La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) acaban de elaborar su último informe de “supervisión” de la economía española. En ella, alaba los resultados de la reforma laboral, y recomienda que no se dé ni un paso atrás en su implantación.
El mensaje claramente no es para el gobierno, no sólo impulsor de la reforma, sino su más férreo defensor. Sino para todas las distintas fuerzas progresistas de distinto orden que buscan su modificación, rebaja o eliminación. Y el contenido del mensaje también es muy claro: la reforma laboral es intocable.
Bruselas busca un doble objetivo: hacer estructural la reforma laboral, de modo que sea establecida en España de manera permanente, y profundizar aún más en su desarrollo, principalmente en materia laboral y de pensiones. No por nada, el informe solicita también que se siga con el camino de las reformas: “Es importante restablecer la agenda de reformas estructurales, evitando cualquier retroceso en las reformas pasadas, con el fin de impulsar el reequilibrio de la economía, hacer volver al mundo laboral a los desempleados y aumentar la productividad y el potencial de crecimiento de España.” «Gracias a la reforma laboral, el 47% de la población no llega a mileurista, y 15.000 millones de euros han pasado de las rentas salariales a las rentas del capital. «
En un ejercicio de cinismo impresentable, el mismo informe se lamenta de dos aspectos negativos de la economía española. El primero es el creciente aumento de la deuda en España, que actualmente supera el 100% del PIB. Como si el aumento creciente de la deuda no tuviera nada que ver con las condiciones asfixiantes y usureras impuestas por Bruselas, que nos han hecho pagar ya 250.000 millones de euros sólo en concepto de intereses de la deuda.
El segundo aspecto es el elevado nivel de paro, tanto juvenil como de los trabajadores “menos cualificados”. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro juvenil (menores de 25 años) en España se encuentra en 40’5%, la segunda tasa de paro más alta de toda Europa, afectando a un total de 591.000 trabajadores jóvenes. De cinco jóvenes, dos están en paro.
Resulta extremadamente curioso que la Comisión Europea llore por los elevados índices de paro juvenil en el mismo informe que alaba y exige persistir en la reforma laboral, cuando esta reforma es causa principal del estado del nivel de paro juvenil en España.
Rebajar los salarios, aumentar la precariedad laboral y acabar con los convenios colectivos. Este es el triple objetivo que se persigue y se ha conseguido con la reforma laboral. Gracias a la reforma laboral, el 47% de la población no llega a mileurista, y 15.000 millones de euros han pasado de las rentas salariales a las rentas del capital. La temporalidad ha aumentado, encontrándose ahora en un 26’5%, o lo que es lo mismo, uno de cada cuatro asalariados está dentro de empleo temporal, también aquí la segunda tasa más alta de toda Europa.
Además, la profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, Inmaculada Cebrián, ha investigado que el 60% de los empleos indefinidos entre 2005 y 2015 no llegaron a los 2 años de duración. La precariedad también se da en los trabajos indefinidos.
Todos estos son los logros de una reforma laboral que la UE no sólo alaba y llama a proteger, sino que además considera insuficientes y que hay que ahondar aún más. Hay que persistir en el saqueo al 90% de la población, y ahondarlo aún más.
Los intereses de la Comisión Europea y el BCE, que son los intereses de la gran banca europea, principalmente alemana, son antagónicos a los intereses de la inmensa mayoría de la población. Ellos quieren que la reforma laboral se quede. Nosotros queremos echarla, y con ella, a ellos también.