La carta hace referencia al llamado «botón del pánico» que se ha instalado en los centros de salud de Osakidetza, que ante una posible agresión el médico usa como llamada de emergencia al resto de médicos para que vayan en su ayuda. Decisión tomada por el ascenso de agresiones sufridas por los mismos en el último tiempo, lo que ha provocado que salten las alarmas por su seguridad.
La carta la directora, reclama otro botón ara los pobres pacientes.“El pobre paciente también vive situaciones de pánico cuando acude (…) al urólogo y ve que le pasan consulta en la dependencia del dentista (…) Pánico cuando, para una simple ecografía, tiene que esperar más de tres meses, pánico cuando acude a Urgencias y tiene que estar más de ocho horas en la sala de torturas (perdón de espera) (…) y así un largo etcétera de pánicos”.Lo primero a dejar claro es que aquí no hay dos bandos. Frente a los desmanes de la sanidad no hay ninguna justificación para agredir a los profesionales médicos que cumplen la loable ocupación de cuidad nuestra salud.Y a su vez, las agresiones narradas por el firmante de esta carta, no sólo son ciertas sino que se quedan cortas. Las consecuencias de los atropellos que enumera crean situaciones concretas en las que tu salud y en ocasiones vida está realmente afectada por los problemas de la sanidad.Una sanidad que genera casos y casos de urgencias, porque ante cualquier afección que requiere un tratamiento en uno o dos días ha de incluirse puesto que el procedimiento normal del ambulatorio te coloca la cita en un margen de dos semanas hasta un año según la especialidad. Y llevar un volante de las urgencias del Hospital para que se efectúe la revisión del tratamiento en unos días, tampoco es garantía, hasta que uno no se pone un poco “farruco” y te contactan con Atención al Paciente para te solvente el problema.El problema con las urgencias, no es ni de lejos el clima de opinión que se lanza desde algunas instituciones de que la gente se dirige a esta consulta por capricho, por cualquier tontería o por no tomarse la molestia de ir al ambulatorio. Es que no te dejan otra alternativa para solventar problemas de salud que podrían cubrirse por otras vías.Por ello, el botón del pánico ha de ser un mismo botón para pacientes y médicos. Llevar adelante una reflexión de cuáles son los problemas de la sanidad en Euskadi y en España para solventarlos, puesto que hablamos de nuestra salud y esperanza de vida. Lo más preciado. Para unos y para otros.