Mal empezaría el gobierno de Mariano Rajoy si decide crear el llamado “banco malo” que le han pedido algunos “nuevos banqueros” salidos de las Cajas de Ahorro ahora en ruina y gestionadas por políticos. Eso sería un nuevo y escandaloso disparate político y social como el que hoy azuza Rodrigo Rato para salvarse él y de paso intentar salvar –si aún es posible- ese fallido conglomerado financiero (Caja Madrid, Bankia y Banco Financiero) que él ha creado en Caja Madrid tras su “fusión inmobiliaria” con Bancaja y su temerario empeño en ser banquero a pesar de sus recientes y poco ejemplares antecedentes en el sector.