La situación de la ciencia en España es muy grave y en lo fundamental no ha variado desde el inicio de la crisis en 2009. La constitución de un ministerio de la ciencia con Pedro Duque a la cabeza ha conllevado algunos pasos positivos, pero totalmente insuficientes. Ante la posibilidad de un nuevo gobierno el sector de la Ciencia pide el establecimiento de un proyecto nacional y romper la burocracia asfixiante.
La situación de la ciencia en España es muy grave y en lo fundamental no ha variado desde el inicio de la crisis en 2009. La constitución de un ministerio de la ciencia con Pedro Duque a la cabeza ha conllevado algunos pasos positivos, pero claramente insuficientes. Ante la posibilidad de un nuevo gobierno hay que recordar lo más urgente para este sector que es el establecimiento de un proyecto nacional por una parte y romper la burocracia asfixiante y la endogamia por otro.
Se podría pensar que es una cuestión de presupuesto, que en parte también lo es, ante el raquítico 1.2% del PIB que supone el presupuesto para la ciencia en España muy debajo de la media europea que está en el 2%.
Sin embargo lo más importante y urgente es cambiar el modelo y tener un plan nacional. Esa la conclusión más importantes del último informe de la Fundación Alternativas, un centro de pensamiento progresista. Ha sido coordinado por Vicente Larraga, director del grupo de parasitología molecular en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, y a quién entrevistamos el año pasado en este medio.
¿Qué significa un plan nacional?
En primer lugar la existencia de un plan, es decir de un proyecto coordinado entre las diferentes autonomías que ahora mismo no existe. Más en concreto la Fundación Alternativas plantea como punto número uno: ‘Plantear áreas prioritarias de acción con apoyo del Parlamento y con un Pacto de Estado que garantice el largo plazo.’
Es evidente que ningún país puede ser puntero en todos los sectores, por lo que es necesario elegir cuidadosamente esos sectores basándose en los intereses del pueblo y también partir de los sectores en los que España es buena o muy buena. Las condiciones metereológicas por ejemplo hacen que el Instituto Astrofísico de Canarias tenga la mejor visión del cielo de toda Europa. La lucha contra el cáncer, el campo de la paleontología desde los yacimientos en Atapuerca, la información cuántica etc. Hay muchos sectores en los que hay un gran potencial en este país.
Partiendo de éstos sectores, es también fundamental que la ciencia en España ayude a disminuir la enorme dependencia que tenemos de fuentes energéticas externas, fundamentalmente el petróleo y el gas, pero también también la energía nuclear francesa. La dependencia energética es uno de los lastres históricos de la economía española. Desarrollar las energías alternativas no es sólo bueno para el medio ambiente, sino para un desarrollo independiente del país.
Se puede transformar la situación mala en una oportunidad para cambiar el modelo de crecimiento del país
En definitiva coger como clave que la ciencia esté en función del desarrollo del país en so conjunto y eso sólo se puede llevar adelante si se hace de forma coordinada y se rompe la situación que critica Larraga donde las autonomías tienen un papel que va ‘desde Cataluña que sí recoge dinero si es necesario pero no quiere hablar de coordinación en absoluto porque ellos se lo guisan y se lo comen, hasta otras autonomías que prácticamente no tienen investigación como Ceuta y Melilla.’
Siendo España la cuarta economía en cuanto al PIB de la Unión Europea es un escándalo que no exista un plan de conjunto, un proyecto de carácter nacional para la ciencia.
Una vez que se cambie ese rumbo de la ciencia española hacia unos intereses de conjunto y los intereses populares hay que romper toda una serie de barreras burocráticas que siguen intactas y la endogamia imperante que el nuevo informe denuncia.
En 2017 el 74% de los académicos estaban en la misma institución en la que se doctoraron. “Eso no pasa en ninguna universidad del mundo”, denuncian los autores del informe. Encima los científicos que se van al extranjero en parte por el problema de la endogamia al volver tienen tres veces más dificultades para encontrar trabajo que los que no se mueven. O sea la incorporación de ideas nuevas y la experiencia internacional no sólo es que no se prima, sino que crea dificultades al científico que desea volver y aportar la experiencia adquirida en el extranjero.
La burocracia y las barreras hacen que los investigadores se desanimen, se vayan al extranjero, o directamente dejen la ciencia. Por ejemplo muchas de las resoluciones tanto de los candidatos aspirantes como la resolución definitiva de plazas para profesores se publican…en el tablón de anuncios de la facultad. O sea los investigadores tiene que ir a ese centro para estar enterados del proceso de selección. Si uno no vive en esa ciudad sólo puede recurrir a la información que le proporciona un miembro de esa comisión, un colega, o un amigo. Eso no ocurre en otros países.
Uno de los pocos programas existentes para la incorporación de nuevos investigadores es el programa Ramón y Cajal con un salario de unos 1500 Euros, nada competitivo para un investigador cabeza de una línea de investigación. La investigadora del CSIC Paola Bovolento, miembro del comité científico del Consejo de Europa de Investigación, denuncia que “el programa Ramón y Cajal es un fracaso, con una media de 45 años de edad de incorporación. Son ya viejos cuando entran en el sistema.”
Dicho de otro manera, el sistema científico español no sólo es que está muy mal en la actualidad, sino que está abocado a un desastre futuro por ejemplo en el CSIC, con una media de edad de su personal de 61 años.
En este artículo hemos resaltado una serie de medidas que no dependen del presupuesto, no dependen del dinero, sino sólo de una voluntad política.
A pesar de todo, no dejan de existir focos de una ciencia española excelente. Estamos a tiempo de revertir la situación si a parte del cambio en el enfoque se va aumentando de forma progresiva el presupuesto y se invierte en tecnologías clave como pueden ser las tecnologías cuánticas, la inteligencia artificial etc. Se puede transformar la situación mala en una oportunidad para cambiar el modelo de crecimiento del país.
Ernesto Nungesser dice:
Hay marcha por la ciencia el 19 de octubre en Madrid convocado por INNOVA y la Federación de Jóvenes Investigadores:
https://innovausal.wordpress.com/