El último mural que Banksy ha realizado clandestinamente en Londres será retirado. Esta ha sido la decisión de las autoridades londinenses bajo el pretexto de que «incita al vandalismo de otros jóvenes». La realidad es que el artista, del que mucho se ha especulado sobre su identidad, se ha convertido en todo un icono del arte contemporáneo más popular, trasgresor y sobre todo político, pues no hay controversia mundial que no encuentre respuesta en alguna de sus valiosas obras de arte, efímeras y gratuitas.
Desde la guerra de Irak o los derechos de los homosexuales hasta el muro en Cisjordania, sus exlicitas obras de arte han aparecido de la noche a la mañana en cualquier calle respondiendo con una imagen impactante a cada hecho denunciable. Y no de forma retórica. El propio muro de Cisjordania acoge murales de Banksy claramente reivindicativos, a la altura de ciudades como Belén o Ramala.También las más prestigiosas instituciones artísticas mundiales han sufrido el “sabotaje” de este artista popular. Sus cuadros han sido introducidos clandestinamente en museos como la Tate Modern de Londres, el MOMA de Nueva York, el Metropolitan Museum, e incluso el British Museum, donde colocó en mayo de 2005 una pintura rupestre de aspecto primitivo que mostraba una figura humana entre animales salvajes empujando un carro de supermercado.Pese a la naturaleza clandestina de sus acciones, sus obras empiezan a cotizarse en subastas, y ha publicado ya casi una decena de libros, alguno de ellos a través de la prestigiosa editorial Random House. Este moderno Robin Hood, que pinta para los pobres y después saca el dinero a los ricos pujadores, empieza a ser toda una personalidad reconocida en el mundo del arte contemporáneo, y promete ser el primer “grafitero” que aparezca en los libros de Historia del Arte por su aporte cultural.Banksy llegó a ganar una consulta popular realizada en Bristol, referente a la retirada de una de sus obras. La respuesta fue de un 95% a favor de su permanencia. Sin embargo las autoridades del distrito de Westminster ahora se han decidido a retirar un gigantesco mural en el que denuncia la violación de la intimidad de los ciudadanos que representan las múltiples cámaras de seguridad esparcidas por la capital inglesa.Sin duda el misterioso artista no se sorprenderá en absoluto, consciente de lo efímero del formato en el que trabaja, pero también de las reacciones negativas que en las autoridades causa su airado arte-protesta. Arte popular, gratuito, moderno y comprometido, que alza la voz contra las injusticias, ¿se puede pedir más?