«Los más atrevidos fueron los líderes de CCOO y UGT en Catalunya, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez. Ambos advirtieron al Gobierno de que, si insiste en reformar el sistema de pensiones y la negociación colectiva, se volverá a encontrar con la máxima vía de protesta de los trabajadores.»
"Si se roduce un ataque al sistema público de pensiones que cuestione su futuro, nos moveremos en clave de huelga general", aseguró Gallego, a lo que Álvarez añadió: "Es obvio que nuestra respuesta debe ser contundente y puede ser perfectamente una huelga general". (PÚBLICO) ABC.- España ostentó durante los últimos siete años el lustroso título de ser la octava economía del mundo. Fantaseó incluso, en 2007, con subir un peldaño más. Quizá todo fue un sueño y ahora toca despertarse. Brasil ocupa ya ese puesto que separa a las siete grandes potencias (EE.UU, China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) del resto de mortales. India, ahora por delante de Rusia, acaba de superar también a la economía española, que ya está fuera del «top ten». Las previsiones no son, además, nada halagüeñas: en 2030, su peso en la riqueza mundial se reducirá al menos en dos tercios, colocándose a la altura de Filipinas y Malasia. EL MUNDO.- La explosión de nuestra burbuja inmobiliaria es uno de los grandes misterios del milenio. El sector quedó volatilizado a finales de 2008 por la falta de liquidez de la crisis subprime. Se perdieron más de un millón y medio de empleos, cerraron miles de empresas y nos quedamos con un stock de 800.000 viviendas. Pese a tan brutal ajuste, los precios de la vivienda apenas se han movido. Uno de los sitios donde esto no deja de llamar la atención es Alemania. Varios de sus altos funcionarios han planteado que los precios en España no han bajado lo que deberían y han sugerido que esto guarda relación con la necesidad de nuestras entidades financieras de mantener una ficción contable en torno al valor de sus activos. Sindicatos. Público CCOO y UGT empiezan a hablar de una nueva huelga general G. Ayuso A falta de muy poco para las movilizaciones de mañana y el sábado que UGT y CCOO han convocado en todo el territorio, los sindicatos se encargaron hoy de preparar el terreno. Los más atrevidos fueron los líderes de CCOO y UGT en Catalunya, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez. Ambos advirtieron al Gobierno de que, si insiste en reformar el sistema de pensiones y la negociación colectiva, se volverá a encontrar con la máxima vía de protesta de los trabajadores. "Si se produce un ataque al sistema público de pensiones que cuestione su futuro, nos moveremos en clave de huelga general", aseguró Gallego, a lo que Álvarez añadió: "Es obvio que nuestra respuesta debe ser contundente y puede ser perfectamente una huelga general". Los líderes de las dos centrales, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, que hoy se reunieron con representantes de la sociedad civil, expresaron opiniones más matizadas. El secretario general de CCOO confió en que las concentraciones de mañana frente a las sedes de las patronales y las delegaciones del Gobierno en las capitales y las manifestaciones del día 18 sean "suficientes" para "evitar un conflicto social importante en las próximas semanas", en relación con la posibilidad de convocar una huelga general. Precisamente hoy el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, consideró imprescindible que el Gobierno retrase la edad de jubilación para que el sistema de pensiones sea sostenible en el futuro. Por contra, Toxo lamentó que el Gobierno plantee la reforma de la Seguridad Social basándose en una realidad empañada por la actual crisis económica. Ligera subida del SMI Por otra parte, el Gobierno baraja aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2011 en torno a un 1,5%, es decir, el porcentaje de subida que se aplicó en 2010, informa EP. Ese incremento supondría que el SMI pasaría de 633,30 a 642,79 euros. De confirmarse esa subida, la referencia estaría en línea con el aumento previsto para los precios en 2011, que los analistas consideran será de un 1,6%. Los sindicatos expresaron hoy su inquietud ante la subida y exigieron al Gobierno que cumpla con su compromiso de llegar a los 800 euros al final de la legislatura. PÚBLICO. 