Brexit, la película

Brexit, la guerra incivil

Plantea lo prohibido. Al menos lo prohibido en España. Esta es una virtud de esta película. 

Conocemos del Breixit la división profunda en la sociedad británica, en su Parlamento, y en el seno de los partidos políticos. Conocemos la imagen del autobús rotulado con «350 millones de libras»,  cantidad que  Londres supuestamente pagaba a la Unión Europea semanalmente. Una cantidad inexistente, un dato falso que se paseó por toda la isla para convencer a los votantes. 

Y conocimos después la utilización de datos personales cedidos por Facebook a una empresa de análisis para establecer perfiles ideológicos y enviar propaganda individualizada a cada persona e incidir así en su voto.

Hoy sabemos que eso es ya práctica común. Los monopolios que controlan las redes sociales ceden sus datos para cruzarlos y definir los gustos de cada usuario y enviar anuncios comerciales a medida. Eso que se hace para vender productos se hace también ya para inventariar las inclinaciones políticas de cada perfil, enviándole   propaganda o noticias seleccionadas para influir en su voto: sean éstas reales o falsas. Ya no importa.

Esto también lo hemos aprendido , confirmado por el mismísmo propetario de Facebook. 

¿Qué es lo novedoso de la película entonces?

Que desvela que en realidad la empresa encargada de utilizar los datos supuestamente radicada en Inglaterra (Cambridge Analytica) no era más que una tapadera de una compañía norteamericana. Que los técnicos y analistas llegaron directamente de EEUU para intervenir en la campaña, y que de allí se trajeron el sofware propiedad de Rober Mercer, el principal sostén económico de la campaña de Trump al año siguiente. 

En palabras del guión de Breixit «la democracia Inglesa está sometida a un experimento que tiene un objetivo mucho mayor»... ese objetivo era el cambio de línea en el Gobierno norteamericano.

Un problema interno

Y es que uno de los jefes de esa campaña republicana en EEUU, Steve Bannon, está presente en Londres durante la batalla del Breixit. Hoy también sabemos que Bannon ha establecido su cuartel general en Roma y que trabaja para llevar al Parlamento Europeo  un bloque de ultraderecha que sea un caballo de Troya en Bruselas. Conexión que por supuesto alcanza a España.

Para cerrar el círculo, Bannon había trabajado ya anteriormente con Rober Mercer ,Breitbart News, Reclaim New York y otras agencias y fundaciones diseñadas para recaudar fondos e influir en la política norteameamericana.

Y esto es lo prohibido en España: relacionar los principales sucesos políticos, los cambios de presidente, las decisiones económicas claves, los giros en las relaciones internacionales de nuestro país, con el poder que EEUU tiene para influir en todo ello, desde dentro mismo del Estado. 

¿Que evidenciar ese dominio no está prohibido legalmente? Hay tabúes y prejuicios más fuertes que las leyes. 

Guión: James Graham

Dirección: Toby Haynes

Brexit: The Uncivil War 

Estreno en la plataforma HBO