Derechos y Libertades

Bienvenido Dr. Jekyll

Como ya publicamos en esta sección, una treintena de artistas encabezaron un manifiesto en el que se pide el «no encarcelamiento» de los «manteros» que distribuyen la música pirata y que son condenados con penas abusivas. Jorge Drexler, Pereza, Alex de la Iglesia, Bebe, Marí­a Dolores Pradera, Alberto San Juan, Raphael, Joaquí­n Sabina, Labordeta… también se contempla la posibilidad de organizar un concierto para pagar los costes derivados de la representación legal de los encarcelados por este motivo. La SGAE no ha tardado – demasiado – en pronunciarse a favor, comprometiéndose a respaldar los indultos porque «no vamos contra el último eslabón de la cadena, sino contra los cabecillas de las mafias». Bienvenido Dr. Jekyll.

La exigencia de la lataforma de artistas no solo es justa sino que es un escándalo y un despropósito que existan entorno a 60 personas encarceladas con penas de hasta dos años de cárcel por esta razón. Al mismo tiempo es justo y la ley ha de actuar persiguiendo a las mafias que “trafican” con la música y, sobretodo, utilizan a trabajadores inmigrantes como “camellos” de la novedad musical y cinematográfica. Esto es así. Pero la SGAE debe revisar qué es lo que pasa en sus entrañas. Porque si bien todos celebramos que se sume a esta reivindicación – empezando por sus propios socios -, sorprende la deriva inquisitorial y recaudatoria que en los últimos tiempos se ha apoderado de la entidad; el Mr. Hide del canon. En el 2004 varios barrios de Vigo fueron denunciados por la entidad de autores y editores, por negarse a pagar una cuota de 600€ por cada día de las fiestas patronales; 150€ por cada pasacalles y 300€ por concierto. A la parroquia de Liñares le reclamaron 2.144€ por la celebración de su romería Hace tres años la SGAE hizo públicas sus disculpas ante “el error cometido” al demandar a un festival benéfico de teatro que se celebraba en el pueblo segoviano de Fuentepelayo, a favor de niños discapacitados. Los niños representaban obras teatrales protegidas por los derechos de autor de la SGAE y fueron demandados por 518€. Los 30 colegios que participaban en el certamen abonaron la cantidad en el 2003. Tras la publicación del caso en el Norte de Castilla, la SGAE pidió disculpas y aseguró que devolvería el dinero. También en el 2006 un bar de Badajoz fue absuelto – como el caso de León, un año después – de pagar una multa de 1.000€ a la SGAE, después de acreditar que la música que se pinchaba en el local estaba autorizada por la licencia “creative commons”… 13,5€ mensuales es la cuota que la SGAE exige por tener un televisor con canales en abierto; la radio va aparte. En el 2007 un salón de celebraciones de Alcalá de Guadaíra fue denunciado por no pagar los derechos de autor de la música que sonaba en las bodas que se habían celebrado desde 1999. Los juzgados sevillanos desestimaron la demanda basada en “la investigación” hecha por dos detectives – que luego resultaron no serlo – que se introdujeron en una de las celebraciones cámara en mano. La multa reclamada era de 43.000€. El año pasado le tocó a las fiestas de Moros y Cristianos. Las fiesta de El Campello y Monforte del Cid, entre otras, fueron sancionadas por la SGAE con multas de más de 20.000€. En marzo de este mismo año la SGAE denunció también a una de las vacas del Cow Parade de Madrid – estatuas de vacas con diferentes impresiones sobre su piel colocadas en el centro de Madrid – por llevar escrita la letra de la canción “Tengo una vaca lechera” sin pagar los derechos correspondientes. La autora se apresuró a convocar una concentración frente al edificio de la SGAE “cantando todos a coro la puta canción”. Desde aquí animamos al Dr. Jekyll a que se deshaga de Mr. Hide lo antes posible. Nada más.