El gobierno de Burkina Faso, liderado por el capitán Ibrahim Traoré, ha recuperado el control de dos de sus principales minas de oro, hasta ahora en manos de corporaciones occidentales.
Sin tener ni una sola mina de oro en su subsuelo, Reino Unido guarda en sus bóvedas blindadas reservas doradas de 510 toneladas. Algo que sin embargo palidece si las comparamos con las que atesora Francia, (2.436 toneladas), Alemania (3.352 ton.) o EEUU (8.133 ton.).
Y sin embargo, países como Mali, a pesar de tener 860 minas de oro y producir 50 toneladas al año, no guardan ni una onza en sus cámaras. El causante de esta «paradoja» no es ningún misterio: son siglos de colonialismo y décadas de dominio imperialista de las grandes potencias occidentales -con EEUU y Francia a la cabeza- sobre las naciones africanas
Tal era el caso de Burkina Faso, un país de 22 millones de personas en África Occidental que ocupa el lugar 174 de 196 en el ránking de naciones por renta per cápita… a pesar de tener 6 yacimientos auríferos que acumulan unas reservas estimadas de 228 toneladas de oro. La totalidad de las extracciones, siempre en manos de multinacionales occidentales, salían del país a cambio de nada.
Pero ya no. La Junta Militar encabezada por Ibrahim Traoré, que en 2022 lideró un levantamiento militar que derrocó al proocidental presidente Damiba, y que instauró un régimen celosamente soberanista y antiimperialista, ha decidido recuperar el control sobre sus recursos naturales, además de expulsar las bases y las tropas militares francesas de su territorio, al igual que han hecho Mali o Níger.
El ministro de Economía burkinés Aboubakar Nacanabo firmó el pasado 26 de agosto la nacionalización de las minas de oro de Wahgnion y Boungou. Los dos yacimientos habían sido explotados hasta 2023 por las multinacionales mineras Endeavor Mining (Canadá) y Lilium Mining (EEUU), pero el gobierno de Traoré las ha nacionalizado, pagando a sus anteriores concesionarios 90 millones de dólares.
No es la primera medida que toman en este sentido. El año pasado, el nuevo gobierno retiró cuatro permisos de explotación en minas de zinc y oro de manos extranjeras. Y Burkina Faso ha aprobado un nuevo código minero que busca que las empresas del sector ‘contribuyan a la constitución de la reserva nacional de oro’, de manera que se obliga a las empresas mineras a ‘abrir su capital social a los inversores burkineses’.