14-12-2010 Economía. ABC España perderá dos tercios de sus peso en el mundo en 20 años Moncho Veloso España ostentó durante los últimos siete años el lustroso título de ser la octava economía del mundo. Fantaseó incluso, en 2007, con subir un peldaño más. Quizá todo fue un sueño y ahora toca despertarse. Brasil ocupa ya ese puesto que separa a las siete grandes potencias (EE.UU, China, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) del resto de mortales. India, ahora por delante de Rusia, acaba de superar también a la economía española, que ya está fuera del «top ten». Las previsiones no son, además, nada halagüeñas: en 2030, su peso en la riqueza mundial se reducirá al menos en dos tercios, colocándose a la altura de Filipinas y Malasia. Y además no parece tener remedio. Primero, porque previsiblemente la economía española sufrirá un largo estancamiento. Y segundo, porque el mundo lleva un tiempo cambiando de rumbo. Los ricos (EE.UU., Europa occidental y Japón) ya no son los más ricos, y los pobres (China, Brasil e India, entre otros) empiezan a tomar el mando. La crisis global solo ha dado un acelerón a este proceso. En dos décadas, el gigante asiático ocupará el trono de Estados Unidos. En ese mismo periodo, el peso de España en el Producto Interior Bruto mundial pasará del 3% actual al 1%. O lo que es lo mismo: si hoy aporta 1,54 billones de dólares al conjunto de la riqueza global —cifrada en 61 billones—, en 2030, cuando la producción mundial alcance los 138 billones, la contribución española será de 1,96 billones, según las estimaciones hechas por la consultora Goldman Sachs en su estudio «El patrimonio de los emergentes en dos décadas: un mundo cambiante». «Es lo lógico, porque es prácticamente imposible que se repitan esos crecimientos de entre el 6% y el 8% que vivimos en los años 80 y 90», explica Andrew Hazell, portavoz de la consultora. Por aquel entonces, España se abría al mundo y crecía de forma sensacional, convergiendo con las economías avanzadas de su entorno. «Crecer ahora a un 2,5% ya sería todo un éxito», estima Hazell. Nuestros socios europeos correrán similar suerte en 2030: Francia dejará de tener el 5% de la economía mundial y tendrá que conformarse con un 3% de la tarta; Italia pasará del 4% al 2%; Reino Unido del 4% al 3%, y Alemania, el motor de la UE, perderá tres puntos, pasando su participación en la riqueza global del 6% al 3%. «A la Unión Europea le faltó pegada para sustituir a la URSS en aquel mundo bipolar cuando esta cayó, y en su lugar han surgido los países emergentes», dijo Pedro Solbes, ex vicepresidente del Gobierno español y ex ministro de Economía, en un reciente foro sobre gobernanza mundial celebrado en Madrid. Las economías emergentes son las que ahora están experimentando el mismo «milagro» que España vivió en las últimas dos décadas. Crecen extraordinariamente y están ocupando el centro de gravedad de la economía mundial. A día de hoy, el Norte representa el 63% del PIB global. En 2030, será el 41%. El Sur, en cambio, aumentará su peso en la riqueza mundial del 37% al 59%, según el análisis de Goldman Sachs. Países emergentes Ese año, la riqueza mundial será de 138 billones de dólares. De ellos, Occidente habrá «fabricado» 56 billones, y 82 billones serán obra de los hoy llamados emergentes. Solo Brasil, Rusia, India y China aportarán unos 50 billones. China, que actualmente representa el 9% de la producción global, será en 2030 el 23% del total. Y Estados Unidos, hoy la primera potencia, pasará de tener el 24% al 17% del PIB mundial. «A lo largo de la historia, China siempre ha estado en el centro del universo; ahora solo estamos volviendo a la normalidad», dijo Ángel Gurría, secretario general de la OCDE. Explicar qué han hecho los emergentes para llegar a esta situación es hablar de la receta contraria a la que aplicó el mundo desarrollado en los años de bonanza. En otras palabras, evitar los excesos. Y sortear esa costumbre tan humana de tropezar dos veces en la misma piedra. Su gran crisis financiera tuvo lugar en 1997. Aprendieron la lección y desde 2003 vienen aplicando políticas monetarias y fiscales ortodoxas, haciendo un esfuerzo descomunal de ahorro. «Ahora tienen leyes de responsabilidad fiscal que sancionan a quien traspasa los límites de déficit fiscal, y eso no se hace en