Europa

Brexit. El mar de fondo

La caótica gestión que las autoridades británicas están haciendo del resultado del referéndum que hace ya casi tres años, y para sorpresa de todos, decidió la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, no deja de llamar la atención a propios y extraños. ¿Pero cómo un país que es la segunda economía de Europa, o su primera potencia militar, una de las democracias más antiguas y acreditadas del mundo, un país que es referencia mundial en muchos aspectos… puede protagonizar un espectáculo tan inusitado, un desmadre tan inconcebible? 

Primero, un referéndum trufado de mentiras, de engaños, de falsedades, paradigma de las nuevas votaciones intervenidas por fake news y con el Kremlin en escena… Luego las pugnas interminables en el partido conservador, con dimisiones, plantes, desprecios, boicoteos y amenazas… y con un sector del partido insurrecto votando en contra de su gobierno y boicoteando su política y sus acuerdos… Una primera ministra, que tiene prácticamente una mayoría absoluta en el Parlamento, pero que sufre una tras otra derrotas inapelables en el Parlamento… Todos los partidos desintegrados en facciones que luchan entre sí e impiden cualquier mayoría… Un Parlamento que en tres años es incapaz de encontrar una respuesta para un mandato popular… Plazos incumplidos, chantajes continuos de unos a otros… negociaciones agónicas de último minuto que no llevan a nada… Tres años de un espectáculo político denigrante que nadie entiende y nadie parece poder explicar. 

Y, sin embargo, la explicación existe… y, en cierto modo, es bien simple. Y es que todo el proceso del Brexit tiene, desde sus orígenes hasta hoy, un motor oculto, un timón oculto, que trata de utilizarlo como una bomba de relojería para una causa mayor: acabar con la Europa alemana y, si es necesario, dinamitar la propia UE. Ese timón oculto, ese motor escondido, no es otro que el “factor Trump” y el viraje que ese factor está introduciendo en el escenario europeo y en toda la situación mundial. 

El factor Trump ya estuvo presente en toda la campaña del Brexit, el resultado fue aclamado por el propio Trump, que no solo expresó su entusiasmo, sino que lo presentó como ejemplo de lo que muchos otros deberían hacer, y ha estado presente durante los tres años que han durado las negociaciones entre Gran Bretaña y la UE, siempre con la misma intención y un único propósito; evitar una salida negociada y ordenada, que favoreciese la continuidad de los inmensos lazos, económicos y de todo tipo, que en los últimos 40 años han unido a Gran Bretaña con Europa.Si, a pesar del laborioso acuerdo logrado por May con Bruselas, no se ha podido lograr una separación amistosa, y se ha vivido en un estado permanente de guerra de guerrillas, conspiraciones, dimisiones, etc., ha sido por el apoyo descarado del inquilino de la Casa Blanca a un sector de los conservadores británicos, para que boicotearan permanentemente cualquier pacto… incluso más allá de los intereses de Gran Bretaña y del pueblo británico, expresados una y otra vez por los empresarios y los sindicatos, y hasta por la City, y que vienen tratando de evitar la catástrofe de una salida sin acuerdo. 

De modo que si Gran Bretaña ha hecho el ridículo más espantoso, incluso contra sus propios intereses nacionales y en contra de los intereses de su población, exhibiendo públicamente todas sus vergüenzas, no ha sido en el sano ejercicio de su soberanía y de su legítimo derecho a la excentricidad… sino por la descarada intervención del Emperador de la Casa Blanca, que trata incansablemente de utilizar a Gran Bretaña como ariete para torpedear la Europa alemana, a la que ya declaró la “guerra” nada más llegar a la Casa Blanca, y para debilitar e incluso fragmentar a Europa, a la que quiere someter a un yugo y a un saqueo aún más intensos que en el pasado. 

No, no es que los ingleses se hayan vuelto locos, no es que sus políticos de ahora sean peores (que a lo mejor también), es que hay un ciclón sobre Gran Bretaña, que está alterando todo el clima político inglés, como está tratando de alterar todo el clima en América y en todas partes. Y ese ciclón es la nueva estrategia de la Casa Blanca para someter a los tradicionales aliados de Washington a unas nuevas y más draconianas condiciones de dependencia y control, a fin de poder enfrentar su verdadero y gran desafío: la emergencia de China