Una España arrolladora gana la Eurocopa

Buena línea, equipo y dirección. Una explicación del éxito deportivo español.

El triunfo de la selección española masculina de fútbol en el campeonato de Europa ha sido una victoria de la excelente combinación de la técnica, la táctica y la fuerza.

En todas las selecciones han destacado uno o dos jugadores que podían ser titulares en el equipo español; pero ningún equipo tenía tantos jugadores brillantes técnicamente como España. Todos capaces de dominar el balón con precisión en los pases, los regates, y los remates.

Casi ningún otro equipo se atrevió, o podía, jugar el balón un tiempo prolongado, tocado por todos los jugadores, y sin perder su posesión, llevarlo desde su portería hasta la zona de peligro del campo rival.

Otras selecciones arriesgaban pases largos para uno o dos jugadores muy rápidos, o pases imprecisos al área buscando algún delantero muy alto. Algunos incluso confiaban en una individualidad muy destacada que pudiera buscar algo sorpresivo. Incluso hubo equipos sin un jugador estrella de referencia pero exhibiendo mucha disciplina colectiva.

Sin embargo solo la selección española mostró una plantilla con suficiente técnica (habilidad con el balón) como para exigirles a todos (incluido el portero) un toque pausado y no un patadón adelante; regates habilidosos y no balones imprecisos colgados al área; y trenzar colectivamente el ataque y no buscar desesperadamente a una única referencia en ataque.

Esa coral técnica ha ganado la Eurocopa.

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Coger la esencia, no la forma

Hay además un mérito a destacar en la dirección del equipo. Coger la esencia de la buena línea de juego creada al comienzo de este siglo (bautizada como tiqui-taca, control del balón) y no perderse en su forma. Es decir no perder de vista que el objetivo es el gol y la línea de juego está a su servicio.

Porque tras la eliminación en el Mundial pasado un jugador alemán comentaba muy gráficamente:

“En Alemania con un balón y cuatro mochilas para marcar las porterías los niños pueden jugar fútbol. En España ya no necesitan las mochilas”

El actual seleccionador ha corregido esa desviación de control infinito sin crear peligro, con una acertada combinación de mantener el toque colectivo, paciente y preciso del balón, añadiendo la verticalidad suficiente.

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Árbol con raíces

Luis Aragonés y Vicente del Bosque

Esto no es flor de un día. Es la herencia de un nuevo modelo gestado en la apuesta de Luis Aragonés hace 16 años por los jugadores que más dominaban el balón y entendían la táctica del juego, rompiendo con una selección basada hasta entonces como rasgo distintivo en la “furia”.

Y a su vez este giro participaba de una nueva corriente en el deporte español: los efectos (aunque tardíos) de la Olimpiada Barcelona ‘92.

La concesión de la Olimpiada puso en marcha un programa de formación de técnicos en la excelencia. Dotó de medios a las federaciones, becas para deportistas, e instalaciones modernas.

Además se importaron como maestros algunos de los entrenadores más exitosos del Mundo.

El resultado fue visible y llegaron las medallas. Pero los cambios más profundos aún estaban por verse. Las grandes transformaciones requieren más tiempo que un corto ciclo olímpico de cuatro años

Una generación entera de entrenadores de todas las disciplinas se estaba formando con los conocimientos más avanzados científicamente en fisiología, biomecánica, análisis, preparación física…

Cuando está generación (aún joven en el ‘92) ha ocupado los banquillos, las direcciones deportivas de los clubes, los centros de entrenamiento… y ha alcanzado su excelencia en la madurez, ha producido la explosión de éxito deportivo español.

Ninguna nación con un número parejo de habitantes acumula en las dos últimas décadas tal cantidad de títulos mundiales, o medallas olímpicas en modalidades deportivas tan diversas, tanto masculinas como femeninas: fútbol, balonmano, baloncesto, waterpolo, tenis, ciclismo, diferentes pruebas atléticas, natación, velocidad a motor, vela …. Es interminable el éxito generado.

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Generadores de talento

Nico Williams, Lamine Yamal y Dani Olmo, un tridente de lujo para España

Esa clave de los entrenadores ha sido comprendida a nivel global y hoy todas las naciones se disputan técnicos españoles como sello de calidad.

El equipo campeón del fútbol inglés tiene entrenador español, y el segundo clasificado, y el cuarto… Y el campeón alemán y el francés, y varias selecciones… (Por cierto varios fueron deportistas olímpicos en Barcelona 92).

En el último campeonato del mundo de Balonmano de 24 naciones, 6 tenían responsable de nuestro país.

Y la gran pregunta:

¿Si esto ha sido posible en el deporte por qué no se repite la misma inversión en otros campos que generan riqueza y bienestar para el conjunto de la población?

¿Por qué aceptar solo triunfar en el deporte y la gastronomía… es decir, en entretener a la gente y servir al turismo?

El potencial, si hubiera voluntad es evidente.