Europa. Los países emergentes están más disciplinados», explica Blanca Moreno-Dodson, economista senior del Banco Mundial. No solo eso. Mejoraron mucho sus sistemas financieros y bolsas. Y el empuje definitivo lo dio la demografía. Primero, por contar con una población mucho menos envejecida y con una esperanza de vida en aumento. Y, segundo, porque en muchos países de Asia e Iberoamérica se está consolidando poco a poco una gran clase media, fruto de los avances sociales en educación, formación, sanidad, innovación y tecnología, infraestructuras y seguridad ciudadana. «Son economías que están creciendo mucho más rápido, que son más emprendedoras y que en varios sentidos están dejando atrás a Europa y Estados Unidos», dice Moreno-Dodson, quien ve en ello un «reequilibrio de las fuerzas mundiales». De hecho, tanto el G-20 como el FMI y la OCDE han puesto ya sobre la mesa la cuestión de cuánto peso deben tener ahora los emergentes en esos foros. ABC. 13-12-2010 Opinión. El Mundo El precio de la vivienda inquieta a los alemanes John Müller La explosión de nuestra burbuja inmobiliaria es uno de los grandes misterios del milenio. El sector quedó volatilizado a finales de 2008 por la falta de liquidez de la crisis subprime. Se perdieron más de un millón y medio de empleos, cerraron miles de empresas y nos quedamos con un stock de 800.000 viviendas. Pese a tan brutal ajuste, los precios de la vivienda apenas se han movido. La tasadora Tinsa decía en agosto de este año que la caída del precio desde finales de 2007 era del 16,9% de media. Una cifra irrisoria comparada con los incrementos anuales de hasta tres dígitos en los precios hasta hace pocos años. Ni siquiera las caídas de hasta un 50% en viviendas de áreas turísticas parecen realistas ante la depresión de la demanda. Ayer se conoció que la venta de viviendas entre julio y septiembre ha caído un 26,3%, con 79.233 operaciones, la cifra más baja desde que existe la estadística (2004). Uno de los sitios donde esto no deja de llamar la atención es Alemania. Varios de sus altos funcionarios han planteado que los precios en España no han bajado lo que deberían y han sugerido que esto guarda relación con la necesidad de nuestras entidades financieras de mantener una ficción contable en torno al valor de sus activos. Se puede intuir aquí la genealogía política de uno de los factores que gravitó con gran fuerza en la última tormenta financiera que nos afectó. Es verdad que hay innumerables factores que condicionan el futuro de nuestro mercado inmobiliario. Uno de ellos ha sido la política fiscal del Gobierno que primero subió el IVA que se aplica a estas operaciones y después ha acordado eliminar la deducción por vivienda a partir del 1 de enero de 2011 con la esperanza de que esto animara la demanda. El problema es que el pobre resultado de las ventas del tercer trimestre no augura nada bueno pese a que aún está en vigor el incentivo de la deducción que a partir de enero de 2011 sólo beneficiará a quienes tengan rentas inferiores a 17.000 euros anuales. Entre quienes reclamaron la eliminación de esta deducción ya en la época de José María Aznar estuvo el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sus expertos aseguraban que el monto del beneficio fiscal se lo llevaba casi íntegramente el promotor a través del precio. Cabría pensar que ahora debería ocurrir lo contrario y que los precios han de sufrir una merma de hasta el 15% por puro efecto de la política fiscal. Es probable que esto no ocurra mecánicamente así, pero lo cierto es que uno de los elementos a los que se acusó de inflar la burbuja, desaparecerá. A eso habrá que unir la presión bajista que la falta de demanda y el exceso de oferta generará. El resultado es que nos podemos encontrar en la primera parte de 2011 con una fuerte caída de los precios de la vivienda que traerá aparejado un efecto pobreza (por contraposición al efecto riqueza de las etapas alcistas) que contraerá aún más el consumo. Los que hayan pagado su hipoteca o deban poco, no lo sufrirán mucho por el valor de uso de sus casas, pero quienes se hayan hipotecado en el ciclo alcista se verán con una deuda muy superior al valor de sus bienes. Y esto podría dañar las cuentas de nuestras entidades financieras que es lo que inquieta a los alemanes. EL MUNDO. 14-12-2010