservas de divisas extranjeras, que ya es bajo, se reduzca aún más. Pero Pekín no carece de opciones. Al mover la Fed su cartera al extremo largo de la curva, reduciendo así los tipos de interés a largo plazo, el relativo atractivo de la deuda a corto plazo aumenta. China podría verse tentado a dar un “giro inverso” y moverse al extremo corto –lo que amortiguaría el impacto de la medida de la Fed–. Existe un precedente. En 2008, ante las malas perspectivas para la economía estadounidense, China varió su política de compras hacia el extremo corto de la curva. En el año a partir de junio de 2008, Pekín gastó 145.000 millones de dólares en bonos del Tesoro a corto plazo –equivalente al 38% de sus compras totales–, frente a los 2.000 millones del año anterior. Los mercados ya están descontando la eficacia de la última operación de la Fed. Si China mueve su cartera en la dirección opuesta, hasta las expectativas más bajas podrían no cumplirse. THE WALL STREET JOURNAL. 22-9-2011 EEUU. The Washington Post ¿Retorcer a la larga nuestros problemas económicos? La economía de EEUU se está desacelerando, el Congreso y el presidente no parece que vayan a hacer mucho al respecto – y otro shock del mercado podría estar en camino en Europa. Por lo tanto, no es de extrañar que todos los ojos están puestos en la Reserva Federal, que concluye una reunión de política monetaria más larga de lo habitual la tarde del miércoles. ¿Podría el presidente de la Fed, Ben S. Bernanke salvarnos de lo que parece un inevitable sufrimiento económico? La economía tiene necesidad de una sólida demanda de nuevos productos y servicios, pero que no se materializará hasta que el mercado inmobiliario se recupere y la clase media estadounidense pague sus deudas acumuladas. La Reserva Federal ha extendido su capacidad de estimulación del crecimiento casi al máximo: ha reducido las tasas de interés a cero y se comprometió a mantenerlos así hasta 2013, y ha añadido un valor de más de un billón de dólares en valores respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro a su balance. Aún así, hay llamamientos a Bernanke para que adopte políticas más agresivas y poco ortodoxas. Una de ellas sería fijar un "objetivo" determinado de desempleo y declarar que la Fed no va a dificultar la concesión de dinero hasta que se alcance. Pero la política monetaria es un arma mucho menos precisa contra el desempleo que contra la inflación. El riesgo de que la Fed pudiera no alcanzar su objetivo, y el sacrificio de su credibilidad, es mucho mayor que el beneficio potencial que esta política podría tener sobre los mercados, que ya anticipan tasas de interés bajas. Algo similar se aplica a otra política frecuentemente recomendada – el recorte de la tasa de interés que da a los bancos por depositar sus reservas en la Reserva Federal. Supuestamente, esto podría reducir los incentivos de los bancos a dejar su dinero en efectivo en el banco central. Y hacer, a su vez, que lo prestaran para su uso productivo. Pero la Fed paga ya tan poco –un cuarto de punto porcentual– que es difícil argumentar que la reducción de la tasa impulsaría la creación de empleo. Eso nos deja con la política que la Fed ya ha señalado que es probable que adopte: el ajuste de su balance mediante la sustitución de deuda a largo plazo por deuda a corto plazo. Hay dos formas básicas para llevar a cabo esta "Operación Twist ": activar el comercio de los bonos del Tesoro a corto plazo o simplemente reemplazando deuda a corto plazo a medida que madura. De cualquier manera, el objetivo es mantener controladas las tasas de interés a largo plazo para reducir el costo de capital de las empresas y para permitir a más familias refinanciar sus hipotecas. La operación Twist no es una panacea: a largo plazo las tasas de interés ya son muy bajas. Las empresas parecen estar evitando el riesgo por otras razones, mientras que muchos propietarios no pueden refinanciar, incluso a tasas muy bajas, debido a que sus propiedades valen menos de lo que deben. "Como resultado", observaba un reciente pronóstico económico del Deutsche Bank, "dudamos que una nueva reducción de las tasas de interés tenga un impacto apreciable en el gasto". Hay otro problema. Las tasas de interés a largo plazo son una fuente clave de información a los inversores sobre el estado real de la economía, cuanto más abiertamente las manipule la Fed, menos fiable llegará a ser la señal. La operación Twist tendría una ventaja: precisamente porque es la más modesta de las medidas a disposición del Sr. Bernanke y sus colegas, también puede ser la menos arriesgada. De hecho, los mercados ya han descontando que saldrá algún tipo de acción así de esta reunión. Podría ser peligroso defraudar esas expectativas. Sin embargo, el presidente de la Fed podría considerar recordar a los mercados y los políticos algo que dijo hace un año: "Los Bancos centrales por sí solos no puede resolver los problemas económicos del mundo" THE WASHINGTON POST. 21-9-2011